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M0700
¿Qué es la enemistad?
por Martinus

1. La enemistad es una putrefacción mental
Los seres humanos están expuestos a muchos sufrimientos en el mundo en que se encuentran en este momento. Pero la menor parte de ellos tiene una idea sobre qué sufrimiento es el más peligroso y el peor, sobre qué sufrimiento es el más demoledor de todos los sufrimiento tanto en el sentido físico como psíquico. El sufrimiento más peligroso de los seres humanos es la reacción mental que se desencadena en su modo de ser como cólera o enemistad. Este sufrimiento está mucho más desarrollado entre los seres humanos que cualquier otro sufrimiento. El que haya alcanzado esta posición tan gigantesca se debe a la circunstancia de que el hombre ignora totalmente lo demoledor que, en realidad, es para la vida. Frecuentemente incluso se ha alabado a las personas cuya conciencia ha manifestado, de un modo especial, odio y enemistad. La mayor parte de la humanidad es portadora de este estado mental que, en innumerables situaciones, se manifiesta, en el modo de ser de la humanidad de la Tierra y en su creación de civilización, como explosiones destructoras e incluso mortíferas. Si damos una mirada retrospectiva a personajes conocidos de la historia, que han ejercido su poder sobre el hombre, habrá muy pocos cuyo modo de ser no haya revelado que la cólera o enemistad también se alojaba, en mayor o menor grado, en su mentalidad. A la enemistad se la ve tanto en los jóvenes como en los viejos, se encuentra en todas las clases sociales y sus efectos destructores se observan tanto en los movimientos religiosos como en las asociaciones materialistas. De hecho, todas las culturas precedentes han sucumbido a su efecto corrompedor y venenoso. La enemistad desencadena, en la mentalidad y el modo de ser, el mismo proceso demoledor que la putrefacción desencadena en los organismos animales muertos, y por consiguiente puede decirse que la denominación cósmica justa del concepto enemistad es «putrefacción mental».
La enemistad es el mayor mal de la humanidad. Ha sido la causa del sufrimiento y de la muerte de millones de seres humanos. No tiene sólo lugar dentro del ámbito de las nacionalidades, donde se puede odiar o abrigar enemistad contra otra persona sólo porque esta persona es alemana, sueca, danesa, rusa o cosa parecida. No, la furia de la enemistad y del odio en la naturaleza del ser humano, y su contagio a la mentalidad humana también ha sido la causa de múltiples sufrimientos en las familias, en los matrimonios, en las relaciones entre empresarios y trabajadores y entre superiores y subordinados. La enemistad a causa de diversidad de razas o de color de la piel también es uno de los procesos de putrefacción mental que azota a la humanidad con sus efectos deterioradores. Miles de seres humanos van por ahí con complejos o sufren neurosis, angustia, melancolía o hastío de vivir, de tal manera que están dispuestos a suicidarse o matar a otros debido al proceso de descomposición que se desencadena bajo la forma de enemistad.
2. Los médicos de todo el mundo no han podido encontrar la medicina que pueda abolir la enemistad.
Mientras no se elimine la enemistad del modo de ser humano terreno, ésta le impedirá a la humanidad vivir en el brillante mundo de cultura y creación altamente intelectual al que la ciencia moderna está en condiciones de llevarla. ¿Por qué pues no hacer todos los esfuerzos para dominar este horrible estado defectuoso con sus efectos que descomponen tanto la estructura física como la psíquica de los seres humanos de la Tierra? Ningún médico de ningún país ha podido encontrar la medicina que pueda abolir la enemistad, aboliendo de este modo el proceso de descomposición mental que trabaja en contra de la curación de cualquier enfermedad. ¿De qué sirve estar en condiciones de remendar una parte de los efectos de ciertas enfermedades y sufrimientos, cuando no se puede acabar con el único mal verdadero, con lo que, de hecho, es la causa más importante de todos los sufrimientos y enfermedades? El objeto de la vida no es que los hombres sigan viviendo en el estado de desdicha que ahora domina en la Tierra. «El hijo pródigo» no tiene que seguir viviendo en la degradación, sino que tiene que volver de nuevo a su «padre». La vida, que en su creación universal nunca produce nada que en su resultado final no sea para alegría y bendición de los seres vivos, no tiene el propósito de hacer una excepción con el hombre de la Tierra. Del mismo modo que los ojos, los oídos, las manos y los pies del hombre, el funcionamiento de su corazón, sus pulmones y sus glándulas, etc. han salido tan perfectos de manos de la naturaleza, que son una y mil veces una alegría y una bendición para él; y del mismo modo que la naturaleza también conduce la creación de las frutas a través del estadio en que son ácidas antes de madurar, así también esta naturaleza podrá llevar la existencia humana hacia adelante, a través del estadio «de acidez» hasta un estadio en que el ser hombre equivale a existir exclusivamente para utilidad y alegría de otros seres vivos.
