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Todo es una manifestación de vida. Es necesario que el buscador de la verdad tenga una visión de conjunto de su propia situación y de la de sus semejantes con respecto a la evolución y al lugar que ocupan en ella, o del eterno caminar de los seres hacia la luz  272. Como hemos empezado a ver aquí, nuestra propia forma de vida está rodeada de otras formas de vida y existencia de la mayor rareza, de seres de cuyo cuerpo nosotros mismos constituimos órganos, y de seres que, a su vez, constituyen nuestros órganos, y por medio de los que precisamente vemos que la existencia en su análisis más elevado está constituida por órganos dentro de órganos o seres dentro de seres, y que solamente existe la vida.
      Como todas las formas de vida existentes en el universo se encuentran, así pues, en la misma escala que el hombre terreno, y como todos los seres sin excepción están sometidos al mismo proceso eterno de transformación o evolución antes mencionado y, además, con respecto al lugar que cada uno ocupa de modo particular en la escala de evolución, y, que como se explicará en los análisis posteriores, constituye importantes e imprescindibles factores en la diaria experimentación mutua de la vida, será necesario que el ser que busca formas superiores de vida tenga una visión de conjunto de su propia relación y de la de sus semejantes con este movimiento ascendente eterno, así como de su lugar en él, y, por lo tanto, en los símbolos siguientes adquiriremos una visión de conjunto de las realidades que soportan este camino eterno, en forma de evolución, que los seres recorren hacia la luz.


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