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| Índice de El camino al paraíso |
Capítulo 43
Las iglesias de las religiones mundiales cristianas anuncian en su predicación el paraíso y el infierno
De acuerdo con este principio divino, que dice que la materia espiritual se forma automáticamente según el pensamiento, el deseo y la voluntad, la predicación de las religiones mundiales también ha tenido una influencia muy grande y decisiva en la forma en que los seres experimentan el estado de paraíso tras la muerte.
En la religión mundial cristiana no se conoce nada sobre la reencarnación.
Por consiguiente, aquí no se tiene ninguna base lógica en absoluto que pueda justificar la estructura de la vida en sí.
Cuando no se admite o no se comprende que el actual destino de los seres es un resultado del modo de ser que han manifestado en vidas anteriores, ni que su modo de ser en la vida presente también crea la base para el destino que tendrán en nuevas vidas o existencias futuras, es imposible encontrar una razón para todos los sufrimientos y dificultades o los muchos destinos desdichados que a lo largo de milenios han atormentado a los hombres.
Se han creado simplemente la idea de que después de la muerte o se tenía que ir a un infierno eterno, donde uno tiene que quemarse en un fuego eterno sin jamás poder liberarse de este terrible sufrimiento o bien se tenía que ir a un paraíso, donde se iba a estar ante el trono de la Divinidad y aquí contemplar la Divinidad, Cristo y el espíritu santo.
Aquí se experimentaría, juntamente con otros, el paraíso y se daría homenaje o se alabaría a esta divinidad trinitaria.
Y este estado tendría que ser la mayor bienaventuranza o la más grande experimentación de la vida.
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