Lee y busca en El Tercer Testamento
   Cap.:  
(1-57) 
 
Búsqueda avanzada
Índice de El camino al paraíso   

 

 
Capítulo 36
Donde las «maldiciones» de la Biblia se convierten en bendición para los hombres
Los hombres viven, en realidad, bajo el principio que en la Biblia se denomina «maldición» de la tierra debido al «pecado», y en el que entre otras cosas Dios le dijo a Adán: ... porque comiste del fruto del árbol que te mandé no comieses, maldita será la tierra por tu causa, con grandes fatigas sacarás de ella el alimento en todo el curso de tu vida. Espinas y abrojos te producirá, y comerás hierbas de la tierra; mediante el sudor de tu rostro comerás el pan? y así mismo le dijo a Eva: ... multiplicaré tus dolores en tus preñeces, con dolor parirás a tus hijos, estarás bajo la potestad de tu marido, y él te dominará?. Creo que no necesitamos explicar con más detalles lo ampliamente que el cumplimiento de esta predicción ha dominado a la humanidad en el pasado y, así mismo, el poder que sigue teniendo sobre la humanidad en el presente. «El pecado», es decir, la ignorancia y los errores en el modo de vivir y de ser, y sus consiguientes efectos desagradables o desafortunados, existen directamente como un elemento en el que el hombre, desde el punto de vista mental, nada, igual que los peces nadan en el agua. Que los hombres esperen un futuro más luminoso y feliz, que sueñen o se imaginen cosas sobre una existencia ideal, que es el contraste a su estado actual de destino oscuro y falto de paz o que pidan todo esto es totalmente natural. En el mundo domina el hambre o la añoranza de un contraste a la oscuridad mental, al clima de pensamientos mentalmente abrumador, en el que el más fuerte y el más sagaz se aprovecha del más débil y menos inteligente, y donde una existencia soportable a veces sólo puede conseguirse con una peligrosa lucha con hombres poderosos e inhumanos y todavía muy inacabados por lo que respecta a moral. Así pues, es absolutamente natural que los hombres inacabados y, por lo tanto, afligidos sueñen con una existencia ideal, en la que son dispensados de todo lo que produce desdicha y quebranta la vida, es decir, de la «maldición del pecado», y de lo que el hombre inacabado no puede ser liberado en la zona física. Como esta maldición de la Biblia pone a los hombres en condiciones de imaginarse una existencia ideal, que se convierte en auténtica realidad en la zona espiritual cada vez que ha pasado la muerte física, «la maldición» se convierte aquí en bendición.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.