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La intolerancia y las energías cósmicas básicas: el peso, el sentimiento y la inteligencia  168. Tal como ya hemos indicado, la intolerancia es sinónimo de odio, ira o indignación. Pero como todas estas realidades, en sus diversas formas, surgen de una energía cósmica básica o la representan, de una energía que posteriormente conoceremos con el nombre de "energía del peso", y cuya naturaleza debe calificarse de explosiva, lo cual quiere decir que en todas las manifestaciones en que hay exceso de esta energía surge la destrucción, la escisión, la guerra, la muerte, el asesinato, la mutilación, además de todas las formas de enfermedad; se puede dejar sentado que la intolerancia está compuesta en su mayor parte de esta energía. Como contrapeso de esta energía aparece otra energía cósmica básica que también más tarde conoceremos con el concepto de "energía del sentimiento". De esta energía debe decirse que es por naturaleza pegajosa y tiene la facultad de unir. En todas partes donde esta energía está en conexión con la energía de la inteligencia, que también constituye una energía cósmica básica que por naturaleza actúa de modo vinculante sobre la energía del peso y la domina, surgen todas las formas de manifestaciones que conocemos como amor, armonía, belleza, paz y verdadera felicidad. Allí donde la energía del peso domina a la inteligencia y al sentimiento en la conciencia de un ser surgen, por tanto, todas las manifestaciones oscuras. Si, con respecto a la inteligencia, dicho individuo tiene demasiado sentimiento, estas manifestaciones oscuras son de naturaleza religiosa, al igual que, del mismo modo, son de naturaleza materialista si el individuo, con respecto al sentimiento, tiene demasiada inteligencia. Si estas dos energías tienen, al contrario, la misma capacidad en la conciencia del individuo, se desencadenan como energía del amor. Ésta estará, por su parte, más o menos en condiciones de neutralizar o inmovilizar los efectos de la energía del peso, según y conforme la inteligencia y el sentimiento del individuo se encuentren en un estadio más o menos avanzado.
      En las últimas zonas evolutivas del reino animal, lo cual quiere decir allí donde la humanidad terrena se encuentra, son particularmente estas tres formas de energías básicas citadas las que reaccionan las unas con respecto a las otras. Esta reacción tiene lugar a través de los seres vivos que se encuentran en dicha zona. La manifestación de dichos seres es, pues, una mezcolanza de "bien" y "mal", odio y amor, guerra y paz, destrucción y construcción, etc. Pero a medida que la inteligencia y el sentimiento se abren cada vez más camino en la conciencia del individuo, se equilibran y se desencadenan como amor o dominio de la energía del peso, se produce el gran nacimiento para estos individuos, y con ello una existencia transfigurada comenzará a hacer su entrada en las zonas de la Tierra.
      En cuanto a las energías cósmicas básicas, habrá oportunidad de estudiarlas detenidamente en los capítulos siguientes y, por consiguiente, aquí no podemos profundizar en estas realidades, limitándonos a su relación con la intolerancia.


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