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Incipientes facultades espirituales. La señal que indica la cercanía del gran nacimiento. Campos en los que el individuo sólo puede espiritualizarse por medio de dolor y sufrimiento. El hombre terreno en diversos estadios de un proceso de despertamiento. La comprensión del individuo de realidades espirituales y el lenguaje directo de la vida  176. La zona evolutiva en la que se encuentra la humanidad terrena contiene toda una escala de diversos estadios de un proceso de despertamiento. Los seres humanos terrenos que se encuentran más cerca de los seres que comúnmente llamamos animales son robustos, y su evolución tiene principalmente lugar por medio de la brutalidad, la dureza y el sufrimiento. Pero a medida que nos acercamos a las zonas del verdadero reino humano encontramos seres cada vez más refinados, cada vez más receptivos para las energías superiores o con unos sentidos más aptos para percibir unas energías tales como sentimiento, inteligencia e intuición. Y de estos seres decimos entonces que son "ilustrados", que son "cultos", que tienen "gran riqueza de espíritu", y aquí empezamos igualmente a encontrar a seres que conocemos con el concepto de artistas, escritores, científicos, genios, etc. Esto significa que estos seres ya han comenzado, hasta un cierto grado, a servirse de energías espirituales, han comenzado a desarrollar órganos espirituales, han comenzado a crear manifestaciones espirituales y así han comenzado, en grado correspondiente, a ser seres espirituales. Y cuanto más nos acercamos a la verdadera zona humana, más encontramos que, en conjunto, los seres carecen de los deseos materiales y groseros, tales como sentimiento de venganza, deseo de diversiones materiales toscas, adquisición de bienes y de riqueza, etc. Los intereses físicos de estos seres, por consiguiente, han disminuido mucho en beneficio de intereses espirituales, de verdadero conocimiento, de verdadera creación y amor auténtico. En ellos comienza a alborear una existencia transfigurada.
      Cada hombre terreno va, pues, de camino hacia esta existencia transfigurada. Y si está cerca de ella o si todavía se encuentra en una forma de existencia muy animal se revelará por las formas de energía que está desarrollado para percibir, por lo rudas que deban ser las fuerzas que todavía son necesarias para ejercer influencia en él, o por la fineza y nobleza de los impulsos, de los pensamientos, de los matices de sus sentimientos y de las intuiciones que pueden atravesar su conciencia, y de cuyas manifestaciones puede, por lo tanto, servirse. Si es receptivo para la corriente sutil de energía espiritual que, en forma de una voz interior, neutraliza toda forma de gusto por intereses egoístas, por mentir, engañar, matar, ir de caza y de pesca, comer carne y sangre, no dar la mejilla derecha cuando se es abofeteado en la izquierda, no tolerar una ofensa, no aceptar enseñanza e instrucción superior, no ser tolerante, etc., entonces esto es expresión de que "el reino de los cielos" o "el gran nacimiento" está cerca. Esto manifiesta, de este modo, que los órganos espirituales ya están en un estado avanzado de evolución y de que el individuo ha comenzado a servirse de ellos. En caso contrario, si el individuo todavía no nota en absoluto una "voz" de este tipo en su interior, esto muestra que dicho individuo todavía es un ser durmiente en los campos citados, y sólo puede ser despertado por una "voz" más fuerte, lo cual quiere decir dolor y sufrimiento. En todos los campos en que el individuo no está en condiciones de servirse de energías espirituales, es decir, de sabiduría, intuición y amor, sólo puede ser receptivo para el materialismo o energía del peso que, inevitablemente, estimula el principio del sufrimiento o el tosco proceso de despertamiento que el ser durmiente, desde un punto de vista cósmico, debe atravesar primero para poder evolucionar de animal a hombre. En este proceso de despertamiento, los seres humanos terrenos se encuentran en diversos estadios. En algunos de estos estadios los seres son susceptibles o receptivos para energías o impulsos espirituales de gran fineza, desde el punto de vista del sentimiento y la inteligencia están muy desarrollados, piensan y actúan en beneficio de sus semejantes. En otros estadios los seres, al contrario, sólo son receptivos para la energía física y, de este modo, no tienen ningún contacto especial con un mundo superior, sino que viven, principalmente, para intereses egoístas. Los seres humanos terrenos se encuentran, por lo tanto, en distintas etapas con respecto a su carácter y, por consiguiente, no todos son igual de receptivos para las energías espirituales. Y es necesario que mencionemos esto antes de pasar a exponer en los siguientes capítulos los grandes análisis de la vida, que se han hecho realidad exclusivamente a base de órganos desarrollados para poder recibir la energía cósmica. Hay, pues, que comprender que se es receptivo para la energía espiritual en el mismo grado en que se puedan comprender y aceptar las descripciones y análisis cósmicos de "Livets Bog" que se van a suceder, mientras que sucede lo contrario en el mismo grado en que se carece de interés y facultades para poder comprender estas realidades. Si a un ser le parecen fantasía, algo por lo que siente antipatía o intolerancia, entonces esto es una manifestación infalible de que los órganos para la energía cósmica de este ser todavía están latentes o aún no son utilizables, y de que su percepción todavía está dominada por la energía del peso, lo cual quiere decir la energía física. Con esto vemos de nuevo que no hay ningún motivo para sentir indignación contra la posible oposición de estos seres a todos los análisis espirituales o cósmicos, ya que estas realidades todavía son para ellos un libro cerrado. Y su oposición sólo puede ser sostenida por las mismas circunstancias que llevaron a Jesús a la cruz, a saber, que no se sabía lo que se hacía. Pero lo que no se sabe y se es incapaz de saber o comprender por medio de las palabras y manifestaciones de otros seres, se aprenderá por medio del lenguaje directo de la propia vida, lo cual quiere decir por medio de la propia experiencia y experimentación. Lo que no se comprende en la vida actual se comprenderá a lo largo de las vidas venideras.


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