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La primera religiosidad estimula el egoísmo. El incipiente culto a Dios. Las primeras formas de "figuras heroicas". "La moral oscura" como engendradora de "la moral luminosa"  174. La angustia y el horror siguen trabajando en el seno de la humanidad y hacen que la oración del individuo pidiendo protección tenga más vida y sea más consciente. Por medio de esta oración ha surgido gradualmente toda la evolución religiosa de este individuo. Esta evolución ha sido, a su vez, estimulada y sostenida por las ondas de energía del "principio creador divino", que hemos calificado de "impulsos mundiales cósmicos", y cuyos medios desencadenantes son designados como "redentores del mundo". En los primeros estadios de dicha evolución, en que la angustia y el miedo constituían lo que preponderantemente estimulaba la vida cognitiva o de la conciencia del individuo, esta evolución tenía que beneficiar el egoísmo. Se trataba de que el individuo estuviera en condiciones de vencer a sus enemigos, y cuando era incapaz de ello necesitaba una providencia. El individuo fue gradualmente viendo a esta providencia como a un ser muy poderoso o como a un ser semejante a él, pero dotado, naturalmente, de todas las supuestas perfecciones que a él le faltaban. Por medio de sacrificios y ceremonias buscaba congraciarse con este ser para poder recibir de él ayuda para vencer sus dificultades. Como estas dificultades consistían en vencer a sus semejantes, que estaban sedientos de sangre, todos aquellos que estaban dotados de una fuerza y un vigor especiales, y que por consiguiente tenían disposiciones especiales para vencer al enemigo y triunfar sobre él, se convirtieron en "figuras heroicas". Y la moral vigente era, por lo tanto, de una naturaleza oscura. Las reminiscencias de esta moral todavía atraviesan el cuerpo de la sociedad humana terrena. Pero como la moral oscura está principalmente formada por energía del peso y, por consiguiente, estimula todas las formas de sufrimiento, y como el sufrimiento, a su vez, ennoblece la vida afectiva, es decir, desarrolla la facultad de sentir compasión, misericordia, abnegación, etc., dicha moral se socavó a sí misma a medida que le fue ocasionando tanto sufrimiento al individuo que tuvo lugar este ennoblecimiento. Con el desarrollo progresivo de este ennoblecimiento, surgió antipatía contra la moral oscura, contra el despliegue consciente de sufrimiento. Esta antipatía es, de este modo, el comienzo de la moral sostenida por la irradiación luminosa del "principio creador divino", que ahora, por medio de la civilización y la cultura, llevará a la humanidad terrena hacia el gran nacimiento.


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