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M0465
A través de la puerta de la muerte – el sueño y la muerte
por Martinus

1. La visión dogmática cristiana de la vida después de la muerte
Todos sabemos que hemos nacido a este mundo y que una vez moriremos. En general no es nada sobre lo que se piensa frecuentemente, pero de vez en cuando surge la idea, sobre todo cuando se experimenta la muerte de otros, especialmente cuando se trata de seres que se ha querido y que se echarán en falta en la vida de cada día. Las más de las veces, se piensa en la muerte con angustia y dolor. La idea de la aniquilación y quizá también la idea de tener eventualmente que rendir cuentas por acciones realizadas en la propia vida, de las que uno hace tiempo se ha arrepentido, contribuye a hacer la idea de la muerte algo triste y desagradable. La manera materialista de ver la vida da la impresión de que no hay ninguna vida tras la muerte, porque según este concepto de la vida, la conciencia sólo es un resultado de combinaciones de la materia. Pero como el hombre no desea dejar de existir, a pesar de que en la vida hay ciertos tipos de experiencias de las que se querría prescindir, la idea de una aniquilación total da naturalmente tristeza, es más, posiblemente llena la mente con angustia y temor. A través de la religión se le dice al hombre que tras la muerte tiene que descansar en la tumba hasta «el último día», en el que Cristo vendrá, juzgará a los vivos y a los muertos y «separará a las ovejas de los cabritos». «Las ovejas» o los cristianos creyentes, que han creído ciegamente que Dios les ha perdonado sus pecados, porque Cristo se ofreció en la cruz por ellos, irán a la bienaventuranza eterna del paraíso, mientras «los cabritos» serán atormentados en el infierno eterno. Actualmente hay una gran cantidad de hombres a los que les es difícil aceptar esta visión dogmática de la vida después de la muerte, por esto es más fácil creer que la muerte es el cese de la vida, no sólo para el organismo, sino también para el pensamiento y la conciencia. Se habla de entrar en el sueño eterno o el descanso eterno.
2. Durante el sueño se vive totalmente en el mundo de los pensamientos y las ideas
Hay muchos hombres que están cansados de su existencia ajetreada e inquieta y miran con simpatía una tranquilidad y un descanso así. Pero un descanso eterno no es ningún descanso, es la aniquilación y el cese de la vida. El descanso es un estado que se disfruta durante un tiempo como el contraste a una actividad, y luego uno se sacia de él para desear de nuevo comenzar a actuar, crear y experimentar nuevamente, porque uno se siente descansado. Si se duerme bien por la noche, uno se despierta  renovado y bien dispuesto para el trabajo del día. Después de un sueño así de profundo y sin haber soñado se dice frecuentemente: «He estado muy lejos», y en estas palabras hay una verdad mayor que quien las pronuncia quizá piense. Cuando se duerme, lo que sucede es que uno está alejado de su cuerpo físico y vive totalmente en el mundo de los pensamientos y las ideas. Se trata de un mundo eléctrico formado por rayos y ondas. Pero aunque los hombres saben bastante sobre electricidad y rayos y ondas y fuerzas magnéticas, es muy poco lo que saben cuando se trata de las fuerzas, los rayos y las ondas que forman su propia conciencia y mentalidad. Cuando una persona está cansada y tiene sueño, es porque a lo largo del día su sistema nervioso ha sido expuesto a tanto desgaste que ahora necesita ser reparado y renovado. Pero una mejora así no puede tener lugar si sigue fluyendo energía por él. «Se tiene que cortar la corriente» durante un tiempo y la persona tiene que acostarse. Entonces deja de recibir impresiones del mundo exterior a través de sus aparatos de percepción, intenta que sus pensamientos se calmen. Esto último puede quizá ser difícil. Es bueno repasar los acontecimientos del día y hacer una especie de balance y pensar cómo eventualmente se podría mejorar lo que no fue demasiado afortunado, y entonces deshacerse de ello y dormir. Cuando la energía de la conciencia diurna durante un tiempo no fluye por el sistema nervioso, tiene lugar la reparación necesaria, y entonces todo está a punto para el despliegue de vida que tendrá lugar el día venidero en una interacción con el mundo exterior. Pero, ¿dónde está la conciencia cuando se duerme, y en  el organismo sólo hay la vida necesaria para mantener ciertas funciones automáticas en funcionamiento?
