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M0720
¿Qué es la vida?
por Martinus

1. La vida es una gran enseñanza
La pregunta sobre qué es la vida es un permanente problema para los hombres. Mientras no comprendan qué es la vida, tampoco comprenderán cómo deben vivir correctamente. La vida es, en general, lo que tiene lugar entre hijos y padres, entre hombre y mujer, en resumidas cuentas, entre los seres. Es una correspondencia viva, pero es más que seres que se manifiestan los unos a los otros. Los hombres han avanzado tanto en su evolución, que pueden tener una correspondencia consciente los unos con los otros, pero sólo tener una correspondencia con otros hombres no es una experiencia perfecta de la vida. Hay grandes campos de la vida que todavía no comprenden: el rayo de sol, el brillo de las estrellas, el movimiento de las nubes en el cielo, etc. Donde los hombres no comprenden la vida, están «muertos». Donde no se comprende lo que se ve, se es totalmente ignorante, pero no hay que permanecer en la ignorancia. La vida es, en sí misma, una gran enseñanza. Todo da conocimiento, y no se puede vivir un solo momento sin hacer experiencias, sin enriquecerse, uno se vuelve todavía más vivo, más despierto, es decir, se liga cada vez más a la existencia. Se debe llegar a comprender la parte de la existencia de la que hoy sólo se comprende muy poco, a saber, la naturaleza. En nuestra vida diaria interactuamos constantemente con la naturaleza, no podemos vivir un solo momento sin hacerlo de alguna manera. No podemos, ciertamente, formular nuestra correspondencia con la naturaleza con preguntas directas, pero todas nuestras palabras y nuestra actuación son, en sí mismas, preguntas a la naturaleza, a la vida. Cada efecto de nuestras acciones es una respuesta de la naturaleza. Una relación con una persona que se ama es la parte más perfecta de la vida. La correspondencia entre dos que se tienen simpatía mutua es la más perfecta, pero no es una correspondencia terminada, en caso contrario, no se podría experimentar más, debe seguir enriqueciéndose, y a este enriquecimiento se llega por medio de la correspondencia con la naturaleza. Debemos llegar a poder dialogar con la naturaleza. Pero, para que la vida pueda llegar a ser tan perfecta y tan íntima como sea posible, debemos ser educados, dirigidos y ayudados. Es lo mismo que tiene lugar con los niños, que son cuidados y educados por los padres hasta que pueden servirse por sí mismos. Para los niños, los padres son una especie de fuerzas de la naturaleza. Poco a poco pueden corresponder cada vez más con los padres, esta correspondencia se vuelve más perfecta e íntima.
2. El hombre terreno vive en un estado mental de feto hasta que se produce «el gran nacimiento»
Mentalmente, el hombre terreno vive, como los animales, en un estado de feto. Los hombres terrenos son, simplemente, fetos más desarrollados mentalmente. Aquí la naturaleza son los padres. De la misma manera que el feto en el seno de la madre no puede intercambiar opiniones con los padres, el hombre terreno tampoco puede hacerlo con la naturaleza, pero, en este estado de fragilidad, la Providencia se ocupa del ser. En el ser hay un sentimiento instintivo de la existencia de la Providencia. El animal ya tiene un sentimiento así, y este sentimiento lo lleva a emitir un grito en el momento de la muerte (la primera incipiente oración no consciente a la Providencia en busca de ayuda). Este grito se basa en un núcleo de talento que se desarrolla poco a poco, a lo largo de una serie de encarnaciones, y se convierte en la causa de una experimentación de la vida o correspondencia con la Divinidad cada vez más consciente. Por medio de ella, la Providencia pasará de ser lo desconocido a ser cada vez más conocida. Por esto tenemos todo lo que llamamos religión. Los hombres aprenden a dirigirse a una providencia. A través de su vida cotidiana, los hombres terrenos llegan gradualmente al conocimiento de que lo que sucede no es nada sin un plan, sino algo que puede enlazarse con una serie de pensamientos programados. Los seres empiezan a darse cuenta de que su destino no es casual, sino que está construido de acuerdo con un plan y los llevará a ver que son uno con el Padre. Los hombres terrenos no seguirán estando en un estado de feto cósmico como un niño todavía no nacido. Este estado de feto dura hasta que se produce «el gran nacimiento», donde el hijo de Dios se une con el Padre. Entonces la relación entre la Divinidad y el hijo de Dios se vuelve consciente, y el hombre terreno se convierte en «el hombre a imagen de Dios».
