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| Índice de En torno al nacimiento de mi misión |
Capítulo 12
Porqué mi deber es hablar en vez de callar
Como se ha visto, hay situaciones en las que un ser, callándose, puede crear las más terribles situaciones, y por ello es mejor que hable, aunque dichas palabras suenen en los oídos del no iniciado como «soberbia», «amor a sí mismo», o como una «falsa» aureola heroica.
Cada ser que ha experimentado la revelación del espíritu santo se encuentra en mayor o menor grado en una situación parecida.
Y como yo precisamente he tenido una experiencia semejante, mi obligación es hablar en vez de callar, aunque yo también corra el riesgo de ser malentendido por muchos.
Pero a pesar de este riesgo, los acontecimientos que se han transformado en hechos en mi ser son de una naturaleza tan importante, de una naturaleza tan apremiante que, en el presente caso, me encuentro más en armonía con la intención divina y el sentido de la vida hablando que callando, indiferentemente de cuantas molestias la incomprensión de la mayoría pueda ocasionarme; porque solamente puede matarse el cuerpo, mi espíritu es intangible.
Y basándome en esto, ahora contaré algo sobre lo que me puso en condiciones de crear este análisis del cosmos por medio del cual la imagen eterna del universo con sus grandes principios, las frases inmortales de la Biblia o de los más grandes sabios de la Tierra, se muestra como unidades matemáticas y transforma, con ello, las grandes verdades de la vida en ciencia, en arte, en amor.
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