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Los recuerdos oscuros o dolorosos del individuo son copiados en material de amor y se experimentan como "bienaventuranza". Porqué "el tiempo cura todas las heridas". "El reino de la bienaventuranza"  211. Como el hombre terreno forma parte del reino animal, y sus vidas y condiciones de vida, su naturaleza y carácter han fomentado "el principio mortífero", el material de sus recuerdos será proporcionalmente recuerdos de muerte, asesinato, lucha y sufrimiento. Pero a medida que estos recuerdos han cumplido su misión con respecto al desarrollo del carácter del individuo, pasan por un proceso espiritual tras el cual aparecen como copias de su estado originario pero con la diferencia de que, mientras en este estado se presentaban como recuerdos de sufrimientos o de la energía del peso, después de esta transformación se muestran como copias íntegras de éstos, pero construidas de material de amor. Si usamos una metáfora física, esto quiere decir que estos recuerdos que se presentaban como "imágenes de hierro" se han transformado de modo que se presentan como imágenes de metales nobles, por ejemplo "oro". Todos los recuerdos, por tenebrosos y lúgubres que sean, a medida que vayan cumpliendo su misión en la conciencia del individuo, dejarán tras si copias de materia de amor que es el "metal" u "oro" más noble del mundo espiritual. A medida que pasa el tiempo, todos los recuerdos tenebrosos, brillarán siempre con un esplendor glorioso que crece sin cesar. Y el crecimiento de este esplendor glorioso alrededor de los recuerdos es lo que da lugar a la expresión "el tiempo cura todas las heridas", igual que este mismo esplendor, naturalmente, también estimula en gran medida toda forma de reconciliación o perdón de la injusticia. Como el material de recuerdos de vidas anteriores que tiene el individuo ya hace tiempo que ha sido transformado en formaciones de oro, y su mundo interior está formado especialmente por dicho material de recuerdos, este mundo es, de este modo, para él idéntico a la totalidad del propio panorama de su vida eterna con todos sus actos y experiencias anteriores en forma de copias o apareciendo en imperecedera materia de amor, en material de oro del mundo espiritual. Dado que en este mundo interior todos los recuerdos de experiencias se presentan con esplendor divino, y este esplendor, a su vez, se percibe o experimenta por el individuo como "bienaventuranza", el conjunto de los mundos interiores de los individuos ha recibido aquí, en "Livets Bog", el nombre de "reino de la bienaventuranza", y constituye una esfera de existencia cuya zona de despliegue en la espiral de evolución se encuentra inmediatamente después del "mundo divino".


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