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El cuerpo físico como el cuerpo más evolucionado del hombre terreno. El hombre terreno y el mundo físico. La muerte. Una superstición que hace que el individuo no pueda tener conocimiento de su propia inmortalidad. El concepto "muerte" como manifestación de la parte de la vida del individuo que se encuentra fuera de su existencia física  281. Como los cuerpos del ser vivo corresponden a las energías básicas, y el hombre terreno vive, precisamente, en la zona de la segunda energía básica, el cuerpo que corresponde a esta energía es el que el hombre terreno tiene más evolucionado. Y éste es también el único de sus cuerpos de los que dicho ser tiene conciencia. A este cuerpo ya lo conocemos como "el cuerpo del peso" o "el cuerpo físico". Dado que este cuerpo es, de este modo, el único del que el hombre terreno tiene plena conciencia, el presunto "mundo físico" es el único de sus seis horizontes de percepción que acepta de un modo fundamental como experiencia de la vida. De la parte de su vida que se encuentra fuera del mundo físico, es decir, de sus otros cinco horizontes de percepción sólo es consciente de una manera instintiva y muy débil, debido a que estos horizontes sólo pueden precisamente experimentarse por medio de sus otros cuerpos, que todavía se presentan, hasta un cierto grado, en estado embrionario o latente. La parte de la experimentación de la vida del individuo que tiene su despliegue fundamental en el periodo en que el cuerpo físico de este individuo, a causa de la edad, ha perecido y, precisamente, tiene que construirse uno nuevo, todavía es para él de una naturaleza tan primitiva que no la puede experimentar de una manera consciente aquí, en la existencia física diurna. A esta parte de su experiencia de la vida, es decir, a su existencia espiritual, se le ha dado, por lo tanto, el nombre de "muerte". Y puesto que la muerte representa lo contrario de la vida, vemos cómo las realidades arriba mencionadas le han dado al hombre terreno la superstición que a veces hace que acepte la muerte como una verdadera realidad, y así le impiden reconocer su propia verdadera identidad como "un ser inmortal".
      Dado que, de este modo, la muerte representa lo contrario de la vida, y lo contrario de la vida es una realidad que, desde un punto de vista cósmico, no existe en ningún lugar del universo, el concepto "muerte" será, sin ninguna excepción, en todos los sitios en que aparezca sinónimo de ignorancia y, de esta manera, siempre se le presentará al ser cósmico como equivalente a la manera con que el ser primitivo expresa la parte desconocida de su propia vida que se encuentra fuera de su existencia física.


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