3. Nuestra memoria está cerca del estadio de invierno de su ciclo, es por esto que no tenemos ningún recuerdo de lo que experimentamos durante el sueño
Cuando dormimos, nuestro yo sigue estando en un estado de experimentación, pero como se ha cerrado la entrada de experiencias sensoriales del mundo físico exterior, no es naturalmente este mundo el que experimentamos. Del mismo modo que nuestro cuerpo físico está rodeado de un mundo físico, en el que hay otros cuerpos físicos, de modo que pueda tener lugar un intercambio entre los seres vivos por medio de sus organismos físicos, el mundo de nuestra conciencia también está rodeado de un mundo mayor formado por materia en forma de rayos. En este mundo en forma de rayos, que nos rodea, también estamos en condiciones de encontrar el mundo de la conciencia de otros seres vivos, si estamos a la misma longitud de onda de los pensamientos e ideas que albergan. Pero, ¿no es necesario tener un cuerpo para poder experimentar? Sí, es absolutamente necesario. Pero un cuerpo no necesita estar formado de la grosera materia física. Hay cuerpos construidos de materias o energías mucho más sutiles, son los denominados cuerpos espirituales. Son de un carácter puramente eléctrico, y, además de nuestro cuerpo físico, todos tenemos cuerpos así. En el proceso que llamamos sueño, la conciencia, y con ella la facultad de percepción del cuerpo físico, es transferida a los cuerpos espirituales; por consiguiente es cierto cuando uno dice que durante el sueño estuvo «muy lejos», dado que en este estado la facultad de experimentar no está ligada al espacio y el tiempo de la misma manera que cuando experimenta a través del cuerpo físico. Pero, ¿por qué generalmente no podemos recordar lo que hemos experimentado mientras nuestro cuerpo físico dormía? Porque nuestra facultad de recordar es una facultad que está muy degenerada, está muy cercana al estadio latente de su ciclo. En el momento presente son otras las energías que dominan la conciencia del hombre terreno.  Por lo general, uno no puede recordar sus encarnaciones anteriores, ni siquiera puede recordar lo que ha vivido en su encarnación actual. ¿Puede uno recordar lo que sucedió un día determinado hace quince días a las tres de la tarde? Si puede recordarlo, es una excepción. Nuestra memoria está en el «estadio de invierno» de su ciclo, desde el punto de vista del hecho de recordar, el hombre terreno es como el árbol sin hojas del bosque. Pero tras el invierno viene la primavera y el verano; vendrá un tiempo en que este ser, con ayuda de su memoria o facultad de recordar, podrá retroceder en el tiempo miles, millones de años y ver lo que experimentó. Pero entonces no será, naturalmente, un hombre terreno el que tendrá conciencia de su origen cósmico como uno con la Divinidad y, por consiguiente, como idéntico a la eternidad, y el que se experimentará a sí mismo como el señor del tiempo y del espacio. Entonces el primitivo reemplazo de organismos, que llamamos muerte, será un estadio de la evolución que se habrá superado hará tiempo, dado que el ser, en el estadio evolutivo en el que se encontrará, reinará soberanamente sobre todas las materias del universo y sólo necesitará pensar para que la materia cambie de forma y se transforme ante su mandato.
4. Más allá de un cierto límite, los seres vivos no pueden crecer en conocimiento y saber sin, simultáneamente, crecer al mismo tiempo en moral y amor 
Pero para que el ser vivo una vez esté en condiciones de experimentar una existencia así de maravillosa, primero tiene, naturalmente, que aprender a pensar al cien por cien de acuerdo con las leyes de la vida. ¡Imagínense lo que sucedería si los actuales hombres terrenos tuvieran el mismo poder soberano sobre la materia que el ser nombrado anteriormente! El resultado, ¿no sería un terrible cataclismo? Pero afortunadamente esto es totalmente imposible. Más allá de un cierto límite, los seres vivos no pueden crecer en conocimiento y saber sin, simultáneamente, crecer al mismo tiempo en moral y amor. Las repetidas encarnaciones de los hombres terrenos en el mundo físico son como una escolaridad, en la que se preparan para poder una vez experimentar y crear en materia espiritual. ¿No puede aprender el ser esto en los mundos espirituales? No, no puede hacerlo, para aprender verdaderamente a pensar tiene que experimentar un mundo en el que pensar equivocadamente hace daño. Tiene que experimentar un mundo en el que la materia opone resistencia y tiene que ser dominada para que su facultad de pensar se desarrolle, y tiene que aprender a encontrar a seres, con los que no se siente a la misma longitud de onda, con tolerancia, comprensión y amor al prójimo. Todo esto sólo puede experimentarse en un mundo físico, y como las energías físicas están sometidas a las leyes del ciclo, el ser vivo tiene que visitar «la escuela» o el mundo físico, de modo que en periodos cambiantes se cree un organismo físico, que es una especie de uniforme escolar cósmico, por medio del cual el ser puede crear y experimentar en la zona física. Este «uniforme escolar» puede durar un cierto tiempo, el que conocemos como edad media de vida del hombre terreno, si no es expuesto a demasiadas molestias o a molestias demasiado grandes. En tal caso se desgasta antes de tiempo y su capacidad de ser usado se reduce, y en ocasiones se reduce tanto que tiene que ser tirado. Accidentes y enfermedad pueden hacer que el hombre terreno muera mucho antes de haber alcanzado «el término de su vida», en el que normalmente tenía que abandonar el mundo físico, cargado de años y contento de abandonar un organismo que ahora estaba tan desgastado que un despliegue y una experimentación normal de la vida ya no podían tener lugar por medio de él.
