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La experimentación del gran nacimiento, los seres humanos terrenos y los redentores del mundo. El comienzo del verdadero reino humano en la Tierra  248. Por el momento, los seres humanos terrenos sólo pueden experimentar en la Tierra el gran nacimiento en sus primeros e incipientes signos o estadios precursores. Pero esto no impide que un redentor del mundo o unos seres que ya han experimentado dicho nacimiento de un modo fundamental en vidas anteriores en mundos superiores, y que ahora con objeto de propagar un mensaje o crear cultura en la Tierra han nacido en ella, puedan experimentar una repetición de este nacimiento cuando se inicia su madurez física, en esta vida terrena provisional, a los 30 años. Esto quiere decir, a su vez, que tales seres pueden revivir de nuevo aquí, en su vida terrena, la forma fundamental de este nacimiento hasta el punto que su cuerpo pueda soportar, y así aparecer, hasta cierto grado, en su estado terreno con esta existencia suya ultraterrena o transfigurada de la que los seres humanos terrenos no tienen conciencia o a la que no ven. Y es esta parte oculta la que hace que el redentor del mundo y el hombre terreno sean fundamentalmente distintos. Pero con esto tocamos unos temas que se tratarán más tarde en "Livets Bog".
      Con respecto a los seres humanos terrenos que gradualmente van siendo tan puros o van estando tan evolucionados que son receptivos para la experiencia fundamental del gran nacimiento, dichos seres no pueden por consiguiente hacer esta experiencia en la Tierra, sino solamente en mundos cuya evolución está mucho más avanzada que la del globo terrestre. Esto quiere decir, a su vez, que cuando el hombre terreno ha experimentado a través de varias vidas un número suficiente de signos precursores del gran nacimiento y, de este modo, ha alcanzado la madurez necesaria para la verdadera experiencia, ya no sigue naciendo en la Tierra, sino en un mundo superior en que el gran nacimiento es algo fundamental. Pero dentro de tres mil años la Tierra habrá evolucionado tanto que el gran nacimiento podrá fundamentalmente experimentarse en ella, y el auténtico reino humano habrá por lo tanto surgido dentro de los límites de la zona de su horizonte. Representado en el símbolo, esto quiere, por lo tanto, decir que el globo terrestre entonces habrá alcanzado la estrella que indica el gran nacimiento, o que la parte con las bandas amarillas habrá empezado a formar parte del ámbito de la Tierra.


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