3. La evolución va encaminada a transformar al hombre animal en un hombre verdadero en su sentido más puro
La naturaleza ha avanzado mucho en este proceso de creación o evolución del hombre. Lo ha hecho salir de la materia mineral llevándolo a la forma de vida vegetal y luego a la forma de vida animal, y ahora está llevándolo de la forma de vida animal hacia la humana, que constituirá el estadio «maduro» de la fruta que se llama «hombre a imagen y semejanza de Dios». No podemos dejar de experimentar como un hecho el que esta creación tiene verdaderamente lugar, puesto que la mentalidad del hombre inacabado contiene dos campos especiales que conocemos como «el bien» y «el mal». «El mal» en el hombre es el campo de su modo de ser en el que se sirve de los mismos principios de vida que el animal. «El bien» en el hombre es el campo de su modo de ser en el que se sirve de los mismos principios que Cristo. La humanidad tiene un anhelo creciente de desarrollo humano y de que la guerra y los sufrimientos relacionados con ella sean abolidos. Este anhelo es un efecto del nacimiento del «niño Cristo» en la conciencia humana de la Tierra. La evolución va encaminada a transformar al hombre animal en un hombre verdadero en su sentido más puro, con una mentalidad y un modo de ser totalmente liberados de las disposiciones animales. En el reino animal propiamente dicho, la enemistad entre especies, razas e individuos es una forma natural de vida. En este reino está en vigor el refrán «mueren unos para que otros vivan». Pero este refrán ha sido creado porque se opinó que estaba en vigor entre los seres humanos. Y en verdad lo está en el campo animal de la conciencia y del modo de ser del hombre. Esto es lo que es el estadio «de acidez». El campo animal del hombre es la causa desencadenante de toda forma de enemistad. La enemistad es la pura destrucción de toda convivencia humana superior. Hace que las mejores cualidades humanas «se pudran». Se dice ciertamente que un enemigo común puede llevar a anteriores enemigos a encontrarse y a trabajar juntos. Esto puede tener lugar durante un corto tiempo porque el odio común cubre, desde el punto de vista de la pura perspectiva, las enemistades mutuas. Pero tan pronto como el enemigo común eventualmente es derrotado, «la putrefacción» se extenderá rápidamente entre los anteriores aliados, y la guerra se avivará de nuevo entre ellos. Ninguna comunidad humana ni ninguna colaboración puede construirse teniendo como base la enemistad, la cólera o el odio.
4. El estado del animal se va haciendo más antinatural para el hombre
La enemistad no es una desviación mental como tantos muchos otros vicios, o malas tendencias de la humanidad terrena, como por ejemplo, entre otros, el alcoholismo y el consumo de drogas y tabaco. La tendencia del hombre terreno a tener odio y mostrar enemistad a sus semejantes es una disposición natural innata, una tradición heredada de una época evolutiva antigua  primitiva y animal. Pero el objetivo no es que el hombre siga siendo un animal, del mismo modo que el objetivo tampoco ha sido que tuviera que seguir siendo un mineral o un ser vegetal. Los estados minerales no son una condición de vida natural para la planta, aunque ésta lleva su pasado con ella en forma de las sustancias minerales del organismo. De la misma manera, las condiciones de vida vegetales no son naturales para el animal que sin embargo, en la forma de su piel y su musculatura, lleva en su organismo un estado vegetal pasado. Y el estado del animal se va haciendo cada vez menos natural para el hombre, a pesar de que su organismo físico se basa, en su mayor parte, en principios animales. Al hombre tampoco le gusta que lo llamen un animal. Se considera muy por encima del reino animal y, sin embargo, muestra con su modo de ser una actitud frente a la vida que es una condición en el reino animal, pero que para el estado humano y la superioridad sobre el reino animal que cree representar, es una tendencia absolutamente deterioradora y que lo demuele todo.
5. «La ley del más fuerte» como principio de vida crea inevitablemente enemistad y odio
Actualmente esta tendencia es directamente peligrosa para el campo humano del hombre terreno, que ya está desarrollado. En este nuevo campo la ley de vida es exclusivamente el pensamiento lógico. Donde el hombre usa la fuerza lógica de su pensamiento, de modo que es una y mil veces un beneficio y una alegría para su entorno, se encuentra muy por encima del nivel de vida del animal. Pero todavía hay muchos ámbitos en los que el hombre no es en absoluto capaz de pensar de modo lógico y se deja simplemente guiar por estados de ánimo y sentimientos o por el instinto, como hacen los animales. En el reino animal el instinto de conservación es el factor que dirige tanto la subsistencia de la especie como de los individuos en particular. La vida en el reino animal se transforma, por lo tanto, en una lucha por el poder, y el más fuerte es naturalmente el que tiene la ley de su lado. «La ley del más fuerte» como principio de vida engendra inevitablemente enemistad y odio, y como este principio también ha sido hasta ahora el dominante entre los seres humanos de la Tierra, aunque la fuerza es sostenida cada vez más por la inteligencia y la astucia y menos por la fuerza física; el odio y la enemistad han florecido en un grado que no tiene igual en el reino animal. Los animales matan a otras especies de animales para vivir de su carne y sangre, y los animales machos son enemigos mortales en el período de celo, pero aparte de esto hay pocas formas de homicidio y enemistad en el reino animal.