5. El sueño insuficiente hace padecer de los nervios y reduce la facultad de experimentar y trabajar 
Una de las causas de que el organismo pueda ser mantenido y que no sea simplemente un instrumento utilizable, sino un instrumento genial para nuestro espíritu es que durmamos lo  necesario e imprescindible. Como ya hemos dicho, el sistema nervioso está expuesto a desgaste cada día, y como precisamente es la red eléctrica que establece el contacto entre nuestra estructura espiritual o eléctrica y nuestra estructura física, es muy importante tanto para nuestra facultad de experimentar como para nuestra facultad de crear en el mundo físico que esta red eléctrica esté en orden. Sin suficiente sueño «se padece de los nervios», uno se siente indispuesto y tanto la facultad de experimentar como la de crear se reduce. La causa de que no se duerma lo suficiente puede ser una enfermedad física, problemas estomacales o cosas parecidas, pero también pueden ser causas psíquicas. Cuando uno se acuesta cierra la entrada a las impresiones del mundo exterior. Pero no siempre se puede cerrar la entrada a las impresiones que ya se han recibido. Los pensamientos dan vueltas y más vueltas alrededor de lo que ha sucedido a lo largo del día y, en ocasiones, puede haber contrariedades y acontecimientos desagradables o personas que han hecho enojar a uno, o puede haber algo que uno ha hecho o dicho, de lo que se arrepiente o por lo que está enfadado consigo mismo. Mucha gente puede durante largo tiempo dar vueltas y más vueltas en su conciencia a estos pensamientos, que le impiden relajarse para que el sistema nervioso pueda reorganizarse. Quizá dormitan un poco y se despiertan de nuevo y siguen alternadamente en el estado de sueño y despierto de un modo que en realidad echa a perder tanto el estado físico como el espiritual. Echan a perder el estado físico exponiendo su sistema nervioso a un desgaste adicional en vez de dejarlo descansar, de modo que el desgaste surgido previamente pueda repararse. Y su existencia espiritual, es decir, las experiencias, que habrían podido tener en la zona psíquica mientras el organismo descansaba, son constantemente perturbadas e interrumpidas cuando se deslizan de nuevo al estado medio despierto. En tales circunstancias anormales se pueden tener sueños, que son la pura pesadilla o algo sin pies ni cabeza. Son así porque ciertos destellos de la experiencia en la zona espiritual se mezclan con las preocupaciones o los enfados  o con la angustia o la excitación que llenaban la conciencia en el momento de dormirse. ¿Qué se puede hacer para evitar esto? Aquí, como en otros muchos casos, si la persona antes de dormirse se concentra en la Divinidad por medio de una oración, la calma puede llenar su conciencia. Puede pedir ayuda para poder afrontar los días siguientes las situaciones que han creado sus preocupaciones o enojo. Cada vez que uno se duerme por la noche, se «muere», aunque sólo vaya a estar fuera del mundo físico una noche. 
El cuerpo físico se mantiene por medio de ciertas fuerzas y funciones automáticas, pero por la noche la conciencia no va a tener nada que ver con él, y la única diferencia entre el sueño y la muerte es que el proceso automático de mantenimiento y renovación, que tiene lugar desde la zona espiritual durante el sueño, cesa cuando se produce la muerte. Aprendiendo a dormirse de la manera correcta, se aprende de hecho a morir de la manera correcta, porque del mismo modo que se pueden tener pesadillas y sueños desagradables cuando se deja que los pensamientos se muevan en un «círculo vicioso», del que uno cree no poder salir, uno también puede encontrarse con círculos de pensamientos así de desagradables cuando se duerme para no despertarse más en el mundo físico en el mismo cuerpo, y estos pensamientos pueden crearle una especie de «experiencia de infierno» o «purgatorio».
6. «La muerte» es un sueño que dura algo más que un sueño normal 
En el proceso que en el mundo físico llamamos «muerte» uno se duerme también a las experiencias del mundo físico, y este «sueño» dura algo más que lo que en general entendemos por sueño. Pero del mismo modo que sólo es el cuerpo físico el que tiene que descansar cuando dormimos «el sueño pequeño» mientras nuestra conciencia está en actividad en el mundo espiritual, son simplemente ciertas facultades y ciertos talentos los que descansan un tiempo mientras estamos «muertos» para el mundo físico, en el que despertaremos de nuevo, pero en un cuerpo totalmente nuevo, a través del cual tendremos nuevas posibilidades y oportunidades de experimentar y crear cosas con las que en la encarnación anterior sólo alcanzamos a soñar.
7. Lo que llamamos muerte puede convertirse en una hermosa puesta de sol en el mundo físico y una maravillosa salida de sol en el mundo espiritual
Enfado, decepción, amargura, angustia, remordimientos de conciencia y climas de pensamientos parecidos pueden crear sueños desagradables y pesadillas durante el sueño, si uno previamente no ha dominado en su conciencia estos pensamientos y sentimientos. Aquí la oración es un factor con una fuerza inmensa, ya que aprendiendo a dormirse de la manera correcta uno aprende a morir de la manera correcta, es decir, sin ningún «círculo vicioso» de pensamientos negativos. Si un hombre o una mujer trabaja para exterminar los pensamientos oscuros de su mente y pide ayuda para pasar por sus dificultades, no sólo experimentará que su vida cotidiana se percibe más luminosa y mejor, sino que cuando llegue el momento en que la persona en cuestión tiene que abandonar totalmente su organismo físico, este proceso será como una hermosa puesta de sol en el mundo físico y una maravillosa salida de sol en el mundo espiritual.
8. Cada hombre y cada mujer pueden hacer mucho para que su despedida con este mundo tenga lugar de una manera armoniosa y bella
Sabemos cómo una puesta de sol puede cubrirse totalmente de nubes oscuras, de modo que no sea el hermoso panorama de colores áureos, que para muchas personas se presenta como las experiencias más bellas que han tenido en la naturaleza. La puesta de sol mental, que denominamos muerte, también puede oscurecerse, de modo que carezca de hermosura, paz y armonía. No digo esto para asustar a nadie, al contrario. Quiero subrayar que cada hombre y cada mujer puede hacer mucho para que su despedida con este mundo tenga lugar de una manera armoniosa y bella, y así mismo para que su «nacimiento» en el mundo espiritual se convierta en una maravillosa bienvenida, en la que el ser es recibido por familiares y amigos amados y que anteriormente han atravesado la puerta de la muerte. Pero para evitar que la muerte se forme como algo oscuro y triste es precisamente importante saber qué mezclas de pensamientos pueden ser la causa de un posible «purgatorio» o «experiencia de infierno» durante el primer tiempo, después de haber abandonado el cuerpo físico y antes de pasar a lo largo de los altos mundos espirituales por el ciclo que todos los seres pasarán antes de encarnarse de nuevo en el mundo físico, también los peores criminales.  Naturalmente, no puedo decir detalladamente lo que el individuo concreto experimentará, porque depende de los pensamientos y sentimientos que tenga en su mente, de lo desarrollada que esté su intuición y de las facultades y los talentos especiales que particularmente haya desarrollado durante su vida en el mundo físico. Pero puedo contar algo sobre las leyes en las que se basan estas experiencias y describir a grandes rasgos algunas de las posibilidades que esperan a distintas personas tras la muerte, especialmente en relación con cuándo abandonan el mundo físico, si lo abandonan mientras todavía se encuentran en la infancia o si mueren como jóvenes, si lo abandonan como un hombre o una mujer en su edad adulta o como un anciano saciado de la vida.