3. El hombre terreno llegará, con el tiempo, a comprender que el amor de Dios resplandece a través de todos los sufrimientos
Mientras los hombres terrenos no comprendan las fuerzas de la naturaleza, pero crean que todo es casual, visto cósmicamente son seres totalmente ignorantes. Mientras se crea que es casual que un hombre viva con salud y alegría de vivir, y otro esté afectado por la enfermedad o experimente otro sufrimiento, la vida será, aparentemente, injusta y sin sentido. Pero, con el tiempo, comprenderán que lo que resplandece a través de todo es el amor de Dios, y llegarán a ver que se cuida de ellos con mucho esmero, y que, indiferentemente de lo que suceda, lo que sucede es perfecto. El niño debe ir a la escuela y aprender un montón de cosas sobre los hechos de la vida cotidiana. El hombre debe ser enseñado como el niño pequeño y llegar al conocimiento de que la vida no es sólo pesos y medidas, sino manifestaciones de vida que muestran que en el universo todo está vivo.
4. Toda la existencia es una radiante enseñanza en pensamiento lógico
La vida es expresión de conciencia, pensamiento y lógica. Por medio de un pensamiento verdaderamente lógico se llegará al conocimiento de que nada es casual. Traten de observar detalladamente las cosas de la naturaleza, por ejemplo, la estructura de una hoja, la configuración de un copo de nieve o la genial construcción por medio de la cual una brizna de hierba puede inclinarse al viento y enderezarse de nuevo. Piensen en nuestro propio organismo, que está tan ingeniosamente construido que, si está sano, en él no hay un solo lugar que sea ilógico, todo es al cien por cien para beneficio de la totalidad. La construcción de las estrellas y el ciclo son un gran desafío de lógica, y los átomos y los electrones otro. Toda la existencia es una radiante enseñanza en pensamiento lógico. Es una fuerza que irradia luz, y esta irradiación de luz es el habla de Dios al ser vivo.
5. La Divinidad es la mayor maestra de los hombres, y la vida en la Tierra es el mejor lugar de enseñanza
Al principio, el hombre no puede comprender esta fuerza que irradia luz. Necesita que alguien le enseñe, que le haga comprender esta fuerza. La mayor maestra es la propia Divinidad. Uno debe aprender a ver los efectos de sus actos, de la ira, el odio y la calumnia, de la irritación y el pesimismo, de la misma manera que aprende a ver los efectos del amor al prójimo, de la empatía, la tolerancia y el buen humor. Un mejor lugar de enseñanza o laboratorio que la vida en la Tierra no existe para el hombre terreno. Aquí está presente todo el material de trabajo. Los hombres son como Caín, a quién Dios le dice: «¿No es cierto que si obras bien erguirás la cabeza; pero si mal, el pecado estará siempre a tu puerta?». Esto significa: «Si haces lo correcto, tus pensamientos y actos están en contacto con las leyes de la vida. Pero si tus manifestaciones no están en contacto con las leyes de la vida, entonces tu vida se llena de adversidad, dolor y sufrimiento». Esto se ha relatado a lo largo de milenios y es predicado el día de hoy desde miles de púlpitos, pero la mayoría de hombres no saben que es la expresión de una verdad científica. Uno debe, sin embargo, preguntarse tarde o temprano: ¿De dónde recibieron los sabios su conocimiento al principio? Esto tiene, evidentemente, que haberse experimentado una vez, no puede haber sido siempre una repetición de un relato. La respuesta es que hay hombres que pueden ver ellos mismos estas cosas en la naturaleza. Yo mismo no necesito preguntar cómo esto o aquello tiene lugar o ha tenido lugar. Hablo con la Divinidad como un hombre habla con su prójimo, y mi tarea es mostrarles a otros hombres el camino por el que deben caminar para llegar a una verdadera comprensión de lo que experimentan.
