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Los conceptos universales "Dios" y "diablo", "cielo" e "infierno"  24. Como lo que forma parte del "placer" atrae a los seres, mientras que sucede lo contrario con lo que forma parte del "malestar", en todos los seres existe un fuerte deseo de entrar en contacto con el primero, y esto tiene a su vez lugar por medio del proceso que en el prólogo hemos llamado "lucha por la existencia" o "evolución". Como estas dos realidades, "el bien" y "el mal" desempeñan un papel muy importante en la historia de los seres, la humanidad en un momento temprano de su evolución ya se ha creado ideas o conceptos sobre el origen de las mencionadas realidades. No voy a entrar aquí en detalles sobre los innumerables procesos de transformación que estas ideas o conceptos han sufrido a través de los tiempos, sino que voy simplemente a remitir al hecho de que cada uno de los conceptos mencionados contenía la misma esencia, siendo su forma externa y estado el reflejo más perfecto del alcance de las facultades de observación de sus seguidores, ya se tratase de tribus evolucionadas o menos evolucionadas en una época determinada; y al hecho de que así mismo todos estos conceptos, cada uno en su época, han constituido para estos mismos seguidores el factor vivificador o inspirador de mayor importancia en su creación de moral y, de este modo, les han proporcionado, de modo análogo, alegría y han sido útiles para ellos.
      A medida que las aptitudes de observación, es decir, la facultad de percepción de la humanidad se fueron desarrollando, esta humanidad, de modo correspondiente, fue cada vez más capaz de formarse imágenes cada vez más perfectas del origen de las dos realidades antes citadas, y de esta larga galería de imágenes surge resplandeciente la imagen más perfecta y más grande y viene a nuestro encuentro sonriendo. Es el concepto universal "Dios", el supuesto origen de todo lo bueno. Pero los rayos luminosos de esta imagen están, sin embargo, ofuscados en parte por otra imagen que también tiene su sitio en esta galería de imágenes. Es el concepto universal "diablo", el supuesto origen de todo lo malo. Que la humanidad en conexión con estos dos conceptos también comenzó a formarse ideas sobre la misma vida, tiene por supuesto que considerarse como algo natural. A pesar de que la vida material cotidiana no indicaba en muchos casos la existencia de una vida eterna, sin embargo todas estas ideas, prácticamente sin ninguna excepción, han puesto de manifiesto una oculta esperanza de una existencia eterna para el individuo. Pero en el momento que los seres tuvieron la esperanza de una existencia eterna, surgió en un grado correspondiente la pregunta de cómo tenía que configurarse esta existencia eterna después de la muerte. Y los individuos encontraron una respuesta satisfactoria que consistía en que esto tenía que depender del modo en que se había vivido en la existencia material o física. Si se había vivido una vida ligada al "mal", se tenía naturalmente que ir al origen de esta forma de manifestación, mientras que si se había vivido una vida ligada al "bien", se tenía que ir al origen de esta realidad. Los individuos empezaron así a contar con dos escenarios para la supuesta existencia eterna que continuaba después de la muerte, a saber, un lugar para los presuntos seres "malos" o "impíos", y un lugar para los presuntos seres "buenos" o "bienaventurados". Estos dos lugares son conocidos aquí en occidente o dentro del cristianismo con los conceptos de "infierno" y "cielo", o "paraíso", respectivamente.


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