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Al investigador humano terreno se le comienzan a plantear exigencias morales sumamente grandes. Circunstancias en las que los resultados del investigador inmoral se transforman en falsas y, por consiguiente, en no científicas  228. Como el investigador científico avanzado que forma parte de la humanidad terrena se encuentra hasta tal punto en la frontera entre el mundo físico y el mundo espiritual, que sus objetos de investigación son de una naturaleza tal que, en la práctica, sólo puede experimentarlos parcialmente como algo puramente físico, e incluso en muchos casos únicamente puede hacerlo con ayuda de aparatos de observación, y por ello tiene que sustituir los campos que faltan y que él no puede percibir con hipótesis, a su conciencia se le comienzan a plantear exigencias morales sumamente grandes. Tiene que tener una conciencia sin perturbaciones anímicas o emociones violentas. Tiene que estar totalmente purificado de todos los deseos, tendencias, vicios, etc. más bajos, porque en caso contrario estas realidades intervendrán y perturbarán su facultad de concentración y así destruirán la posibilidad de que la investigación dé un resultado perfecto. Y como se encuentra a la cabeza de la gran masa, por lo que se refiere a conocimiento e investigación, en muchos casos sus resultados no podrán ser controlados por sus semejantes. Con respecto a esto, se exige por consiguiente, ante todo, que este investigador tenga un amor tan grande a la verdad que en ningún caso se deje inducir a elaborar sus resultados en beneficio de su propio prestigio por medio de mayores o menores inexactitudes engañando así a la masa. Por consiguiente, es totalmente indiferente todo lo que un ser haya estudiado y todos los exámenes que haya aprobado; en este capítulo de la investigación y de la ciencia, que la humanidad terrena ahora está comenzando, el investigador no llegará de ningún modo a sobresalir si no tiene una conciencia "sosegada", lo cual quiere decir una conciencia en la que no hay ninguna tendencia encaminada a la caza de gloria, poder y riqueza, una conciencia en la que todas las fuerzas están unidas y se concentran en una sola cosa: la verdad. Porque en el mismo grado en que el investigador carece de estas calificaciones aquí nombradas, en el mismo grado le será imposible manifestar honestidad. Y sus resultados no pueden, de modo correspondiente, ser verdad, sino mentira, no pueden ser ciencia, sino falta de ciencia.


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