<br />
<b>Warning</b>:  Use of undefined constant STJERNESYMBOL_ALT_TEKST - assumed 'STJERNESYMBOL_ALT_TEKST' (this will throw an Error in a future version of PHP) in <b>/var/www/martinus.dk/public_html/da/artikeldatabase-old2/i_bodystart.php</b> on line <b>22</b><br />
STJERNESYMBOL_ALT_TEKST


Palabras:     Palabras enteras     Inicio de palabra  Ayuda   

Lista de artículos

M3039
Sobre los platillos volantes

Martinus responde
Una y otra vez, el Instituto Martinus recibe preguntas sobre la existencia de platillos volantes y de dónde provienen. Asimismo, se pregunta si los humanos pueden superar la distancia a la Luna y seguir vivos.
Me gustaría dar a conocer aquí que está totalmente fuera de mi misión tratar este u otros temas similares. Sin embargo, dado que el tema parece tener una importancia seria para muchas personas, debo, de una vez por todas, expresar aquí mis puntos de vista al respecto.
El acceso absolutamente natural y perfecto para que los seres vivos avanzados experimenten visitas a otros mundos, planetas y soles es una experiencia cósmica. Por lo tanto, generalmente solo se puede experimentar por vía espiritual cuando los seres están libres de su cuerpo físico. En consecuencia, entonces pertenecen al plano espiritual, donde los seres están libres de los obstáculos, las distancias, el tiempo y el espacio del organismo físico. Es por eso que seres espirituales pueden revelarse a los seres en el plano físico cuando y donde sea que estén. Luego aparecen en un cuerpo físico que es temporalmente visible. Este cuerpo es un cuerpo materializado y puede desmaterializarse tan rápido como se materializó. Si los platillos volantes y su origen no son absolutamente físicos y residen aquí en el plano físico terrenal, solo pueden ser seres espirituales en materializaciones físicas temporales. Entonces no vienen del espacio exterior, sino que se revelan directamente desde el plano espiritual o cósmico. Entonces bien pueden ser seres espirituales que de alguna manera pertenecen a los planos espirituales de Marte y Venus, a pesar de que el plano físico de estos mundos no sería adecuado para la habitación de humanos físicos u otros seres físicos muy desarrollados.
En cuanto a la capacidad de los seres humanos para viajar por el espacio, hay que reconocer que es muy limitada. El sol vecino más cercano a la Tierra está a cuatro años luz de la Tierra, lo que significa que está a una distancia de aprox. 37.843.200.000.000 km. – Aunque los humanos puedan alcanzar velocidades de 30.000 km por hora, se necesitarían 144.000 años para cruzar esta gigantesca distancia. Que tal empresa física macrocósmica, incluso con la velocidad doble o triple de dicha velocidad, sería una imposibilidad total para el ser humano físico relativamente pequeño y microscópico, se hace visible aquí como un hecho inquebrantable. El organismo del hombre terrenal no se ha creado como una herramienta para escapar de su morada original o esfera de vida normal. No está construido para vivir en áreas libres de oxígeno o sin gravitación o en áreas donde no hay ni arriba ni abajo, donde no hay ni este ni oeste, ni sur ni norte. Estas y muchas otras áreas potencialmente mortales para el ser humano físico no pueden ser superados hasta el punto de poder formar un lugar de experiencia de vida permanente y normal en la Luna, Marte o Venus o en los otros planetas de nuestro sistema solar. A eso hay que añadir el día de catorce días en la Luna, donde el sol irradia directamente su calor mortal sobre la superficie lunar sin atmósfera, al igual que la correspondiente larga noche lunar proporciona juego libre para las letales temperaturas frías del espacio, que hacen que las condiciones físicas de vida para seres animales o físicos sea más o menos imposibles. – La tierra es un paraíso divino comparado con este desierto mortal de piedra.
Con esto he dado una pequeña idea de la ley de los viajes espaciales cósmicos. Si los platillos volantes de los que tanto se habla son visiones cósmicas revestidas de materialización física, o son simplemente material ordinario, fenómenos físicos con un hogar secreto aquí en la tierra, no puedo decirlo, ya que no he tenido ningún impulso intuitivo o cósmico para ocuparme con estas manifestaciones de platillos, así como tampoco he estado nunca en contacto íntimo con ellas.
Sinceramente,
Martinus
Título original: Om flyvende tallerkner. ID: M3039. La pregunta fue publicada por primera vez en la edición danesa de Carta de Contacto no. 18, 1966. Traducido del danés al castellano por Else Byskov en septiembre de 2021. Revisión y corrección por David Pinzón Cadena.

© Martinus Institut 1981, www.martinus.dk

Se permite poner un link al artículo arriba mencionado, con información de copyright y referencia de su origen. También está permitido citar de él según la ley de copyright. No se permite reproducir al artículo entero sin permiso escrito del Instituto Martinus.

 


Se ruega enviar comentarios a info@martinus.dk.
Se puede enviar información sobre errores, fallos y problemas técnicos al webmaster.