6. A través de la experiencia de los sufrimientos y las cosas desagradables los hombres son llamados a un despertar de la conciencia
Cuando los hombres experimentan adversidades en la vida cotidiana, no es ni casualidad ni castigo de la Divinidad. Esto significa que es la Divinidad que llama y quiere hablar con ellos. Cuando el viento sacude el árbol, es la Divinidad que lo llama a un despertar de la conciencia. El sufrimiento y malestar de los hombres es también una manera de ser llamados a un despertar de la conciencia. La mayoría son propensos a creer que sufren injusticia y son mártires, pero poco a poco el hombre se dará cuenta de que cada uno de sus sufrimientos es su propia obra, y que él mismo es el origen de su propio destino. Naturalmente, es cierto que el destino se experimenta a través de otros seres vivos, pero sólo son los instrumentos que desencadenan o dirigen las ondas de destino de uno. No podríamos experimentar nada en absoluto si no hubiera otros seres vivos en el macro, meso o microcosmos para dirigir nuestras ondas de destino.
7. Contar con que existe una Providencia no es una expresión de superstición
Cuando vemos la evolución de animal a hombre, descubrimos que representa una escala del primitivismo y homicidio al humanitarismo y amor. El humanitarismo es el camino hacia la luz, hacia la verdadera experimentación de la vida. La parte oscura de la naturaleza, la guerra y destrucción, son los campos donde los hombres todavía no han sido educados por la Providencia. Pero también estos campos se convertirán en luz. Es muy difícil aprender a ver la Providencia donde hay algo que a uno no le gusta. Es la parte de la conciencia donde todo parece estar mal. En cambio, es fácil ver a la Providencia en aquellos con los que se tiene una buena amistad. Pero es, precisamente, en los campos donde hay algo y alguien que no gusta, que uno tiene su lugar de entrenamiento. Donde uno muestra amor, está evolutivamente acabado. Pero donde a uno le parece que todo está mal, este es el campo donde es necesaria una educación. Allí se está en conflicto con la vida, y se trata de llegar a comprender que «todas» las fuerzas, con las que uno se encuentra, son detalles de lo que la Divinidad quiere decirnos. Hay que aprender a conocer el objetivo de estas fuerzas y, así, el camino hacia lo agradable y lo desagradable. Cuando un barco navega por el mar, navega hacia un objetivo. Nosotros también tenemos que tener un objetivo. Si actuamos a partir de algo que no comprendemos, actuamos como un capitán que navega sin un objetivo. Hay que aprender a ver lo que el presunto mal, de hecho, expresa. No hay que creer que expresa algo diabólico. En realidad, es el bien desagradable que, poco a poco, a través de las experiencias de sufrimiento enseña al hombre terreno a «conocer la diferencia entre bien y mal, al igual que Dios». Contar con que existe una Providencia no es una expresión de superstición. El hombre evolucionado aprenderá a tener una actitud igual de científica en los campos religiosos que en los materiales. Cuanto más humana sea la actitud de uno en pensamiento y manera de ser, más certeza se tendrá de que la Divinidad está tras todo, y, poco a poco, se estará en condiciones de experimentar a la Divinidad en todas las expresiones de vida.
8. Cuando el hombre comprende el análisis trino, se ha experimentado a la Divinidad o al Padre teóricamente
Un hombre me dijo un día: «¡Santo cielo!, usted no cree en Dios, ¿verdad?» Le dije que experimentaba a Dios en todo. No un Nuestro Señor viejo en un trono en las nubes, sino el Dios en el que vivimos, nos movemos y somos. Le mostré que somos y existimos. Las flores, los animales, los planetas, los sistemas de galaxias existen. Es un hecho. Tuvo que admitirlo. Existe «algo». No podemos evitar ver que este «algo» despliega una facultad creadora, tanto un «algo» en nosotros como un «algo» en la naturaleza. Toda creación verdadera tiene lugar según las leyes de la lógica, y el hombre aprende lógica estudiando la lógica en la naturaleza. Lo que tampoco pudo rechazar fue que existe un resultado de esta facultad creadora. Había, por lo tanto, tres cosas que no podía rechazar. Habíamos encontrado un punto de referencia. Había un principio trino en el que no se podía prescindir de ninguno de los tres principios. Había una cosa con tres análisis, y este principio trino mostró ser el análisis del ser vivo. Cuando se comprende el análisis trino, se ha experimentado a la Divinidad o al Padre teóricamente.
