Martinus: El camino al paraíso, cap. 25.

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(1-57)

Capítulo 25

Purgatorio y paraíso

Como en el mundo espiritual las posibles tendencias o desviaciones primitivas de los seres se ponen al descubierto para el entorno y, de este modo, no pueden ocultárseles a los otros seres, el paso a la zona espiritual será bochornoso para estos seres. En mi obra principal este paso desagradable a dicha zona psíquica se denomina «purgatorio». Si el individuo abriga odio o amargura contra otro ser, o si tiene remordimientos de conciencia y muere o es liberado de la existencia física en este estado, dicho estado se convierte, así mismo, en una experiencia de purgatorio en la zona espiritual. Todo este estado de pensamientos oscuros se muestra ahora en la zona espiritual como un estado exterior. Y el ser sólo puede ponerse en contacto con la longitud de onda de las clases de pensamientos que son del mismo tipo que las suyas. Sólo encuentra, por consiguiente, seres amargados y enojados con el mismo estado de ánimo en que él mismo se encuentra. Y como ya no tiene el organismo físico a través del que poder percibir, no puede ver el cielo físico, el sol físico, los hermosos terrenos, los bosques verdes y prados físicos llenos de flores ni los otros muchos bienes divinos con que la naturaleza puede alentar al alma oscura. Aquí se encuentra, por lo tanto, en un mundo de sombras más o menos oscuras. La única naturaleza exterior es la esfera de pensamientos que él mismo y otros seres semejantes pueden crear o imaginarse. Y mientras la amargura o la cólera dominen, tanto lo que se imagina él como los seres semejantes sólo será gris. Y es imposible que salgan de este estado con esta longitud de onda mientras se sientan amargados y enojados contra alguien o algo. Pero el hecho de que los seres hayan sido aislados de toda luz mental los lleva muy rápidamente a sentirse desdichados. Y con este sentimiento viene automáticamente el deseo de recibir ayuda. En el momento en que este sentimiento o esta clase de pensamiento surge en la psique del ser, forma una longitud de onda con la que los ángeles de la guarda pueden entrar en contacto y así liberar al ser de este pensamiento oscuro o de todo este complejo oscuro en la conciencia. El ser puede, entonces, entrar en el estado de conciencia o forma de experimentar la vida que es la más alta existencia ideal o felicidad culminante de vivir que puede concebir. A esta época de la zona espiritual con felicidad culminante de vivir se denomina en «Livets Bog» con el concepto «paraíso». Absolutamente todos los seres vivos existentes tienen una experiencia así de paraíso en la zona espiritual al ser liberados de la existencia física, hasta que de nuevo nacen en la zona material y tienen un nuevo organismo físico. Pero no todos los seres experimentan el purgatorio. Los hombres que viven su vida terrena en contacto con su más profunda concepción de la vida y no se encuentran en absoluto en conflicto mental con otros seres o con ellos mismos no experimentan el purgatorio.

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