9. La muerte no es nada que el hombre tenga que temer
Cuando un hombre ha experimentado la conciencia cósmica y, de este modo, ha ampliado su facultad de experimentar a no sólo poder experimentar con conciencia diurna en la zona física, sino que también tiene la facultad de poder experimentar con conciencia diurna en la zona espiritual mientras está en su organismo físico, también puede experimentar la muerte de tal modo que tiene conciencia de su estructura y misión. Partiendo de esta experiencia cósmica de la muerte, esta muerte podrá definirse como una gran puerta que da acceso a otra forma de vida o existencia. Esta puerta la tienen que atravesar todos los seres físicos, esto es algo que todos sabemos con certeza, aunque no sea nada en lo que se piensa cotidianamente. Mientras la muerte sea algo en lo que el hombre sólo piense con espanto y terror, es naturalmente bueno que haga como que deja de lado la idea de la muerte. Pero lo que resulta de esto es que cuando este hombre o esta mujer se encuentran repentinamente ante el hecho irrevocable de que una persona cercana o ellos mismos van a morir, están totalmente desprevenidos ante la muerte, lo cual puede hacer muy difícil el paso por este proceso. Y el caso es que la muerte no es nada a lo que se tenga que tener miedo. Si el individuo intenta familiarizarse con la idea de que una vez dejará el mundo físico, algo que por lo demás este ser ha probado infinidad de veces, aunque no pueda recordarlo con conciencia diurna, y si al mismo tiempo trata día tras día de limpiar su conciencia de pensamientos oscuros, entonces la muerte sólo puede convertirse en las experiencias más maravillosas que un hombre y una mujer pueden tener.
10. En la gran puerta que da acceso a los mundos espirituales hay cuatro puertas más pequeñas
A través de la puerta de la muerte se puede entrar en mundos o esferas muy distintos. No se trata de lugares del mismo modo que se habla de lugares en el mundo físico, se trata de estados o longitud de onda, dado que el mundo espiritual es un mundo totalmente eléctrico. Por esto que lo que sucede es que en el mundo espiritual uno experimenta precisamente ni más ni menos que aquello con lo que según el estado de su propia conciencia puede estar a la misma longitud de onda. Las palabras de Jesús «En la casa de mi Padre hay muchas moradas» expresan exactamente todas las posibilidades que hay en la vida tras la muerte en relación con los anhelos, deseos, creencia, manera de pensar, fantasía y facultad creadora de los diferentes seres. Se puede decir que en la gran puerta, que lleva a la vida en los mundos espirituales, hay cuatro puertas más pequeñas, una para los seres que mueren como niños, una para los que mueren en la primavera de la juventud, una para quienes mueren en una edad adulta y una para los ancianos, que naturalmente mueren la muerte natural saciados de la vida en el mundo físico. El ser vivo puede pasar desde cada una de estas puertas a distintas esferas y zonas con las que está a la misma longitud de onda en virtud de su especial estado mental, su carácter, inteligencia y facultad de amar.
11. Las leyes y principios que están vigentes a la muerte de un niño y en su vida en el mundo espiritual
Las causas de que un individuo abandone su organismo físico tempranamente en la niñez pueden, naturalmente, ser muchas, y aquí yo sólo nombraré algunas. En encarnaciones anteriores puede haber destruido su facultad de crear un nuevo organismo físico sano y normal, de modo que el cuerpo, que se ha creado en el vientre de su madre, es rápidamente demolido por la enfermedad, si el niño no nace directamente muerto.  Una vez puede también haber sido la causa de la muerte de otros niños y haberse creado un destino que hace que no esté protegido contra los accidentes y termina desdichadamente sus días de esta manera. Pero sea cual sea el destino que hace que un individuo muera como niño, el malestar que ha creado para sí mismo no se encuentra en el propio proceso de la muerte. Naturalmente, en la conciencia de un niño puede haber angustia, si repentinamente es muerto, pero esta angustia será instantáneamente alejada por medio de sugestión por seres de la zona espiritual. Lo desagradable consiste en que este ser, que recientemente se había creado un organismo físico, por medio del que tenía que vivir, crear y hacer nuevas experiencias a favor de su evolución, repentinamente ve truncadas estas posibilidades, y tras una estancia relativamente corta en los mundos espirituales tiene que sobrecargar de nuevo sus núcleos de talentos creándose un nuevo organismo físico para hacer las experiencias necesarias en el mundo físico, en el que los seres una vez tras otra deben encarnarse porque es aquí donde tienen que aprender a pensar. Pero, cuando se trata de la muerte de un niño, el proceso de la muerte en sí no es oscuro. Por lo general, carece totalmente de «purgatorio» porque el niño no tiene pensamientos oscuros en su conciencia, y caso de que los tuviera, son tan fugaces que los ángeles de la guarda los pueden inmediatamente alejar por medio de sugestión. 
