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La causa de la intolerancia y el modo de combatirla. Cuando se muestra ira contra un ser porque es intolerante.  166. La causa de que el individuo muestre ira o intolerancia, así como la de que tenga una concepción religiosa determinada, se debe a la relación que sus fuerzas espirituales más profundas tienen entre sí, y, de este modo, tampoco es algo que pueda hacerse desaparecer por medio de un simple acto de voluntad del propio individuo o bien por una dictadura o una prohibición venida del exterior. Sin embargo, esto no significa, naturalmente, que la intolerancia no pueda combatirse, al contrario puede ser combatida, pero hay simplemente que comprender que este combate representa la transformación total de una conciencia o naturaleza, con hábitos milenarios, del individuo en cuestión. Si se piensa en lo difícil que puede ser acabar con un vulgar hábito o vicio que se ha adquirido, que ha estado vinculado al individuo durante un periodo de tiempo microscópico en comparación con la naturaleza de la intolerancia, se comprenderá que la intolerancia no se puede hacer desaparecer en el acto. Pero para acabar con ella se requiere, naturalmente, que el individuo, ante todo, haya avanzado tanto en su evolución que comience a sentir un deseo irresistible de luchar, precisamente, contra la intolerancia. Luchar contra la intolerancia es lo mismo que desarrollar tolerancia, lo cual, a su vez, es lo mismo que desarrollar una facultad nueva. Pero para desarrollar esta facultad hasta su perfección o virtuosidad se requiere, al igual que para desarrollar la virtuosidad en cualquier otro campo, por ejemplo en el de la música, los idiomas, etc., un entrenamiento o ejercitación constante. La intolerancia sólo puede combatirse con una voluntad tenaz que se traduce en pequeñas victorias cotidianas. A base de ellas se llega finalmente, paso a paso, al punto de que uno ha transformado tanto sus fuerzas espirituales interiores que ya no tiene más tendencias de intolerancia en su interior y, por consiguiente, se ha transformado en un virtuoso en el despliegue de la tolerancia. Poder experimentar tolerancia forma, pues, parte de las facultades que únicamente pueden adquirirse por medio de entrenamiento o ejercitación, no por medio de un dictado. Por consiguiente, si se manifiesta ira u odio contra un ser porque es intolerante, esto expresará solamente que uno se encuentra en el mismo estadio que este ser, y que todavía no ha comprendido que esta ira o indignación, que uno desencadena en tal situación, es tan injusta y es una manifestación tan grande de imperfección como aquella de la que es objeto por parte de otro ser.


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