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Nuestro propio saber y el destino  4. Como ya he dicho, no estamos totalmente a merced de estas poderosas fuerzas, sino que en el ámbito que está dominado por nuestro libre albedrío somos, en realidad, el factor dominante en la regulación de la influencia de estas fuerzas tan poderosas en nuestra propia existencia. Pero como el factor más importante tras nuestro libre albedrío es normalmente nuestro propio conocimiento, que tengamos un destino feliz o desdichado dependerá del alcance de este conocimiento. Porque si este conocimiento no abarca las realidades que son la base inevitable y necesaria para que haya una concordancia totalmente armoniosa y dichosa entre nuestras manifestaciones y las energías del universo, el grado de imperfección de nuestro destino o experimentación de la vida corresponderá al grado en que nuestro conocimiento diverja de estas realidades. Nuestro conocimiento será realmente, así pues, el factor dominante en la regulación de nuestra interacción con la acción de la naturaleza sobre nosotros. A medida que somos capaces de evitar las formas de energía que son desagradables y faltas de belleza, nos vamos acercando precisamente cada vez más a las formas de energía que son hermosas y agradables.


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