El principio de los ángeles de la guarda o custodios es un principio universal. Está vigente tanto en el mundo físico como en el espiritual, y del mismo modo que hay ayudantes para el nacimiento cuando nacemos al mundo físico, proceso que en realidad es una muerte en el mundo espiritual, también hay ayudantes para el nacimiento cuando morimos en el mundo físico y nacemos en el mundo espiritual. Estos ayudantes, espíritus guardianes o ángeles de la guarda, como deseemos llamarlos, son seres que tienen facultades especiales par ayudar a otros y deseos de hacerlo y que, debido al principio de atracción y repulsión del universo, ayudan precisamente a los seres a los que tienen disposiciones especiales para ayudar. Es decir, que los seres espirituales que rápidamente tras el proceso de muerte se ocupan del niño, que ha abandonado su organismo físico, son precisamente seres que irradian un amor muy fuerte a los niños y que de manera especial tienen facultades para ayudar y orientar a estos seres. El mundo del niño es un mundo de juego y aventura, y esto caracterizará también las primeras experiencias del niño cuando ha abandonado su cuerpo físico. Va directamente a un jardín de infancia, donde seres amorosos se ocupan de él, y donde el juego y las aventuras dominan su existencia. Pero mientras en el mundo físico al niño se le tenían que leer las aventuras de un libro, en el mundo espiritual la experiencia de las aventuras es mucho más viva y real. En el mundo espiritual sucede que las materias obedecen el mandato del pensamiento y de la voluntad. El que cuenta aventuras o cuentos sólo necesita pensar en ellos, y se presentarán vivos para los niños, no sólo como imágenes, sino en estados de movimiento y plásticos rodeados de los más hermosos paisajes y escenarios. Entre los ángeles de la guarda, que se ocupan de los niños, puede haber seres que en el mundo físico han sido grandes narradores de cuentos y aventuras y poetas. Mientras «cuentan» sus cuentos y aventuras, la concentración de sus pensamientos puede a veces ser tan fuerte que ellos mismos desaparecen tras la energía de sus pensamientos, de modo que sólo se ven las imágenes cambiantes de los pensamientos de su fantasía. Esta esfera de aventuras y cuentos no es, naturalmente, sólo para los niños, sino para todos los seres de la zona espiritual, que se han liberado de la oscuridad y del «purgatorio», si sus pensamientos, sentimientos e interés están a la misma longitud de onda de un mundo así. Y esta esfera tiene sus límites tan cercanos a la zona física que sus energías influyen sobre individuos receptivos de esta zona, por ejemplo, poetas y creadores de dibujos animados, que frecuentemente son inspirados desde este mundo mental, que es todo menos aburrido. Sin embargo, llegará un tiempo en que el niño se habrá saciado de las experiencias en este mundo de juego y aventura y con ayuda de los ángeles de la guarda pasará por las esferas intelectuales, donde no tiene demasiado que experimentar, pero donde todo lo que se vive es luminoso y radiante. Pronto experimentará la esfera de los recuerdos o el reino de la bienaventuranza, desde donde se encarnará de nuevo en el mundo físico. Los recuerdos de vidas físicas anteriores llenan su conciencia con bienaventuranza, y su energía del anhelo se concentra cada vez más en la existencia física. Estas energías de anhelo y bienaventuranza se unen con la irradiación de bienaventuranza que surge de dos seres físicos, que experimentan la culminación de su amor común. Naturalmente, no es casual qué hombre y qué mujer serán los padres de este ser en una nueva encarnación física, aquí también están en vigor las leyes del universo de atracción y repulsión entre las energías, que surgen de los seres vivos y crean destino, tanto para los padres como para el ser, para el que van a ser ángeles de la guarda en el mundo físico hasta que esté en condiciones de valerse por sí mismo.
