Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1-288) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

Un resumen del análisis cósmico de la humanidad terrena. El cumplimiento del gran mandamiento de amor en forma de doce puntos decisivos  117. Con esto hemos examinado todos los factores evolutivos más importantes que actualmente dominan la sociedad del hombre terreno. Nos hemos dado cuenta de su estado desdichado y de la causa de este estado, al mismo tiempo que también se nos ha mostrado el camino para eliminarla. Para que este camino quede todavía más claro y sea más accesible para el buscador de la verdad, en armonía con el presente y los otros capítulos de "Livets Bog" vamos a hacer una sinopsis del análisis cósmico de la sociedad del hombre terreno en el siguiente pequeño resumen:
      La sociedad del hombre terreno constituye una realidad cósmica que se encuentra en evolución. En esta evolución, esta sociedad representa un estadio que, a su vez, puede definirse como un estado transitorio del "reino animal" al "reino humano". Este estado se manifiesta, por consiguiente, como una lucha entre las energías dirigentes de estos dos reinos, que a su vez pueden definirse como "egoísmo" y "altruismo" respectivamente. Como las energías del egoísmo son, en su naturaleza cósmica, explosivas o dispersantes y las del altruismo aglutinadoras o unificadoras, la evolución de la sociedad del hombre terreno será pues semejante a una transformación de un estado en forma de niebla y dispersante a una unidad aglutinada o condensada. En otras palabras, dicha sociedad puede compararse con una nebulosa que va camino de condensarse en un sol luminoso. En este proceso de condensación, la sociedad del hombre terreno ha llegado al punto de manifestarse como una serie de puntos luminosos aislados ya fundidos o condensados. Estos puntos luminosos se nos muestran como "naciones" o "poderes públicos". Pero el proceso de condensación sigue teniendo lugar. Los poderes públicos ya se han fundido o son muy dependientes los unos de los otros en forma de una serie de disposiciones internacionales,de modo que la suspensión de un poder público concreto o su exclusión de esta fusión es, en muchos casos, una "ruptura", una catástrofe. Para los seres humanos terrenos más inteligentes este hecho es tan evidente que ha dado lugar a grandes movimientos internacionales contra la guerra, ligas por la paz y "la Sociedad de Naciones", movimientos todos ellos en desarrollo creciente y constituyendo fuerzas que se concentran cada vez más en la creación de una administración y un gobierno mundial y, de este modo, harán que el cumplimiento de la promesa de las religiones mundiales, "un solo rebaño y un solo pastor" sea un hecho. Estas realidades se hacen cada vez más visibles como hechos verdaderos y absolutos a medida que los sufrimientos y dificultades, que la humanidad terrena experimenta actualmente, apuntan todos retrospectivamente hacia la energía animal del "egoísmo", que en este caso es lo mismo que "nacionalismo". Esto no significa, naturalmente, que los rasgos característicos del espíritu y la cultura de las naciones tengan que ser frenados. Nos referimos solamente a aquellos aspectos de estos rasgos que perjudican la existencia y bienestar del conjunto de toda la humanidad o entran en colisión con ambos. Como el fomento del altruismo en forma de "internacionalismo" también es estimulado o sostenido por el nuevo impulso mundial del "principio creador divino", del que ya hemos hablado con anterioridad, la victoria del internacionalismo, en forma de un reino mundial internacional y divino con un absoluto conocimiento espiritual común como base religiosa y una administración mundial totalmente perfecta o justa, creada a partir de esta base, no debe considerarse de ningún modo como una utopía o un complejo y lejano problema en un futuro poco claro, sino, al contrario, como un hecho real cuya progresiva creación contemplamos cotidianamente con nuestros propios ojos y al que, por consiguiente, ningún hombre terreno puede oponerse irresponsablemente ni puede dejar de impulsar. Y esto se transforma todavía más en un hecho a medida que estas realidades o este reino mundial, descrito en el presente capítulo con sus resultados ya cumplidos, sólo es, en realidad, la abolición de todos los hechos que el hombre terreno está experimentando hoy como imperfecciones y faltas. Como la humanidad terrena está principalmente formada por individuos normales, y los individuos normales sólo hacen uso de acciones normales, y las acciones normales son las acciones que, tal como confirma la experiencia, son lógicas, la mayoría actuará, por lo tanto, de un modo lógico con respecto al mantenimiento de la sociedad del hombre terreno a medida que, precisamente, experimente lo ilógico y equivocado de su existencia actual. En caso contrario deberá ser calificada de anormal. Pero como todas las experiencias muestran que la mentalidad del hombre terreno es sana, ya que cada día evoluciona y aprende de todo, saca partido de todo, y que su evolución cósmica va en aumento de una manera normal, el reino mundial será en un futuro relativamente cercano una realidad cuya creación cada hombre terreno hoy está impulsando o retrasando. La pregunta más importante para cada hombre terreno es: ¿"Qué debemos hacer para estar a tono con la creación de este reino de paz divino o para desencadenar la armonía y la felicidad absoluta en la Tierra?" y la respuesta es aquí, tal como en todas las otras manifestaciones de la sabiduría divina, "Amaos los unos a los otros".
