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El paso de la planta al reino animal. La evolución del animal hacia el reino humano. Los cuerpos espirituales y la subconciencia y la conciencia diurna del hombre terreno  185. En cuanto al animal, este ser le lleva tanta ventaja a la planta con respecto al desarrollo que puede experimentar placer y malestar, no sólo como percepción vaga sino también como un hecho real. Pero como, en realidad, placer y malestar son idénticos a felicidad y sufrimiento respectivamente, el ser planta, al entrar en el reino animal, puede experimentar por primera vez felicidad y sufrimiento conscientemente o en estado despierto. Dado que en esta zona la felicidad y el sufrimiento sólo pueden experimentarse a base de una interacción entre la energía del peso y la del sentimiento, y como las dos realidades anteriormente citadas tienen su sede en el cuerpo del sentimiento, vemos que el cuerpo físico de la planta al hacer su entrada en el reino animal ya aparece teniendo un cierto contacto con el cuerpo del sentimiento. Pero este cuerpo, que soportará la conciencia en el próximo reino de existencia, sólo está, naturalmente, presente aquí en un estado embrionario muy incipiente o primitivo. Pero como la energía del peso estimula el sufrimiento o la manifestación del principio mortífero, y esta energía es la dominante en la zona física, la experimentación que el animal hace del sufrimiento o malestar como un hecho es muy superior a su experimentación de los hechos relacionados con el placer. Pero, a través de este acentuado estado de sufrimiento, el animal sigue evolucionando. Aprende a distinguir entre los sufrimientos, aprende a vencerlos, adquiere costumbres e inclinaciones que gradualmente se transforman en facultades y disposiciones. Llega a una zona en la que poco a poco adquiere conciencia de su grito de angustia, y surge el principio religioso, con lo cual el animal aparece como hombre terreno. Entonces comienza otra vez a tomar incremento el desarrollo de un nuevo cuerpo fetal. Este cuerpo es la sede de la correspondencia del ser con la siguiente energía básica cósmica, "la energía de la inteligencia", en relación con la cual éste adquiere gradualmente la facultad de dominar y dirigir la energía del peso y del sentimiento, con lo que surge "el amor" y el gran nacimiento vinculado a él, haciendo que el hombre terreno entre en el auténtico reino humano. Pero el hombre terreno aún no ha avanzado tanto en su evolución. Precisamente forma parte del reino animal porque su cuerpo del sentimiento todavía no está totalmente desarrollado, y el feto del cuerpo de la inteligencia aún no ha avanzado tanto de modo que estas dos realidades juntas puedan constituir una combinación tan perfecta como la que, según análisis posteriores, se exige para que el cuerpo del sentimiento pueda soportar totalmente su conciencia diurna plena o despierta. Esto significa, a su vez,que igual que el cuerpo del peso era la subconciencia de la planta y solamente podía soportar su conciencia diurna cuando había establecido una cierta relación con el feto del cuerpo del sentimiento, el cuerpo del sentimiento del hombre terreno también forma todavía parte de su subconciencia y sólo puede soportar la conciencia diurna cuando éste ha evolucionado hasta el punto de establecer una relación tal con el feto del cuerpo de la inteligencia, que dicha relación condiciona el desarrollo de un núcleo de un nuevo feto que existe tras dicho cuerpo fetal. Este feto es "el feto del cuerpo de la intuición".
      La subconciencia del hombre terreno está, pues, formada por tres cuerpos fetales que aparecen en tres estadios distintos que, a medida que se desarrollen, dilatarán la conciencia diurna del individuo de modo que también abarque los reinos de existencia correspondientes.


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