12. Cómo se forma el proceso de muerte para el ser que muere en medio de su juventud
Si un individuo muere en medio de su juventud, lo que experimentará durante el primer tiempo después de la muerte se formará, naturalmente, de manera distinta a la que se formaría si hubiera abandonado su cuerpo físico en la infancia. La conciencia de los jóvenes está llena de pensamientos y sentimientos muy distintos a los del niño, y esto también va a caracterizar sus experiencias en la zona espiritual. La juventud puede a veces ser una edad difícil, en la que la conciencia del joven está llena de oposición y crítica y simultáneamente muy concentrada en el mundo físico, una carrera, el enamoramiento en el sexo opuesto, etc., una interrupción de la existencia física a esta edad lleva consigo ciertas dificultades, sobre todo si la muerte llega repentinamente. Si llega a través de una enfermedad, el joven o la joven tendrán tiempo de prepararse para la muerte. Aunque quizá no lo noten directamente a través de su conciencia diurna, esto sucede por la noche en la zona espiritual. Pero si se trata de una muerte repentina, por ejemplo en un accidente de tráfico o algo parecido, puede pasar un cierto tiempo antes de que el individuo en cuestión comprenda que está muerto. Lo que sucede detalladamente es, evidentemente, individual, pero para el paso de todos los hombres por las puertas de la muerte rigen las mismas leyes y los mismos principios. Los jóvenes también pueden  ser muy distintos cuando se trata de madurez espiritual, y puede haber jóvenes que cuando se trata de cuestiones espirituales tienen mucha mayor madurez que muchos ancianos, y para tales jóvenes el paso al otro mundo no será demasiado difícil porque muy rápidamente pedirán ayuda, y los ayudantes estarán al momento con ellos. Pero si se trata de un joven cuya conciencia está totalmente concentrada en lo físico sin ninguna creencia en una vida tras la muerte, sus pensamientos pueden seguir durante un tiempo girando alrededor de los últimos acontecimientos sucedidos antes de su muerte, del mismo modo que se puede hacer en un sueño desagradable. El ser está rodeado de su propio mundo de pensamientos como si fuera una cárcel mental, de la que no puede salir. Quizá en su concentración de pensamientos conduce al lugar del accidente una y otra vez como para reconstruir y comprender lo que pasó. En la zona física, una persona con facultades de clarividencia estará en condiciones de ver al accidentado conducir hacia el lugar del accidente, donde repentinamente desaparece porque la concentración de pensamientos cesa. O sea, se trata de lo que comúnmente se llama «aparición de fantasmas», que también se basa en leyes y principios especiales, que la ciencia con el tiempo comprenderá. El joven descubrirá que ha sucedido algo que no puede comprender, un montón de pensamientos de su vida física pasarán por su conciencia, no como algo que tiene en su interior, sino como algo que lo rodea. Y por materialista y ateo que crea ser, pedirá ayuda en su necesidad, y la ayuda estará inmediatamente allí. Los ángeles de la guarda han estado todo el tiempo preparados para ayudar, pero el ser tiene que sintonizar su propia mente con la longitud de onda de estos seres, y entonces puede venir la ayuda. ¿Cómo se muestran estos ángeles de la guarda para aquellos a los que van ayudar?
13. Los ángeles de la guarda se muestran con la figura que en la situación concreta será la mejor ayuda
¿Es como los ángeles,  que vimos en nuestra Biblia infantil, con una gloria luminosa, vestiduras blancas y alas que los ángeles de la guarda se le muestran al ser al que tienen que ayudar? Sólo si el que tiene que ser ayudado espera que tengan este aspecto, si el ser en cuestión no sabe exactamente lo que en realidad ha sucedido no se mostrarán así. En el mundo espiritual, la materia psíquica obedece el mandato de la voluntad y el pensamiento, y por lo tanto el espíritu ayudante con su voluntad y su pensamiento puede formar su cuerpo espiritual y mostrarse con la figura que en la situación concreta será la ayuda mejor y más útil. Tal vez el ángel de la guarda sea un ser que ha conocido a la persona, que tiene que recibir ayuda, durante su vida en el mundo físico y entonces se mostrará con la figura conocida para poder consolar, ser útil y orientar. También hay la posibilidad que el que necesita ayuda tenga la impresión que un médico, una enfermera o ayudantes semejantes del mundo físico serían exactamente la ayuda adecuada, y entonces se mostrarán unos seres que se les parezcan y alejarán los pensamientos oscuros de la conciencia de la desdichada persona por medio de sugestión, y poco a poco le irán haciendo comprender lo que ha sucedido y la ayudarán orientándola en su situación y conduciéndola a la esfera espiritual que en ese momento estará a la longitud de onda de los pensamientos y sentimientos dominantes en su conciencia. En nuestro tiempo, en que tantos jóvenes soldados han muerto en el campo de batalla con una conciencia llena de angustia, y esto ha sucedido tan repentinamente que no saben que están muertos, en muchos casos la ayuda será soldados de la Cruz Roja, enfermeras y médicos, y despertarán en un hospital, y poco a poco se irán acostumbrando a que no les pasa nada cuando simplemente lo crean. Algo parecido tiene lugar cuando alguien muere tras una larga enfermedad, en la que ha guardado cama. Durante el primer tiempo después de la muerte también puede experimentar el ambiente de un hospital y estar rodeado de enfermeras y médicos amorosos, hasta que descubre que la enfermedad sólo existe en el mundo de sus pensamientos, y cuando se han vencido estos pensamientos, los ángeles de la guarda ya no necesitan seguir mostrándose como enfermeras para estar a la misma longitud de onda que el que necesita ayuda y orientación.
14. Las ideas religiosas sobre el paraíso
Si las ideas religiosas de un individuo se despiertan cuando comprende que lo que experimenta es el estado después de la muerte, entonces es posible que su conciencia se concentre en la fe infantil, que quizá tuvo una vez, y en todo lo que se imaginó sobre ángeles y un paraíso. Tales esferas también existen y son igual de hermosas y ricas en colorido que los cuadros religiosos de los maestros clásicos. Dios está sentado en su trono rodeado de una multitud de ángeles y hombres y mujeres santos vestidos con pompa y gloria. Cristo está sentado a la derecha del Padre, y el Espíritu Santo vuela planeando por encima de ellos como una paloma. Quien experimenta esto forma parte de la multitud que toca arpas y agita ramas de palma con júbilo y cantando himnos sagrados, hasta que este hermoso panorama se vuelve aburrido porque no hay ninguna renovación y ya no sigue siendo el paraíso, sino que sería un infierno si continuase eternamente. ¡Imagínense lo que sería hacer lo mismo y lo mismo eternamente! ¡Y experimentar lo mismo, por hermoso que fuera! No sería en absoluto ningún paraíso, tendría que ser un infierno. Pero no es así, la vida es renovación y transformación ininterrumpida.
