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Índice de La salida de la oscuridad   

 

 
Capítulo 6
Las esperanzas quebradas se transforman en «Getsemaní» en el camino de las nuevas posibilidades
¿Qué tiene que hacer el hombre moderno cuando está en medio del momento más oscuro de su vida, en medio de su propia «crucifixión», su propio colapso? Tiene que movilizar toda su fuerza intelectual para encontrar, a través de ella, el camino hacia la voluntad de Dios, hacia el objetivo que tiene Dios con el dolor experimentado. Si hace esto, obtendrá, al igual que Jesús, la victoria sobre la oscuridad.
      A aquel que, en la más profunda oscuridad de su vida, es capaz de renunciar a su propia voluntad a favor de la voluntad de Dios se le mandará un ángel en el momento más oscuro. Y la voluntad de Dios se sigue más fácilmente cuando se renuncia a lo que ha dado lugar al Getsemaní. Puede ser la pérdida de un hijo, la muerte de un cónyuge, puede ser la infidelidad y el abandono de la persona a la que más se quería. «Getsemaní» se muestra de muchas maneras. Pero lo que se hace valer en todas es que sólo pueden superarse cuando se está dispuesto a lo inevitable. Lo sucedido no tiene remedio. Lo que se esperaba de lo que se quebró, lo que se perdió, hay que dejarlo ir.
      Uno tiene que buscar con todas sus fuerzas las posibilidades que su cambio de destino presenta. En el momento en que se deja todo el sufrimiento vivido en manos de Dios y uno se libera de la angustia y el temor, del odio y de las fuerzas destructivas de la amargura, entonces un ángel luminoso entra en nuestra aura y la presencia de Dios se siente tan intensamente que el temor y el dolor abandonan nuestra mente.
      La alegría de vivir comienza de nuevo a trabajar en la sangre y los nervios, porque a la luz de la voluntad de Dios rápidamente transforma, incluso, el más profundo dolor, la más profunda humillación en la bendición que anima y da vida y que es el fruto divino de cada ciclo espiritual terminado. (Adaptación de Erik Gerner Larsson)


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