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En el mundo físico no existe ningún "punto fijo". Todas las realidades físicas o materiales son idénticas a movimiento o transformación. Es imposible percibir la misma cosa dos veces  233. Con respecto a los sumos representantes de la ciencia terrena, éstos han llegado ahora a una zona donde se comienza a ver que en el mundo físico no hay ningún "punto fijo" en absoluto, sino que todo es movimiento, y que toda experimentación o percepción constituye diversas formas de experimentación de este movimiento. Pero si todas las realidades materiales, es decir, todas las cosas creadas, son idénticas a movimiento, y movimiento es lo mismo que transformación, todas estas cosas creadas están, pues, sometidas a una constante transformación. La impresión que un objeto, cualquiera que sea, deja en quien lo contempla sólo es, de este modo, una etapa o matiz provisional del movimiento o transformación a que este objeto está inexorablemente sometido. En el instante siguiente, este objeto ha sufrido, pues, una transformación. Esta transformación puede ser grande o pequeña, tan pequeña que es microscópica o materialmente invisible, pero esto no impide el hecho de que la transformación esté, sin embargo, presente. Ningún objeto creado es de manera absoluta lo que era ayer, y aún menos lo que era anteayer. Y cuanto más retrocedamos en el tiempo, mayor diferencia habrá en la manifestación actual y pasada de este objeto. Pero el proceso de transformación continúa, y el estado o aspecto que el objeto tiene hoy será igualmente distinto del estado o aspecto que tendrá en el futuro. Como la facultad de percibir depende de unos órganos, que también son lo mismo que energía o movimiento combinado y, por consiguiente, están sometidos a transformación, el individuo será, así pues, desde un punto de vista cósmico, totalmente incapaz de percibir un mismo objeto creado de manera análoga dos veces, ya que los órganos sensoriales en el periodo que ha transcurrido entre ambas veces han sufrido una transformación, y esta transformación tiene que influir en la última vez que el individuo experimenta este objeto, que de manera correspondiente aparece así necesariamente como distinto de la primera vez que lo experimentó. El que estas transformaciones puedan ser de tipo microscópico y que, debido a ello, se escapen a la percepción física u observación del individuo, no cambia este hecho. Para la visión oculta o cósmica la transformación está presente.


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