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Cada individuo encuentra su "verdadero lugar". "Una jornada normal de trabajo"  111. Como al final no habrá ninguna propiedad privada en absoluto, todos los barcos y ferrocarriles, todas las fábricas y talleres, todas las minas, yacimientos y máquinas, todas las provisiones, etc. serán propiedad del estado mundial, serán propiedad de toda la humanidad terrena y no de algunos de sus miembros. Por lo tanto sólo habrá, en realidad, una empresa en el mundo. Esta empresa no tiene como misión, en forma de "beneficio" o "superávit", dar lugar a la apropiación de bienes no pagados, crear la base para una "existencia gratis" y en la holgazanería para un grupo de "accionistas" y sus familias, herederos y familiares. Dicha empresa sólo tiene, al contrario, como misión mantener de un modo absoluto la producción de artículos de primera necesidad al nivel exactamente necesario para que cada uno de los individuos concretos de la humanidad terrena pueda tener una existencia desahogada y sin esclavitud. Para ello utilizará, como ya sabemos, todas las máquinas para el trabajo físico más rudo, pero para el resto del trabajo tiene que servirse de los seres humanos terrenos. Cada individuo capaz de trabajar tiene, por consiguiente, la obligación de contribuir con su parte de trabajo que, según los cálculos científicos, es necesario para que él y el resto de la sociedad humana terrena, con sus individuos incapacitados para el trabajo, puedan tener la forma de existencia anteriormente citada. Este trabajo prescrito por la ley no puede tener en ningún sentido tinte de servidumbre ni de coacción, ya que la administración del estado mundial, altamente moral y científica, le garantiza a cada individuo su trabajo en los oficios y campos por los que precisamente se interesa y para los que tiene mayor talento y aptitud. Los artistas innatos van, pues, a trabajar al servicio del arte. Seres con aptitud para la ciencia trabajarán con la ciencia (tanto la ciencia espiritual como material). Talentos para la artesanía y los trabajos de fabricación trabajarán en estos campos, etc. Y de este modo cada individuo estará en lo que él mismo experimentará como "su elemento" y por ello será feliz trabajando. El estado mundial sólo puede tener interés en hacer del trabajo un estimulante, un entretenimiento y una bendición para cada individuo, y no "un mal necesario" tal como es el caso actual en que millones de seres humanos terrenos alrededor de todo el mundo sólo pueden considerar su trabajo así, precisamente porque a este trabajo además de su propia existencia se liga también el mantenimiento de una serie de poderosos capitalistas, que viven en la abundancia o gratis, por lo cual dicho trabajo es una servidumbre o tiene un tinte de esclavitud. En el estado mundial el trabajo de los individuos no puede jamás ser de una naturaleza así. Toda la suma de trabajo que se necesita cada día para el mantenimiento de la existencia del conjunto de la humanidad terrena será calculada científicamente y repartida entre todos sus individuos normales de ambos sexos, y completamente capaces de trabajar, en forma de "días normales de trabajo". A cada individuo se le asigna, pues, un determinado número de estos "días normales de trabajo" a la semana en las profesiones y campos que, tal como ya hemos dicho, son de su interés y para los que tiene disposiciones. Con respecto a la amplia y perfecta economía del estado mundial, que no permite que ningún individuo capaz de trabajar se libere de su obligación de trabajar, un día normal de trabajo es en dicho estado mucho más corto que hoy, lo cual significa una cantidad muy grande de tiempo libre para los individuos, lo mismo que, como ya hemos dicho, días de estudio semanales para todos los individuos para el desarrollo del espíritu y de la cultura.


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