9. Los análisis cósmicos sólo pueden dar una experiencia teórica de la Divinidad, la vivencia por medio del sentimiento sólo puede darla la Divinidad
Esto sólo es un comienzo, la Divinidad no tiene sólo que experimentarse teóricamente, sino también por medio del sentimiento, y se llega a ello a través de las experiencias de sufrimiento, que desarrollan la facultad humana o de amor y ponen a uno a la misma longitud de onda que el amor de la propia Divinidad. Yo sólo puedo darles la experiencia teórica de la Divinidad, no la vivencia por medio del sentimiento, ésta sólo puede dársela la Divinidad. Por medio de los sufrimientos se desarrolla el sentimiento y el humanitarismo en el hombre, no sólo a lo largo de una vida, sino a lo largo de muchas vidas. De esta manera, la Divinidad se convierte en una realidad cada vez más viva. Es cierto que viene una época en la que la inteligencia alcanzará un cierto desarrollo, y esto puede dar lugar a que el hombre intente demostrar con esta inteligencia que Dios no existe. Pero sólo es un estado de transición. Cuando la inteligencia y el sentimiento entran en equilibrio, todo en la vida le dirá, precisamente, a la inteligencia del hombre que hay un Dios vivo tras todo el universo. Ustedes tienen centros en su cerebro que todavía están latentes, listos para entrar en actividad, y, con el tiempo, surgirá en su conciencia una facultad para verlo todo como manifestaciones de vida, y no sólo esto, sino como «lo mejor» que puede ocurrir en el momento, ya sea agradable o desagradable lo que va a su encuentro. Lo que experimentan como su destino es la especial forma de educación amorosa que ustedes más necesitan en este momento, para aprender lo que en el futuro hará de cada uno de ustedes un representante o instrumento de la Divinidad, para dejar que su amor brille sobre otros seres a través de su conciencia altamente intelectual y creadora. Se convertirán en los órganos del organismo de la Divinidad, a través de los cuales el resplandor de Dios vibrará en el mundo físico, y experimentarán estar en el resplandeciente abrazo de Dios.
10. El hombre verá que la oscuridad de la vida es tan necesaria como la luz
Mis análisis cósmicos tienen como fin enseñarles a encauzar su facultad de pensar en la dirección más amorosa. Cuando, en cada situación, tienen la actitud de hacer y decir lo que es más amoroso y, por consiguiente, lo más lógico, y piden ayuda al respecto, aprenderán, poco a poco, a ver con los ojos de Dios. Y verán que la oscuridad de la vida es igual de necesaria que la luz, al igual que los colores más oscuros de un cuadro deben estar allí para hacer resaltar los claros. Un verdugo también es necesario en ciertos momentos y en ciertos lugares de la evolución de los seres vivos, y hay seres cuya evolución va bien para ser verdugo. Pero vendrá un momento en el que le repugnará ser verdugo; la vida le enseñará otra cosa, porque debe cosechar lo que ha sembrado, y la conciencia del verdugo será atraída por el humanitarismo y el amor, y este verdugo les brindará un día a los hombres los mayores beneficios basados en intelectualismo y amor, es más, quizá incluso se convertirá en redentor del mundo para otros seres vivos.
Título original danés: «Hvad er livet?» De una conferencia en Klint el 24 de julio de 1941 Elaboración del texto escrito por Mogens Møller y aprobado por Martinus. Publicado por primera vez en la edición danesa de Carta de Contacto n.º 5, 1959. Traducción del danés al castellano por Martha Font con la colaboración del equipo de lengua castellana. ID del artículo: M0720

© Martinus Institut 1981, www.martinus.dk

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