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Véase el símbolo nº 8 en nueva ventana    

 

Las diferencias que existen entre los seres que se encuentran en la misma etapa evolutiva sólo son diferencias en cuanto a la forma, no en cuanto a la moral. El estándar moral se mide por la facultad de los seres de amarse mutuamente  279. En el símbolo n.º 8 vemos reproducido este "camino de la vida". El paso por cada peldaño en dirección ascendente es común para todos los seres existentes sin ninguna excepción. En cambio, la forma en que cada peldaño se pasa no es igual para todos los seres, ya que no hay ningún límite sobre la cantidad de variaciones bajo las que puede realizarse este paso. Esto quiere decir que en el mismo estadio evolutivo hay una multitud de formas diversas de vida. Pero la diferencia entre estos seres sólo existe en la forma, no en la moral. Todos los seres que se encuentran en el mismo estadio se manifiestan exactamente con el mismo estándar moral. Por lo que respecta a la zona de la Tierra, este estándar se mide según la facultad que los seres en cuestión tienen de amar a sus semejantes. Cuanto más prominente es esta facultad en el ser normal de las zonas de la Tierra, más elevado es el estadio evolutivo en el que este ser se encuentra en el momento presente.
      El estándar moral constituye, pues, el instrumento fundamental para medir el límite entre los grados de carácter, y no la forma o cuerpo particular de los seres. Estas dos últimas realidades sólo pueden ocupar un lugar secundario, ya que se forman según los hábitos y disposiciones especiales del individuo, que a su vez son limitadas por los conceptos morales de los seres en cuestión. La concepción moral del ser consciente será por lo tanto, en todas las situaciones, el elemento supremo que decidirá su lugar en la escala evolutiva o camino de la vida.


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