Lee y busca en El Tercer Testamento
     Artículo:  
(1-3) 		 Cap.:  
(1-17) 
 
Búsqueda avanzada
Índice de La salida de la oscuridad   

 

 
Capítulo 2
La esfera mental de los hombres no muestra un Pentecostés o la luz del sol en su despliegue veraniego
Los seres que menos participan en todo este despliegue de un mundo superior a lo largo de su vida en la Tierra son los hombres. Desde el punto de vista cósmico, se encuentran en la zona o esfera de la muerte, o sea, en la esfera en la que toda la vida cósmica, la conciencia de Dios y la identidad de los seres con Dios y la eternidad, se ha convertido en algo totalmente incomprensible, es más, tan increíble que directamente se ridiculiza todo lo que se relaciona con el camino hacia el paraíso perdido de los hombres. No, aquí no se es partidario de una insensatez así. Aquí se está, en efecto, en condiciones de crear una vida magnífica, diferente. Podemos establecer el peso del Sol y la Luna, podemos penetrar en el macrocosmos y microcosmos del universo por medio de aparatos ópticos. Podemos manejar millones de caballos de fuerza de la naturaleza. Nos hemos constituido a nosotros mismos en señores de los elementos. ¿Para qué necesitamos un dios o providencia? ¿No es esta actitud, estúpida o inconsciente cósmicamente, ante la vida la que domina a muchos de los representantes de la ciencia? ¿Y no es la misma ingenuidad la que los grandes dictadores materialistas enseñan de buena fe? ¿Y cuántos de entre todos los hombres que hace tiempo han abandonado el dominio autorizado de las religiones tienen alguna confianza en la fuerza de la oración? ¿Y cuál es el resultado? ¿No sucede que los seres, en medio de la magnificencia, el conocimiento y la capacidad materialista, son seres encarcelados? Están oprimidos por una esclavitud especial. Están tan lejos de ser verdaderamente felices como es posible. ¿Qué otros seres animales terrenos, aparte de los animales que los hombres, así mismo en su falta de comprensión cósmica, han encarcelado en parques zoológicos, casas de fieras y otros oficios, están tan atados como los hombres terrenos? ¿No tienen millones y millones de hombres que empezar a trabajar cada mañana a una hora determinada en una oficina, una fábrica u otro puesto de trabajo y estar allí una serie de horas? ¿Y no es esto actual tanto para los jefes como para los subalternos?

Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.