      Como las energías o vibraciones de la irradiación luminosa del principio creador han hecho que el cumplimiento de este mandamiento divino diese, gradualmente, lugar a unas determinadas realidades concretas, que intervienen en la vida cotidiana del hombre terreno, y estas realidades, por medio del nuevo impulso mundial de dicha irradiación, se acentuarán mostrándose como sinónimas al camino hacia la luz, vamos a dar una visión de conjunto de todas estas realidades. Dichas realidades, o el despliegue conjunto de energía, por medio del cual la Providencia divina trata de que el cumplimiento del gran mandamiento del amor por la humanidad llegue a su perfección, se pueden expresar en forma de los doce puntos siguientes:
1.Triunfo del altruismo, en todas sus formas, sobre el egoísmo. (Triunfo del interés común sobre el interés privado).
2.Creación de un régimen mundial internacional y democrático.
3.Desarme de todos los países en favor de la creación de una policía mundial internacional e imparcial.
4.Desarrollo de un sistema legislativo y jurídico supremo, internacional y público, es decir, no secreto, en cuyo seno los seres más desarrollados en el campo de la ciencia, tanto material como espiritual, y más representativos estarán capacitados para conocer la diferencia entre acciones "anormales" y "delitos", conocerán el curso de la evolución y de las leyes eternas de la existencia y, por ello, podrán garantizar una justicia y unos derechos absolutos para todo y para todos.
5.Abolición de la propiedad privada de bienes en favor de la posesión de estos bienes por el estado mundial.
6.Abolición del dinero. El trabajo personal de un individuo será el único bien que tendrá valor, y el recibo que se le dará por este trabajo el único medio de pago.
7.Establecimiento de un fondo común para la infancia, la vejez y la enfermedad para todo el estado mundial basado en las cuotas de los recibos de trabajo.
8.Explotación de las máquinas con el fin de acortar el tiempo material de trabajo en favor de días de estudio y de investigación espiritual.
9.Abolición de toda política violenta y de todo derramamiento de sangre.
10.Abolición de la tortura, los castigos físicos y la pena de muerte en favor de la creación de medidas educativas y de internamientos competentes.
11.Desarrollo de alimentos vegetarianos, de la salud y de la higiene, creación de viviendas sanas y soleadas.
12.Desarrollo de la libertad de pensamiento, de la tolerancia, del humanitarismo y del amor hacia todos los seres vivos, seres humanos, animales, plantas y minerales.
Estos doce puntos pueden considerarse como sinónimos de las realidades alrededor de las cuales se concentra toda la energía humana terrena, y por medio de las cuales el cumplimiento del supremo mandamiento del amor: "Amaos los unos a los otros", teniendo como base el nuevo impulso mundial que ahora se encuentra en la vida diaria del hombre terreno, avanza hacia su despliegue total. Dichos puntos no son, pues, una especulación mental ni una hipótesis construida, sino al contrario la expresión de un verdadero análisis de hechos que sólo se han manifestado en la vida cogitativa o del pensamiento a base de previas experiencias reales. Por esto, ningún hombre terreno puede existir sin estar en contacto con estas realidades o rodeado de estas energías.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.