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| Índice de El misterio de la oración |
Capítulo 16
«Mas líbranos del mal»
Con respecto a la octava concentración de pensamientos del «Padre nuestro»: «Mas líbranos del mal», sólo puede decirse que es un suplemento o una continuación de la séptima oración.
Como ya he explicado, en un sentido absoluto no puede ser un «mal» hacer experiencias reales o prácticas donde todos los otros caminos para el conocimiento están bloqueados, considerando que la vida, en caso contrario, tendría que cesar o terminar totalmente.
Lo único que se puede designar como un mal, a pesar de que esta designación en un sentido cósmico absoluto no es correcta, dado que aquí, claro está, todo es «muy bueno», es precisamente exponerse a amargas experiencias de sufrimiento o mutilación donde, en realidad, tenemos conocimientos suficientes para evitarlas y, por consiguiente, sólo las vivimos a causa de relajación mental o reflexión debilitada.
Esta relajación mental o reflexión debilitada y sus efectos es, así pues, lo único que aquí, en relación con esto, puede designarse como «el mal».
El resultado conjunto de la séptima y octava concentración de pensamientos del «Padre nuestro» se podrá, por lo tanto, expresar así: «Ayúdanos, así no nos dejaremos inducir a ignorar nuestro material de experiencias, nuestro conocimiento o los consejos y las orientaciones justas de otros, y seguiremos conservando nuestra facultad de evitar «el mal» o la molestia que es vivir de nuevo el dolor y los sufrimientos, que en realidad tenemos conocimiento o facultades suficientes para evitar».
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