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Índice de Dos clases de amor   

 

 
Capítulo 44
Una época mundial está agonizando y una nueva época mundial está naciendo
Junto al amor de apareamiento se desarrolla, así pues, una nueva clase de amor en la humanidad, que no tiene nada que ver con el amor de matrimonio. Y en estas dos clases de amor presenciamos dos épocas mundiales, una de ellas está agonizando y la otra está naciendo. Cada una de estas épocas tiene su propia ley de vida. La ley de vida de la que está agonizando es la ley del amor de apareamiento. Es la ley que exige que un hombre abandone padre y madre y sea una carne con su esposa, y que la esposa considere al hombre como su señor y sea una carne con él. Si aman más a otros seres que al cónyuge y realizan el acto de apareamiento con ellos, cometen adulterio. Aquí no hay ningún amor universal. Aquí sólo existe el amor de apareamiento o matrimonio, cuyo objeto sólo es la pareja y la descendencia. Todo lo demás es ajeno a este amor de apareamiento, es más, es directamente un enemigo. La ley de vida de la nueva época es precisamente lo contrario, a saber, que hay que amar a Dios sobre todas las cosas y de todo corazón y a su prójimo como a sí mismo. Solamente esta ley de vida muestra que nos encontramos ante una nueva época de vida con una estructura totalmente distinta. Mientras la época agonizante se basa en la unipolaridad y el consiguiente principio de apareamiento o matrimonio y el talento o capacidad, así mismo engendrada por la unipolaridad, de vivir disfrutando el árbol de la ciencia en el mundo de «la caída del primer hombre» o de los errores, para, de este modo, llegar al conocimiento de lo que verdaderamente es bueno y de lo que verdaderamente es malo, la nueva época mundial se basa en el amor universal. Pero por el momento esta época del amor universal, que se basa en la bipolaridad, es tan débil o poco relevante que para la mayor parte de hombres de la Tierra pasa totalmente desapercibida, dado que esta parte de hombres todavía no tiene conciencia de la bipolaridad, sino que en gran medida sólo tiene conciencia de la unipolaridad y vive en su acto de apareamiento y matrimonio. Pero esto no modifica el hecho de que los incipientes efectos de la nueva época mundial ya se manifiesten, de manera más o menos visible, en muchos hombres alrededor de toda la Tierra. Estos seres están más o menos degenerados desde el punto de vista del matrimonio. Muchos de estos seres todavía se sienten atraídos por el matrimonio, pero, por lo general, no pueden llevar a cabo un matrimonio con el mismo cónyuge durante largo tiempo. Buscan divorciarse de éste para casarse de nuevo con un nuevo cónyuge, para posteriormente divorciarse de él, y así sucesivamente. Pero también hay seres, en los que la degeneración matrimonial está tan avanzada, que no desean casarse, sino que viven en periodos más o menos cortos o largos en relación sexual con parejas sin un matrimonio legal. Luego también vemos seres en los que la unipolaridad está totalmente degenerada y, con ella, el acto de apareamiento unipolar. A estos seres el matrimonio y su acto de apareamiento o acto carnal unipolar les repugna. Por esto, viven solteros y no tiene relaciones sexuales con seres de sexo contrario. Por lo tanto, su amor de apareamiento ha degenerado totalmente. En estos seres, esta degeneración son los primeros efectos de la nueva época mundial abriéndose paso en su psique y modo de ser. Del mismo modo que, por medio del amor de apareamiento, el fuego supremo se convierte en el fundamento de vida más elevado, más estimulante y principal del reino animal y, con ello, del hombre inacabado, el fuego supremo en forma del acto culminante de amor al prójimo también se convertirá en el fundamento supremo de la vida en el reino humano acabado. Y este incipiente reino del amor universal está, así pues, haciendo poco a poco su entrada en la humanidad de la Tierra. El hombre terreno va, de este modo, de camino, saliendo del reino animal y entrando en el reino humano perfecto, que es lo mismo que «reino de los cielos».


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