15. Los estados colectivos de paraíso desaparecerán a beneficio de la creación de un «reino de los cielos»
Este reino de los cielos, del que hemos hablado, sólo es una simple esfera de muchas esferas y no es una parte de los reinos espirituales, sino solamente un estado en el vestíbulo de estos mundos, un estado intermedio, en el que la conciencia de los individuos todavía está fuertemente dominado por lo que se han imaginado sobre el más allá mientras vivían en el mundo físico. Es por esto que hay paraísos igual de hermosos para musulmanes, hindúes, budistas y para los hombres que todavía forman parte de religiones todavía más primitivas, del mismo modo que una vez hubo una esfera donde los que creían en Odín, Thor y el Valhalla, estaban sentados a la mesa con dioses y héroes. Estas formas colectivas de paraíso basadas en la fe en unos dogmas están desapareciendo a marchas forzadas; se basan en el instinto religioso y en sentimientos religiosos, pero poco a poco, a medida que el pensamiento creador va evolucionando en el hombre terreno en relación con el humanitarismo y el amor al prójimo, se desarrolla en su conciencia un «reino de los cielos», que poco a poco se irá creando en la Tierra, un mundo de espíritu, arte y lógica, de paz, libertad y fraternidad, un verdadero reino humano. Un reino así no podría jamás llegar a existir en materia física si no existiera primero en materia espiritual. Pero existe de este modo, es el cuerpo del sentimiento del ser-Tierra, y en este mundo el hombre terreno experimenta ahora todo lo puramente humano con cuya longitud de onda puede ponerse en contacto. También es de esta esfera de la que vienen los ángeles de la guarda, y este hombre también puede convertirse él mismo en ángel de la guarda en relación con lo evolucionadas que estén sus facultades de amor al prójimo, de pensamiento y creación.
16. La experimentación del proceso de muerte para quien muere en su edad adulta 
Si el que abandona el mundo físico es un hombre o una mujer en su edad adulta, las experiencias en el vestíbulo o estado intermedio estarán caracterizadas por los pensamientos y sentimientos que ocupan a un hombre o una mujer de esta edad. Esto es naturalmente muy individual y, por consiguiente, sólo puede nombrarse a grandes rasgos, pero en la edad adulta sucede frecuentemente que el ser está muy ocupado por actividades físicas y la mayor parte de su conciencia y de su amor se concentra en ellas. Un hombre está quizá rodeado de un negocio de envergadura, que es el resultado de muchos años de trabajo, o es posible que esté en medio del despliegue de creación intelectual, tras el cual también hay muchos años de trabajo y fuerte concentración, y de repente muere y carece del instrumento físico que lo unía a un mundo en el que tenía lugar su despliegue creativo, pero sigue estando lleno de todos los pensamientos que lo conectaban con el trabajo y con su progreso y éxito en el mundo físico. No es difícil comprender que un hombre puede encontrarse en dificultades cuando su conciencia está llena de planes y necesidad de llevarlos a cabo en la realidad física y repentinamente pierde el único instrumento por medio del cual es posible este trabajo. En principio es lo mismo que si un artesano pierde de pronto ambas manos aquí, en el mundo físico. Esto es una catástrofe. Sin embargo, en el mundo físico tenemos magníficos ejemplos de cómo personas, que se han quedado inválidas, salen sin embargo adelante gracias a una voluntad invencible y una paciencia incansable y, naturalmente, con la ayuda y comprensión de personas amorosas. Entonces, ¿es un individuo un inválido cuando pierde su cuerpo físico? Naturalmente no tendría que serlo, pero puede sentirse como si lo fuera, si su conciencia casi exclusivamente se ha concentrado en los asuntos del mundo físico y en su propia felicidad y carrera física. Si su negocio no ha estado especialmente caracterizado por el egoísmo, sino que ha tenido un fuerte elemento de altruismo a través del deseo de ser útil para otros, el tránsito no será difícil, dado que se trata de un negocio que cuadra totalmente con la longitud de onda del mundo espiritual y puede desplegarse a través de los cuerpos espirituales. Pero si ha habido un despliegue de vida que se ha basado principalmente en el deseo de tener poder y riqueza, incluso quizá a costa de otros, o si el deseo de honor, fama y galardones por medio de la creación intelectual ha sido mayor que el deseo de encontrar la verdad o crear algo para provecho y alegría de otros, entonces podrán surgir grandes dificultades para el ser antes de que se acostumbre al estado espiritual. Con facultades clarividentes se podrá ver a este hombre «estar de nuevo» en su negocio porque está atado a unas determinadas maneras de pensar, de las que naturalmente es liberado cuando pide ayuda porque se da cuenta que todo es distinto de cómo ha sido. 
Si es una mujer la que abandona el mundo físico en su edad adulta, también tiene naturalmente que aprender que no necesita cuidar de la casa y hacer la comida y otras cosas parecidas, tal como está acostumbrada. Su mayor preocupación será quizá pensar en los niños, que todavía no están en condiciones de valerse por sí mismos. Pero los ángeles de la guardia la ayudarán a ver que se ha procurado por ellos, y quizá incluso ella misma pueda mostrarles su amor y solicitud desde el mundo espiritual, dado que también tiene la posibilidad de convertirse en ángel de la guardia para ellos. 
