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La planta y su existencia con conciencia diurna y con subconciencia. La energía del instinto. El reino del instinto o vegetal  182. Para que los cuerpos subconscientes lleguen a ser cuerpos con conciencia diurna, tienen que ser tan robustos que puedan sostener la conciencia diurna, es decir, que puedan soportar la experimentación o existencia de una manera totalmente consciente o despierta. Ha habido una época en que el cuerpo físico del animal todavía no estaba lo suficientemente desarrollado para poder sostener su conciencia física. Como consecuencia de ello, este ser entonces no podía experimentar ninguna realidad física en estado despierto. Toda su vida física era, por consiguiente, una experiencia no consciente en forma de lo que ahora conocemos con el concepto "sueño". El cuerpo físico y sus funciones eran, de este modo, para este individuo "subconciencia". Un ser de este tipo aparece ante nosotros como una "planta". Pero por esto no hay que creer que toda la vida cognitiva o de la conciencia de la planta es una existencia durmiente, al contrario, la planta, ya aparezca como una pequeña bacteria o como un gran pino tiene una especie de conciencia diurna por medio de la cual experimenta una existencia despierta o consciente. Pero como este estado de conciencia despierta no es sostenida por el cuerpo físico de la planta, es de naturaleza espiritual. La existencia física de la planta se transforma, por consiguiente, en su "existencia nocturna" o su "sueño, mientras que su existencia espiritual se transforma en su existencia con conciencia diurna despierta. Pero, en relación con esto, hay que comprender que la conciencia diurna de la planta sólo manifiesta que ésta ha pasado el primer reino de existencia de un segmento evolutivo, al que nos hemos referido anteriormente en Livets Bog con el nombre de "espiral de evolución", de tal amplitud en el que los seres atraviesan un estado evolutivo que va de la culminación de la luz a la culminación de la oscuridad y, desde allí, de nuevo hacia una culminación todavía mayor de la luz. Un segmento evolutivo de este tipo consta, tal como ya hemos dicho anteriormente, de seis reinos de existencia. De éstos la planta sólo ha pasado el primero, mientras que el animal ha llegado al punto en que ha pasado tanto el primero como el segundo. Dado que el desarrollo de la oscuridad de la espiral culmina en el reino animal o mundo físico, el ser planta todavía no se encuentra en un punto tan avanzado de la oscuridad o de su estado físico como el animal y debido a ello es, como ya hemos dicho, de una naturaleza más espiritual que éste. Esta naturaleza espiritual tiene como fundamento una energía básica cósmica a la que aquí, en "Livets Bog", hemos llamado "energía del instinto" porque es el fundamento de todo lo que forma parte de lo que conocemos como "instinto". En la conciencia de la planta el factor que tiene mayor importancia o que la sostiene es, por consiguiente, "el instinto". Por lo tanto, el reino vegetal también puede, de modo justo, calificarse de "reino del instinto". La planta ha dominado hasta un grado tal el cuerpo de la energía del instinto, a la que nos hemos referido, que éste puede sostener su conciencia diurna. Pero como la planta no domina ninguna de las otras energías cósmicas básicas de un modo que pueda considerarse relevante, esto quiere decir que su existencia despierta o consciente sólo puede consistir en experiencias de tipo instintivo. Como experiencias de tipo instintivo son, a su vez, lo mismo que llamamos "percepción vaga", la conciencia diurna de la planta o existencia despierta sólo consiste, por lo tanto, en la experimentación de "percepciones vagas". Una planta no puede, por consiguiente, experimentar ningún hecho real. Todo es percepción vaga. Conviene, naturalmente, aclarar al respecto que las percepciones vagas de este tipo, que una planta puede experimentar, son de una naturaleza muy primitiva y, por lo tanto, no pueden ser detalladas, profundas y modeladas como las del animal, lo cual en este caso quiere decir las percepciones vagas del hombre terreno, en las que otras energías básicas están comenzando a ser un factor prominente. Naturalmente, en la planta también están presentes todas las energías básicas, tal como lo están en cada uno de los otros reinos de existencia, pero se muestran más o menos latentes en relación con la energía del instinto, que aquí se encuentra de modo preponderante o en su culminación. Un esquema exacto sobre esto se encontrará en posteriores símbolos y en capítulos especiales de Livets Bog.


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