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Véase el símbolo nº 5 en nueva ventana    

 

El símbolo como expresión de la identidad del universo como "un ser vivo que todo lo abarca" y el análisis trino de este ser, su identidad como "Divinidad", "Padre" e "hijos de Dios"  251. Con esto hemos adquirido una visión de conjunto de las realidades más importantes que muestran las zonas evolutivas de los seres terrenos. El conjunto de estas zonas constituye un pedazo del universo. Esto quiere decir, a su vez, que la figura en forma de cono simboliza un pedazo del universo. Y conforme a ello, vemos que éste está formado exclusivamente por "seres vivos". Del mismo modo que las figuras verticales constituyen unidades divididas en tres partes, de las cuales se compone la figura, los seres vivos también constituyen unidades divididas en tres partes, de las cuales se compone el universo. Y el pedazo del universo, que está representado aquí en el símbolo n.º5, está por lo tanto formado, tal como ya hemos dicho, de unidades a las que llamamos "seres humanos" (parte con las áreas amarillas), unidades a las que llamamos "animales (parte con las áreas de color naranja), y a las que el hombre terreno aún pertenece, unidades que llamamos "plantas" (parte con las áreas de color rojo) y unidades a las que llamamos "seres de bienaventuranza"(parte con las áreas de color añil). Pero estos últimos seres se encuentran tan lejos del horizonte que se puede percibir con los sentidos físicos, que el hombre terreno no los experimenta o no los conoce como "seres vivos", sobre todo porque la vista terrena sólo puede percibir la manifestación física de los seres de bienaventuranza como "minerales", "sustancias" o "energía" y no como algo que ha sido desencadenado por seres vivos, tal como sucede con las manifestaciones de los seres-plantas y de los seres-animales. Pero esto no cambia el hecho de que las energías a las que llamamos "sustancia" o "materia" existen con seres vivos como origen en la misma medida que las realidades que calificamos de organismos o cuerpos de seres orgánicos. Las energías no pueden, según los análisis cósmicos, existir independientemente, sino solamente vinculadas a seres vivos, del mismo modo que ya sabemos que el resultado final y más profundo de las energías sólo puede existir como intención, y una intención, por su parte, sólo puede existir como una realidad de una conciencia, y ésta, a su vez, únicamente puede aparecer como una parte de un ser vivo. Los seres vivos constituyen, así pues, unidades de las cuales está formado exclusivamente el universo. Pero como estas unidades están, a su vez, divididas en tres partes, el universo también está dividido en tres partes, cosa que el símbolo muestra muy claramente. Esto significa, a su vez, que en éste comenzamos a ver que el universo, en realidad, aparece como una unidad que lo forma todo y que tiene exactamente el mismo análisis que cada uno de los seres vivos, es decir: "el punto fijo" o "el algo vivo", que experimenta las energías o los movimientos, y "el principio creador divino" y "los cuerpos". El universo constituye, así pues, una "unidad" en la que el X1, X2 y X3 de los seres vivos ordinarios constituyen un conjunto formado por X1, X2 y X3 respectivamente. Como, según los análisis cósmicos, estas tres X constituyen, precisamente, las tres condiciones que se exigen para que un "algo" pueda manifestarse como "un ser vivo", aquí comienza de este modo a ser un hecho que el universo constituye por sí mismo "un ser vivo único e inmenso". Como este ser vivo es, de esta manera, idéntico a todo el universo, aparece aquí como "el absolutamente único Dios verdadero existente". Como todos los otros seres vivos existentes constituyen precisamente unidades, de las cuales está compuesta la Divinidad, aquí en "Livets Bog" hemos llamado a estas unidades "hijos de Dios", del mismo modo que, conforme a esta misma realidad, en dicho libro hemos llamado "Padre" a la Divinidad.
      En el símbolo n.º 5 "los hijos de Dios" se indican por medio de las figuras verticales y "Dios" o "el Padre" por medio del conjunto de la figura horizontal en forma de cono. Las bandas blancas de la parte superior constituyen, de este modo, "el algo vivo de la Divinidad", y las bandas violeta "la facultad creadora de la Divinidad", del mismo modo que las bandas inferiores de diversos colores constituyen "el conjunto de todo el cuerpo de la Divinidad". Pero aquí hay que recordar que el símbolo n.º 5 sólo expresa una parte limitada. Como una expresión de la Divinidad hay que imaginarse la figura en forma de cono como infinita. Pero este infinito constituye una unidad cósmica conjunta, que cuando el individuo experimenta el gran nacimiento se transforma por primera vez para él en un hecho totalmente real al experimentarlo por sí mismo de una manera práctica. El símbolo nos muestra, así pues, en cierta manera que "en la Divinidad vivimos, nos movemos y existimos", y que "la Divinidad vive, se mueve y existe por medio de nosotros".


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