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Capítulo 28
Las copias de pensamientos recíprocos del mundo espiritual y del mundo físico
La estructura y el pensamiento espiritual del ser no son accesibles para sus sentidos físicos.
Estos dos fenómenos no se podrían, por consiguiente, ver ni observar en la zona física si el ser no fuera dotado de un organismo físico con el que puede formar el pensamiento en materia puramente física y así hacer perceptible para los sentidos físicos el pensamiento que ha creado.
El organismo físico sólo es, así pues, en sí mismo un órgano prolongador de las creaciones de imágenes de pensamientos.
Cuando vemos edificios, casas, máquinas, utensilios, medios de transporte, etc., todo esto sólo constituye, como he dicho anteriormente, unas copias hechas en materia física de las imágenes de pensamientos interiores de su origen.
Si precisamente no existieran primero así, su aparición en la zona física habría sido totalmente imposible.
En virtud del organismo físico, los seres vivos adquieren así la facultad de copiar sus imágenes de pensamientos, que se presentan en la zona espiritual, en materia física.
De este modo es un hecho que los detalles del mundo físico son en su totalidad una copia de los detalles, imágenes creadas, formas, colores y sonidos del mundo espiritual.
Pero, como el ser vivo también puede percibir por medio de su organismo físico las construcciones de pensamientos o creaciones de imágenes, copiadas o manifestadas en materia física, de los otros seres, estas construcciones o creaciones también se convierten así en imágenes de pensamientos en la conciencia de este ser.
De este modo, el mundo espiritual también está en cierto grado constituido por copias de los fenómenos o construcciones de pensamientos físicos creados por medio de lo experimentado con la percepción física.
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