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El verdadero objetivo de las máquinas según el plan divino con el universo. La explotación de las máquinas por el poder privado y la falta de recursos. Los movimientos sindicales, las organizaciones y las asociaciones políticas  109. Otro elemento de extraordinaria importancia y muy poderoso, que también cambiará bajo la autoridad mundial, es las ventajas a que da lugar el uso de máquinas modernas. Por máquinas se entiende una realidad con cuya ayuda se está en condiciones de producir "trabajo". Esto significa, a su vez, una realidad que puede facilitar las tareas de la humanidad terrena y liberarla en parte de la dureza de su trabajo cotidiano. Como una máquina sólo se introduce y tiene éxito en el mundo si puede realizar, en un campo determinado, un trabajo mayor y mejor que un ser humano terreno, el resultado es que, a veces, se construye una máquina para que pueda hacer diez veces o cien veces más trabajo que un simple individuo en el mismo espacio de tiempo. Para que el conjunto de la humanidad terrena pueda existir en el mundo, esta humanidad tiene que realizar cada día una cierta cantidad de trabajo. Por medio de una máquina, esta cantidad de trabajo puede reducirse en proporción directa con el trabajo de tantos individuos como dicha máquina ha sido construida para reemplazar. Si, por ejemplo, una máquina reemplaza a cien personas, esto significa que estos cien individuos están a disposición del resto de la humanidad terrena, y que el tiempo total que estos individuos y esta humanidad deben trabajar puede reducirse de modo correspondiente. Como en todo el mundo se usan máquinas por millones y se siguen inventando nuevas, esto significa que el número de horas de trabajo que condiciona la existencia del conjunto de la humanidad terrena se reduce millones y millones de veces, y sigue reduciéndose todavía más. A base de las máquinas, la humanidad terrena ha obtenido un caudal de "tiempo libre" que sigue creciendo. Esto no significa solamente que su jornada diaria de trabajo puede acortarse, sino también que, además del "día de descanso" semanal, cada hombre terreno concreto puede tener varios "días libres". Pero como la ociosidad no está en armonía con la ley de la existencia, las palabras "Seis días trabajarás, pero el séptimo será día de descanso" seguirán oyéndose por toda la Tierra. Esto quiere decir que el excedente de "días libres" que tendrán los individuos no podrá usarse de manera lícita para la ociosidad. Pero como en estos días no hay ningún trabajo material, el trabajo tiene que ser de naturaleza espiritual. Esto significa, a su vez,que estos días libres de trabajo material serán días de estudio para los individuos. La futura autoridad mundial creará, por ello, escuelas e instituciones docentes en las cuales los seres humanos terrenos, según prescribirá la ley, tendrán que estudiar estos días arte, ciencia, idiomas, macroeconomía, oficios artesanales, etc., y, de este modo, recibirán formación gratuita en las materias y campos especiales que cada individuo decida de acuerdo con sus deseos, su interés y sus aptitudes particulares, entrando así en contacto con la ley de la existencia, elevando su nivel de receptividad para "el gran nacimiento venidero". De esta manera la ley de la existencia se cumplirá totalmente en la futura administración mundial. Pero es natural que, como actualmente esta administración no existe en absoluto, el estado de cosas se vea forzado a ser todo lo contrario. Y con respecto a las máquinas, vemos que son descubiertas y utilizadas, y que le proporcionan al hombre terreno mucho "tiempo libre", pero aquí comienzan las discrepancias. El caso es que presenciamos que este "tiempo libre" constituye directamente una "enfermedad cancerosa" que socava a la humanidad terrena porque es sinónimo de la ociosidad de la que se habla comúnmente hasta la trivialidad, y que es conocida con el concepto de "paro laboral" que hoy, en gran escala, se extiende a todas las partes del mundo. Como "paro laboral" aquí es lo mismo que "falta de recursos", vemos actualmente que las máquinas crean "falta de recursos" y van contra el plan divino del universo que, tal como acabamos de ver, tiene como objetivo dejar que las máquinas liberen, en parte, a la humanidad terrena de la presión material que, en forma de trabajo duro, todavía oprime su existencia, liberación que facilitará el acceso del hombre terreno a las regiones espirituales o del conocimiento divino. Para hallar la causa de este estado de cosas, en que las máquinas todavía no han llegado a estar en armonía con el plan del universo, tenemos que considerar de nuevo las circunstancias que todavía condicionan que la justicia no esté unida con el poder, y que la humanidad terrena o su macroeconomía todavía constituya un coloso que domina en virtud del principio "que cada cual piense en sí mismo" concentrado en forma del "interés privado", y que, por consiguiente, todavía no ha acumulado "la sangre" necesaria que, en forma de "interés común", la consolidará dando lugar a un cuerpo de justicia unido en su forma más pura. Como "el interés privado" en forma del "poder del dinero" o "poder privado" posee los bienes materiales del mundo, tiene una función determinante sobre todo tipo de trabajo y, por consiguiente, sobre la administración. Dado que el poder privado no puede estar interesado en el desarrollo del "interés común" o "poder común" y en su adquisición de poder, ya que esto significaría su propia destrucción, sólo favorece aquellos objetivos que pueden incrementar sus posesiones y suplirlas con mayor poder. Pero para mantener su poder y su existencia tiene que servirse de un ejército de trabajadores. Como estos trabajadores son seres vivos, el poder privado se ve obligado a darles alimento y alojamiento, en forma de un salario más o menos reducido, para obtener de ellos un rendimiento, exactamente del mismo modo que el granjero debe darles a sus animales alimento y alojamiento si quiere abrigar esperanzas de obtener algún provecho de ellos. Por lo tanto, cuando se descubre una máquina el poder privado obtiene muchas ventajas apropiándosela, ya que de este modo está en condiciones de despedir el mismo número de trabajadores que la máquina puede sustituir y aumentar su "capital privado" con la cantidad que, en forma de salario, era lo que condicionaba la existencia de los trabajadores en cuestión. Un hecho que no es precisamente lisonjero porque indica que el poder privado no está en concordancia con la ley de la existencia o el gran mandamiento "Amarás al prójimo como a ti mismo", ya que se asemeja demasiado al cumplimiento de las realidades sobre las que se construye "el auténtico paganismo" o la moral mundial oscura. Que este hecho, no obstante, es una realidad nos lo muestra el creciente paro laboral en todo el mundo que, inevitablemente, tenía que ser su consecuencia. Como el paro laboral significa, a su vez, falta de recursos, dicha consecuencia tiene como resultado que miles y miles de seres humanos terrenos son privados de todo camino natural de adueñarse de los artículos de primera necesidad por medio de trabajo honrado. Y las inevitables consecuencias de ello tienen, por su parte, que ser: miseria, mendicidad, estafas, prostitución, delitos, holgazanería, vagabundeo, embotamiento mental y suicidio, cosas todas ellas que sólo pueden calificarse de no naturales, de enfermedad devoradora o de herida abierta en el cuerpo de la humanidad terrena. Y esta herida se está extendiendo a una velocidad tan extraordinaria, que las masas de todo el mundo comienzan a sentirse amenazadas y han empezado a oponer resistencia en forma de movimientos sindicales, organizaciones políticas y asociaciones de tipos muy diversos. Y esta resistencia no cesará hasta que el conjunto de los bienes materiales de todo el mundo se reúna en una tesorería general, común para los cinco continentes, común para toda la humanidad, que, protegida por una autoridad mundial y administrada por un gobierno mundial, pueda garantizarle a cada ser vivo unas condiciones naturales para la existencia, una ley y un derecho verdadero, humanitarismo y amor universal.


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