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Capítulo 18
La conciencia del ser vivo se crea de nuevo en cada nuevo ciclo de espiral
Como al principio de cada nuevo ciclo de espiral el ser vivo no tiene ninguna especial facultad de conciencia física, dado que ésta hace tiempo que ha degenerado en la espiral precedente, y así mismo su conciencia espiritual también es muy mínima, ya que sólo vive de recuerdos de esta espiral precedente y, de este modo, es un ser durmiente considerado desde el mundo exterior, su conciencia tiene que ser creada de nuevo. Esto tiene lugar automáticamente por medio de la influencia de la naturaleza sobre la formación de su organismo, y con esta influencia surge poco a poco la propia incipiente percepción del ser. Y por medio de esta percepción comienza él mismo a adquirir conciencia y así puede participar en su propia evolución o creación de conciencia. Pero como la vida requiere lógica en toda creación, y la lógica sólo puede existir como un resultado de sabiduría o intelectualismo, el ser experimenta aquí una época en la que su participación en su propia experimentación de la vida y creación es más o menos insegura, sí, puede directamente ser catastrófica. Todavía no tiene el intelectualismo o sentido lógico, necesario para cumplir la ley de la vida o la ley para toda manifestación y creación. La condición para que una creación cumpla esta ley al cien por cien, es que sea para alegría y bendición de seres vivos. En caso contrario no cumple la lógica propia de la vida y, de este modo, es en realidad en sumo grado ilógica. Va contra el universo mismo o la propia creación de la Divinidad.


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