6. La cólera o enemistad es una movilización orgánica e instintiva de la facultad de lucha del ser
En el hombre terreno esto es distinto, la enemistad acecha casi en todos los campos y puede mostrarse donde menos se lo había pensado. En una familia, en una empresa, en una asociación o en una organización religiosa donde, aparentemente, durante largo tiempo ha habido relaciones pacíficas o incluso idílicas, pueden repentinamente surgir pequeñas divergencias que, poco a poco o quizá rápidamente, crecen transformándose en enemistad y discordias que pueden amargar la vida de muchas personas. Esto sucede únicamente porque en muchos campos al hombre le falta la facultad de pensar lógicamente. La cólera o enemistad es una movilización orgánica e instintiva de la facultad para la lucha del ser con objeto de aniquilar o inutilizar al adversario. Esta facultad para la lucha es tan necesaria y lógica para el animal como es ilógica y demoledora de la vida para el hombre civilizado avanzado. La lucha, el asesinato, el odio y la persecución son directamente destructivos para la vida normal de este ser y para su desarrollo de cualquier tipo de talentos culturales superiores. Codo a codo con un sentimiento de cólera u odio a alguien o algo, no puede, de ningún modo, existir una alegría de vivir normal y perfecta en el hombre evolucionado. Entonces vivirá con «una conciencia con tiempo nublado» o en la oscuridad mental de un sótano en el que su crecimiento y florecimiento se detiene, pierde el color y se marchita debido a falta de sol mental.
7. Amor verdadero y razonamiento verdadero son lo mismo
El sol mental es el razonamiento que revela la verdadera realidad en cada situación y con cuya ayuda cada situación catastrófica puede precaverse. Es la misma lógica con la que cada ingeniero, arquitecto u otro experto en creación física puede asegurar sus producciones contra el hundimiento o catástrofe. Estos expertos tienen una facultad especial de construir de materia física, de mezclar sustancias del modo correcto y conocer sus facultades de expansión, de resistencia etc. Esta lógica es, por extraño que a algunas personas les parezca, equivalente al amor. Es el amor dentro de los límites de un campo determinado, y sus orígenes quizá no son especialmente amorosos en otros campos en los que no tiene tantas experiencias. Verdadero amor y verdadero razonamiento son lo mismo; y lo que ahora la humanidad necesita aprender en muy alto grado es lógica en el campo psíquico o mental, en caso contrario no estará en condiciones de asegurar su existencia contra el hundimiento o catástrofe.
8. El razonamiento produce cultura, ciencia, técnica y arte además de comprensión de la psique humana
El modo de ser humano terreno se apoya en dos bases distintas. La una es la cólera, la guerra, el poder, la persecución y la opresión que engendran homicidio, dolor, pobreza y enfermedad del alma y del cuerpo. En la vida en la Tierra este estado, esta «jungla prolongada», se ha transformado en el «cataclismo» o «infierno» de los seres humanos. La otra base del modo de ser del hombre terreno es el razonamiento, es decir, la ciencia tanto en el campo psíquico como en el físico. Donde esta base de la vida se muestra de una manera totalmente justa, el resultado es creación de cultura, producción científica, técnica y artística, además de la comprensión de la psique humana. Esto puede transformarse en una expansión de la vida de una naturaleza tan divina que los seres humanos por medio de ella pueden tener una paz y una alegría tan perfecta en su convivencia, que esta expansión cumple perfectamente la promesa del evangelio de Navidad de paz en la Tierra y la mayor dicha posible para el hombre. Es evidente que un estado tal no puede existir aquí en la Tierra de repente. No va a tener lugar por medio de milagros ni por medio de ninguna forma de dictadura o manifestación de poder. Tiene que tener lugar por medio de que cada hombre descubra que su peor y, a la vez, único enemigo es la parte animal de su propia conciencia.
De una conferencia en el Instituto Martinus. Título original: Hvad er fjendskab? El manuscrito de la conferencia ha sido revisado por Mogens Møller y aprobado por Martinus. Publicado por primera vez en la edición danesa de Carta de Contacto n.º 25, 1958. Traducción Martha Font. ID de artículo: M0700.

© Martinus Institut 1981, www.martinus.dk

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