Al atravesar la puerta de la muerte el hombre terreno atraviesa primero un estado intermedio o vestíbulo de los mundos espirituales, y aquí las experiencias son un deshabituarse de todos los pensamientos y sentimientos de tipo material o de la angustia, el enojo, la amargura, los remordimientos de conciencia y climas de pensamientos parecidos, que conjuntamente son vibraciones  que no pueden estar a la longitud de onda de las vibraciones de los mundos superiores, y simultáneamente  un habituarse a los principios y leyes que reinan en los mundos espirituales y están vigentes para los cuerpos espirituales, que ahora van a soportar la conciencia del ser. Las experiencias en el vestíbulo pueden formarse como una especie de purgatorio o infierno, si el que ha abandonado su cuerpo físico tiene conflictos en su mente o está muy envuelto en maneras de pensar físicas. Pero en todos los casos, tras un periodo de tiempo mayor o menor, estos estados cesarán  con la ayuda de ángeles de la guarda, y el hombre terreno, como célula de los cuerpos espirituales de la Tierra, experimentará unas maravillosas vacaciones de las dificultades del mundo físico y, según sus facultades e intereses, experimentará las más altas esferas del arte de la vida y a los seres que residen allí, al mismo tiempo que puede estar con seres que ha conocido y querido en el mundo físico.
17. Hombres y mujeres que mueren de muerte natural debido a la edad
La más hermosa forma de muerte un hombre o mujer terreno puede experimentar es la muerte natural debido a la vejez. Este ser tiene madurez para la vida espiritual, y ya no hay cosas que aquí, en el mundo físico, retengan sus pensamientos. Naturalmente, no todas las personas mayores tienen paz en la mente, y si no tienen paz, también tienen que pasar por su forma especial de purgatorio, pero se trata de excepciones. Generalmente la vejez hace a los individuos dulces, más tolerantes y los pone en condiciones de resignarse, la vida los ha preparado directamente para lo que va a suceder cuando abandonen la funda, que está desgastada y ya no puede seguir usándose. Para ellos es una liberación, y esta es la función natural que tiene la muerte para los hombres terrenos, liberarlos del instrumento que ya no puede estar a su servicio y poder usar las facultades y talentos, que han desarrollado a lo largo de su existencia física, para experiencias maravillosas en los mundos espirituales. Y cuando han experimentado todo lo que les es posible experimentar en su actual estadio evolutivo, reciben un nuevo organismo en la zona física, por medio del cual pueden continuar sus «estudios en la asignatura de aprender a pensar de acuerdo con las leyes de la vida», porque es esta la verdadera misión de la existencia física. Cuando la persona anciana ha abandonado su cuerpo desgastado, a veces durmiéndose silenciosamente en la muerte, experimentará algo que si tuviera posibilidades de despertarse de nuevo y contarlo, lo llamaría un «sueño» maravilloso. Naturalmente, la manera en que «el sueño» es en detalles es individual, pero podría muy bien formarse de la siguiente manera: La persona anciana se experimenta repentinamente a sí misma en un estado de libertad desconocido hasta el momento, libre de toda pesantez tanto corporal como psíquica. Ve una gran puerta radiante, que ahora recuerda haber visto muchas veces antes durante el sueño, pero entonces no le era posible acercarse. Pero ha podido observar cómo se abría para otros seres, que estaban totalmente liberados de la conexión con su cuerpo físico y, debido a ello, podían pasar por ella. En ocasiones anteriores es como si hubiera podido vislumbrar del modo en que un fuerte torrente de luz resplandecía dando la bienvenida a los seres que tenían que pasar por la puerta. En esta ocasión es ella misma la que es objeto de este torrente de luz, y ve que ya no tiene un cuerpo viejo y gastado, sino uno nuevo y juvenil, desde el que resplandece y fulgura con un brillo anacarado. En la puerta hay unas siluetas todavía más resplandecientes y fulgurantes, que acogen a los que llegan, los colores más maravillosos del cielo matutino y vespertino iluminan toda esta escena, y los recién llegados descubren que los seres, que a primera vista parecían ángeles, son viejos amigos y familiares queridos, que han conocido quizá a lo largo de muchas encarnaciones. Durante todo esto se ha oído música muy hermosa y al otro lado de la puerta se ven ahora paisajes maravillosos, que se pierden en la lejanía. Hay bosques y lagos, una rica vegetación y muchos pájaros, cuyo gorjeo sube hacia el cielo y se mezcla con la música de las esferas. El viejo ser agonizante en la zona física se ha convertido en un ángel luminoso y durante un tiempo experimentará el mundo de estos seres convirtiéndose también en un ángel de la guarda para seres de la Tierra o en su propio purgatorio, que necesitan ayuda. Pero toda esta revelación sólo es la puerta de la muerte. Es la iniciación a una vida en la esfera de la luz, desde allí los caminos llevan a hermosos mundos divinos, donde el ser experimentará la más elevada forma de alegría, bienaventuranza y paz, que le es posible experimentar en su actual estadio evolutivo. Se le permitirá experimentar la cercanía de la Divinidad tan intensamente como jamás lo ha experimentado en esta espiral, y luego el camino se dirige hacia una nueva encarnación física, en la que se abrirán nuevas posibilidades para seguir evolucionando, de modo que las esferas de la luz una vez no sean únicamente mundos que el ser visita entre dos encarnaciones, sino su morada, en la que experimenta y crea en provecho de la totalidad.
Artículo de Martinus basado en cuatro conferencias que dio en el Instituto Martinus el 16, 23 y 30 de octubre y el 6 de noviembre de 1949. La elaboración del texto escrito fue hecha por Mogens Møller y aprobada por Martinus. Publicado por primera vez en la edición danesa de Carta de Contacto n.º 23-24, 1959. Tíitulo original: Gennem dødens port. Traducción Martha Font. ID de artículo: M0465.

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