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Índice de El principio de la reencarnación   

 

 
Capítulo 2
La aparición y desaparición de las constelaciones de estrellas
El mundo físico expresa, en muy alto grado, vida. Pero esta vida se concentra en el espacio vacío alrededor de las constelaciones de estrellas luminosas que vemos en el claro cielo nocturno. Todas estas estrellas luminosas o constelaciones de estrellas han surgido de la oscuridad del espacio vacío. Son como un producto de este espacio vacío, del mismo modo las vemos desaparecer de nuevo en la oscuridad y convertirse en invisibles dejando sólo tras sí el espacio vacío.
      Por consiguiente, tenemos ante nosotros un espacio vacío gigantesco en el que aparecen mundos y desaparecen de nuevo. Como algo no puede venir de nada, del mismo modo que tampoco puede convertirse en nada, aquí experimentamos una ficción. Vemos que es como si nieblas luminosas apareciesen de la nada. Estas nieblas se condensan, a su vez, en soles y galaxias, culminan en estados de luz y calor para luego, otra vez a través de inmensos periodos de tiempo, dirigirse a su destrucción, disolverse en la oscuridad, convertirse en nada en el universo.
      Dado que, como ya hemos dicho, algo no puede surgir de nada, esta aparición de cuerpos celestes en el universo no puede ser de ninguna manera el primer comienzo de las sustancias o materias. Ya tienen que haber estado presentes en el mismo grado antes de convertirse en las nieblas de gas y las formaciones de soles y planetas que tenemos ante nuestros ojos en el espacio.
      Como algo no puede convertirse en nada, la disolución y desaparición de los cuerpos celestes en el universo tampoco puede ser la destrucción de las sustancias o el cese total de las materias, tal como vemos con nuestros ojos físicos. Esto convierte en un hecho que las materias pueden aparecer en un estado en el que no son accesibles por nuestros sentidos físicos. Y donde las materias o sustancias no son accesibles por nuestros sentidos físicos, allí no podemos, naturalmente, percibir nada. Pero, donde no podemos percibir y, por consiguiente, no podemos experimentar ningún detalle, allí sólo podemos experimentar la existencia como espacio vacío.


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