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Índice de El camino al paraíso   

 

 
Capítulo 40
La existencia soñada por los hombres inacabados o el paraíso
Aunque uno no haya avanzado tanto en la evolución, que se haya convertido en un genio en poder pensar artísticamente y producir obras de arte espirituales como las nombradas, esto no excluye que pueda soñar con una existencia ideal en otros campos. Sólo hemos citado los ejemplos que anteceden para mostrar lo perfectamente geniales que pueden ser las obras de arte en la zona espiritual. Todos los hombres, desde las primeras incipientes y primitivas formas de evolución y hasta «el hombre acabado a imagen de Dios», experimentan, de este modo, en la zona espiritual que sus más hermosos sueños se hacen realidad. Esto está vigente tanto para los hombres primitivos de la selva como para los hombres civilizados altamente inteligentes, los investigadores y científicos. Es totalmente indiferente que se sea creyente religioso o lo contrario, puesto que esto no puede impedir que se tengan en lo más profundo de sí sueños o anhelos de experimentar una existencia ideal. Más allá de la muerte física es imposible evitar vivir esto, dado que aquí la materia se forma automáticamente según el pensamiento, el deseo y la voluntad. El pigmeo experimenta, de este modo, sus sueños primitivos con la forma y concepción en la que ha aprendido a pensar en la zona física. Lo mismo sucede con el indio, el esquimal, el hombre de la Tierra de Fuego, resumiendo, con individuos de cualquier raza. Todos experimentan exactamente lo que en la zona de existencia física era la existencia que más deseaban, pero que, debido a falta de evolución y eventualmente otras circunstancias, les era imposible experimentar en dicha zona. De este modo, los hombres pobres, que eventualmente pasan hambre, tienen frío y van vestidos de harapos en la zona física, experimentan en la zona espiritual que se cumple su sueño, surgido de su estado físico, de una existencia contraria a la que tienen, con buena y abundante comida, ropa buena y caliente sobre el cuerpo, una casa hermosa para vivir y dinero en abundancia. Del mismo modo, el avaro o tacaño recibe en la zona espiritual un océano de dinero y más dinero, según el anhelo insatisfecho, que tenía en la zona física, con el consiguiente sueño de ver colmada su ambición de dinero. El pescador y el cazador también experimentan en la zona espiritual agradables terrenos para la satisfacción de sus deseos. El pescador experimenta, de este modo, ríos con multitud de peces magníficos, mientras el cazador experimenta bosques o terrenos con gran cantidad de animales. La vida en la zona espiritual se convierte así en un verdadero regocijo para tales seres. Así mismo tampoco hay ningún límite para lo perfectamente que puede colmarse el vanidoso sueño de los hombres en la zona espiritual. Según los deseos es engalanado y adornado en gran escala con púrpura, seda y oro y decoraciones. Sí, en algunos casos se experimenta, incluso, directamente a sí mismo como príncipe, papa, rey o emperador y puede ir convenientemente vestido con capa de armiño, corona y cetro y sentarse en un trono dorado y hablar a sus «súbditos». En otros casos aparece el ser en la zona espiritual, de acuerdo con sus sueños o existencia ideal, como magnate, como un creso o multimillonario residiendo en un edificio inmenso o un lujoso palacio con una servidumbre innumerable, un lujoso automóvil, un yate y un establo para caballos de carreras. Los seres que dominan aquí no son, por regla general, los que en la zona física existieron verdaderamente como hombres y mujeres ricos. Sus sueños van, las más de las veces, en otro sentido, según la saciedad de la existencia de creso que ya hayan alcanzado en la zona física.
      Así mismo encontramos en la zona espiritual el domicilio de todo tipo de humor genial. Aquí el humor no se escribe o dibuja en imágenes en papel o tela. Aparece, tal como las obras de los artistas que hemos citado, en estado natural, conforme lo piensa quien lo origina. Divertidas figuras de hombres, animales y cosas aparecen aquí como figuras vivas, y las comedias de humor se convierten en verdaderas experiencias plásticas o estereoscópicas con color, sonido y movimiento, de acuerdo con la vida que quienes las originan con su pensamiento, talento, deseo y voluntad, estén en condiciones de darles. Los productos llenos de humor de los artistas de los chistes son transferidos desde esta esfera a la zona física como divertidos dibujos animados. Como este tipo de arte puede reproducir en la zona física el original espiritual con el volumen y movimiento de la forma viva, los hombres ya pueden, a través de los dibujos animados, darse una idea de la desenvoltura de la facultad creadora espiritual para, automáticamente y sin medios exteriores, modelar el pensamiento en materia espiritual según el deseo y voluntad del ser, y con lo cual una creación, que es imposible que tenga lugar en la zona física, aquí puede florecer de manera extraordinaria.


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