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El hombre terreno desarrolla órganos que lo harán capaz de percibir fuera del mundo material. El mundo físico como ilusorio. La existencia espiritual como la forma fundamental de experimentación de la vida. El hombre terreno como un feto que todavía no ha nacido en el mundo espiritual. Toda la existencia humana terrena como una introducción a la verdadera vida. "Livets Bog" y el material introductorio.  177. La evolución del hombre terreno de animal a hombre supone una espiritualización o desarrollo de unos órganos por medio de los cuales puede adquirir experiencia sobre realidades y relaciones o zonas de existencia, que se encuentran fuera del mundo físico y que, por consiguiente, no pueden verse con los ojos físicos ni oírse con los oídos físicos. Se trata, así pues, de zonas de existencia cuyos elementos están formados por energías cósmicas básicas combinadas de manera distinta que en los elementos o cosas del mundo físico. Como las formas de percepción que dominan en estas zonas de existencia descubren que el mundo físico es ilusorio, es decir, que en él no hay nada en absoluto que en realidad sea lo que parece ser en la zona física, y que todas las realidades físicas tienen su causa o su origen en las zonas cósmicas, y que las repercusiones o resultados engendrados por estas realidades también tienen una finalidad cósmica, así se le hace visible al ser cósmico que la existencia cósmica es la forma fundamental o verdadera de experimentación de la vida. Una forma de existencia que el hombre terreno sólo puede, por consiguiente, experimentar de modo fundamental más allá del gran nacimiento, y frente a la cual su vida actual, incluso por lo que respecta a seres humanos terrenos muy evolucionados, sólo puede compararse a la vida del feto no nacido con respecto a la existencia en la que se encuentra envuelto al nacer al mundo físico. El hombre terreno a pesar de su incipiente espiritualidad sólo es, pues, un feto no nacido con respecto al mundo cósmico, y es precisamente en virtud de ello que al proceso que desencadena la capacidad sensorial del individuo en dicho mundo se le da en "Livets Bog" el nombre de "el gran nacimiento".
      Como de este modo la existencia física del hombre terreno sólo es, en realidad, un feto que se desarrolla para la verdadera existencia, todas las realidades y los detalles físicos, toda la evolución humana terrena actual sólo son una introducción a la verdadera vida. Y todo lo que hasta el momento hemos tratado en "Livets Bog" sólo ha podido calificarse legítimamente de material introductorio de esta vida divina, de esta existencia transfigurada, que a través de los próximos capítulos del presente libro haremos accesible a la zona material traduciéndolo para que pueda ser interpretado materialmente para orientar, apoyar e inspirar a todos los seres, cuya evolución les da comprensión, buena voluntad, deseo e interés para ser receptivos al flujo de las energías de un mundo superior de este tipo en su conciencia.


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