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Capítulo 1
Por qué los hombres de la Tierra viven en la oscuridad con respecto a su destino
Todos los hombres de la Tierra abrigan normalmente la esperanza de una felicidad venidera, de un futuro más luminoso que el estado en que viven en el momento presente, originado por su destino. ¿Por qué viven los hombres con una esperanza así? Todos los hombres inacabados viven en una época evolutiva en la que, debido a su estado inacabado, cometen muchos errores que dan, a su vez, lugar a experiencias más o menos amargas, siempre según el grado en que dichos errores estén en conflicto con las leyes que hay que cumplir para que la vida pueda experimentarse como felicidad en la situación determinada. Estas experiencias más o menos amargas son las que, de modo correspondiente, impiden la felicidad en la vida cotidiana. Una vida cotidiana así no es, por consiguiente, una felicidad en su forma más pura. Es un caminar a través de los efectos más o menos amargos de los errores que los seres en cuestión han cometido. Estos resultados amargos constituyen, de modo correspondiente, lo contrario a la felicidad o alegría que la experimentación normal en su forma más pura es en sí misma, convierten la existencia normal en una existencia ilusoria. Los efectos de los errores cometidos se manifiestan en la mentalidad de los hombres como decepciones, amargura, sensación de martirio, odio y sentimiento de venganza contra semejantes, que erróneamente piensan son la causa del destino desdichado en el que se encuentran por el momento. Si se deja entonces que la propia amargura o el propio enojo se desencadenen sobre estos seres, se comete con ello un nuevo error, que así mismo volverá de regreso con amargos efectos y ensombrecerá la vivencia de felicidad o la alegría normal de vivir.
      Este modo de ser erróneo no va siempre dirigido contra el entorno. Los hombres establecen muy frecuentemente una relación errónea con su propio organismo. En una situación así, los efectos son los sabotajes y experiencias que conocemos como enfermedades, tanto mentales como corporales, con las consiguientes aflicciones y preocupaciones. La existencia de un ser se convierte, de este modo, en una vida en la oscuridad en el mismo grado en que es ensombrecida por los efectos de los errores cometidos, en parte contra sí mismo y en parte contra sus semejantes. La experimentación de la vida del ser se convierte así, de modo correspondiente, en lo contrario a lo que es la intención de la vida, a saber, una experiencia total de luz mental y corporal o felicidad verdaderamente imperturbable.


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