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El gobierno mundial suprime el sistema de intermediarios y "las fuentes de ingresos artificiales". Los artículos de primera necesidad se abaratan  105. Con respecto al comercio, el gobierno mundial se ocupará de que cada mercancía o cada producto siga el camino más corto del productor al consumidor. Por consiguiente, abolirá el actual sistema comercial con su fantástico zig-zag en que, un montón de veces las mercancías dan una infinidad de rodeos, hacen un montón de trasbordos, son transportadas de intermediario a intermediario, de empresa a empresa antes de llegar al consumidor. Como estos trasbordos o manejos por intermediarios sólo pueden, naturalmente, tener lugar cuando los intermediarios sacan un provecho de ellos y no pueden tener lugar sin trabajo, y éste tampoco puede ser gratis, este sistema significa que las mercancías se encarecen de un modo extraordinario para el consumidor, al mismo tiempo que la capacidad de trabajo del conjunto de la humanidad terrena se sobrecarga muy inútilmente con este trabajo inútil. Pero dejar que un producto, un artículo de primera necesidad pase por una serie de procesos tras los cuales su naturaleza no ha cambiado en absoluto o incluso, a veces, ha perdido su cualidad de fresco, pero no obstante ha subido de precio y, de este modo, se ha hecho más inaccesible, está en conflicto con la naturaleza, con la razón o inteligencia y se muestra como una anormalidad. El actual sistema comercial de intermediarios, que en ningún caso significa un cambio para una mejor calidad de la mercancía, sino que, al contrario, en muchas ocasiones hasta causa una cierta deteriorización de ésta, al mismo tiempo que la encarece mucho, es, de este modo, una anormalidad del mundo de los negocios. Y del mismo modo que, por ejemplo, un envío postal o una carta de Dinamarca, gracias a una organización mundial bien desarrollada del servicio de correos, no necesita pasar por una serie de empresas postales privadas en España, Noruega, Inglaterra, África, la India, etc., que se hacen la competencia y desean obtener un beneficio, para llegar a su destino, Nueva York, donde el porte de dicho envío sería muy superior al actual; un artículo de primera necesidad tampoco necesita pasar por una serie de empresas intermediarias, interesadas en obtener un beneficio, para ir del productor al consumidor y, así mismo, sufrir un considerable aumento de precio.
      La abolición de todo este sistema de intermediarios significará una reducción de precios para la humanidad. Quizá se harán objeciones al respecto y se responderá que la abolición del sistema de intermediarios dejará sin pan a estos seres en cuestión, pero en relación con esto hay, a su vez, que objetar que, del mismo modo que el estado mundial no puede estar interesado en fomentar una "fuente de ingresos" que sólo consiste en sacar agua de un pozo para, simplemente, verterla de nuevo en él, tampoco puede estar interesado en fomentar el cuerpo de intermediarios comerciales mientras éste exista en forma de "ocupación", que no sólo es análoga a la sobredicha fuente de ingresos, sino que al mismo tiempo, en forma de aumento de precio de las mercancías e incremento del trabajo, significa un déficit o una importante socavación de la economía conjunta de la humanidad terrena. Como los seres del sistema de intermediarios viven, en realidad, de unos bienes por los que no han prestado nada a cambio, ya que su trabajo es totalmente superfluo, su fuente de ingresos está emparentada con una "ocupación o fuente de ingresos artificial". Una fuente de ingresos artificial significa aquí todos los distintos tipos de ingresos por medio de los que un individuo puede mantener su existencia sin haber prestado ningún trabajo en absoluto a cambio. La beneficencia a los pobres, el subsidio de paro, los premios del juego, los valores en forma de herencia, etc. también forman parte de "las fuentes de ingresos artificiales" de este tipo. Tales realidades son, todas sin excepción, factores que, en mayor o menor grado, eximen a los seres en cuestión de prestarle al resto de la sociedad un trabajo por su existencia y se transforman, por lo tanto, de modo correspondiente en "fuentes de ingresos" que son mantenidas por el trabajo de otros seres. Y es evidente que tales anormalidades serán imposibles cuando la economía conjunta de la humanidad terrena dependa de una sola administración. El futuro gobierno mundial contará únicamente con ocupaciones que no sólo constituirán un plus, tanto físico como psíquico, para los individuos que las ejerzan, sino que también constituirán un plus para la economía de todo el estado mundial y, de este modo, se mostrarán como un factor atenuante de las condiciones de trabajo y de existencia del conjunto de la humanidad terrena. En el estado mundial el precio de todos los artículos de primera necesidad, comparado con los precios actuales, será irrisorio, ya que sólo incluirá el salario y no el beneficio ni una multitud de "fuentes de ingresos artificiales" en beneficio de otros seres. Cada ser capaz de trabajar tendrá que aportar al reino mundial no un déficit sino un verdadero plus a cambio de su existencia.
      La autoridad mundial impedirá la existencia de cualquier tipo de fuente de ingresos que no corresponda a un salario normal y verdaderamente ganado y que, al contrario, se manifieste en forma del "beneficio o superávit" anteriormente mencionado. En el estado mundial ningún hombre terreno capaz de trabajar vivirá gratis, sino que tendrá que prestar por su existencia un trabajo absolutamente provechoso para toda la humanidad terrena y para él mismo.


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