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"Definición" o "análisis". La primera forma de conocimiento. El nacimiento de la facultad consciente de crear. "Objetos espirituales". Pensamientos y formaciones de pensamientos  189. El individuo, al poder agrupar en un campo concreto todos sus recuerdos de una categoría determinada, refuerza su facultad de reconocer. Esto quiere decir, a su vez, que de este modo adquiere la facultad de reconocer objetos de un modo más profundo y detallado que si no los hubiese agrupado. Cambiando y agrupando así los recuerdos adquiere nuevas experiencias en el campo del reconocer. Estas experiencias adicionales se las ha procurado conscientemente movilizando todos sus recuerdos de una determinada categoría en beneficio de un reconocimiento de la realidad externa o manifestación con que se enfrenta. Un reconocimiento más detenido de este tipo surgido a base de una movilización de recuerdos, se llama en la vida cotidiana "definición" o "análisis". Definir, analizar, razonar o "pensar sobre una cosa" es, pues, lo mismo que movilizar recuerdos ya experimentados con anterioridad en un determinado campo a fin de reconocer una realidad exterior emparentada con esta categoría de recuerdos, por medio de lo cual surge un reconocimiento incrementado de dicha realidad. Este reconocimiento o "análisis" corresponde a la primera forma de "conocimiento" del individuo. La calidad de este conocimiento como expresión de la realidad o los hechos absolutos dependerá, a su vez, de lo grande que sea el grupo o la suma de recuerdos del individuo en el campo en cuestión, y de lo desarrollada que sea su facultad de movilizar recuerdos. Analizar o "pensar sobre una cosa" es pues una función que no puede realizarse con las manos, ni puede tener lugar a nivel físico y es, por consiguiente, una "función espiritual" que, por lo tanto, tiene lugar en virtud del cuerpo de la inteligencia. Estos campos, compuestos de recuerdos emparentados los unos con los otros, se transforman en decisivos centros de energía de la facultad de reconocer y en la base de todo conocimiento absoluto y, con ello, estimulan el ulterior desarrollo de toda forma de inteligencia. Trasladando los recuerdos de un sitio a otro el individuo hace nuevas experiencias. Descubre que no solamente los recuerdos pueden agruparse y, de este modo, constituir centros de energía intensificadores de la facultad de reconocer, sino también que estos conjuntos o grupos forman "imágenes" o "formaciones de imágenes" totalmente nuevas. Así se familiariza cada vez más con la naturaleza especial de cada recuerdo en particular y comprende que cada uno tiene una "forma", una "hechura" o "figura" con "contornos". Esto significa, a su vez,que cuando se juntan dos o más recuerdos, esta combinación da lugar a una nueva unidad con una hechura distinta con nuevos contornos, es decir, a una "figura" o a una "imagen" totalmente nueva. Pero esta nueva imagen no es una imagen de recuerdos, sino una nueva creación que, a su vez, significa una nueva experiencia. Pero como esta experiencia no ha sido estimulada por los sentidos físicos, ya que ni se ha oído, ni se ha visto, ni se ha olido, ni se ha saboreado, ni se ha sentido o percibido de modo ordinario, es de naturaleza puramente espiritual. Pero la experiencia espiritual también deja recuerdos en la conciencia del individuo. Estos recuerdos incrementan de nuevo su facultad de reconocer realidades espirituales. De este modo, va haciendo poco a poco experiencias en la combinación de recuerdos, no sólo para reforzar la facultad de reconocer, sino también para dejar que las figuras y los contornos de las imágenes concretas de recuerdos creen nuevas figuras, imágenes o formaciones de imágenes con las figuras y los contornos de otras imágenes de recuerdos. Así, por medio de estas experiencias, surge su "facultad consciente de crear". Pero, por el momento, esta creación sólo tiene lugar con el material de los recuerdos. En este caso, los recuerdos pueden, así pues, compararse con bloques de construcción, con los cuales el individuo puede construir formaciones de imágenes totalmente nuevas. Estas formaciones de imágenes son de la misma naturaleza o carácter que los recuerdos de los que están construidas o compuestas. De los recuerdos auditivos se crean, pues, "imágenes auditivas", de los recuerdos visuales "imágenes visuales", etc. Pero como estas imágenes no se pueden agarrar con las manos ni percibirse con los sentidos físicos, son idénticas a "objetos espirituales". Mientras lo que soporte la conciencia diurna del individuo todavía siga siendo solamente su cuerpo físico, estas imágenes sólo podrán ser percibidas por éste como "pensamientos" o "formaciones de pensamientos". Esto quiere decir, a su vez, que en el estado físico consciente del hombre terreno los objetos o combinaciones espirituales sólo pueden percibirse como "representaciones". Pero todos los pensamientos o representaciones de un individuo son, de este modo, objetos tan reales en la zona espiritual como los objetos físicos lo son en la zona física.


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