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El redentor del mundo no es todopoderoso  55. Del mismo modo que el hombre y todas las otras formas conocidas de seres vivos viven sometidos a una evolución eterna, estimulada y sostenida constantemente por los impulsos oscuros y luminosos del principio creador, los seres macrocósmicos citados también viven, por lo tanto, sometidos a un proceso evolutivo eterno sostenido por impulsos del mismo principio. Pero como estos seres, en relación con el hombre, aparecen con unas formas gigantescas, los impulsos del principio creador que tienen que estimular su especial evolución también aparecen con formatos gigantescos. Por consiguiente no hay que creer que los impulsos del principio creador que llegan a la humanidad, desde un punto de vista cósmico, lo dominan todo, y que el redentor del mundo, que en su caso surge de un impulso tal, así mismo lo domina todo o es todopoderoso. Al contrario, un ser de este tipo, a pesar de que naturalmente aparece ante el hombre de la Tierra con un estado de conciencia cósmica muy superior, está sin embargo limitado y determinado por el impulso universal especialmente adecuado a su tiempo que precisamente tiene como misión manifestar. Para comprender mejor esto hay que aprender a distinguir entre nuestra propia vinculación al principio creador en forma de "los impulsos universales" y la vinculación de estos seres macrocósmicos al mismo principio.


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