Estamos entrando en una nueva cultura que se basará en el amor. Cristo vino con una nueva cultura para el mundo, pero en aquel tiempo no podía explicar esto de una manera intelectual. Dijo: «Todavía tengo mucho que deciros, pero ahora no podéis comprenderlo». Había que esperar a tiempos posteriores, y ahora ha llegado el momento. Lo que no podía explicar entonces era cómo Dios quería  llevar a la humanidad a su ultimación o perfección.

Antes, cuando se conocía tan poco sobre las cosas cósmicas y se creía que sólo había una vida, esto no se podía contar. Ni de una pobre vida se tiene la garantía. Ya antes del nacimiento uno puede ser matado con un aborto. Se puede morir inmediatamente después del nacimiento, se puede morir en todas las edades. ¿Qué pasaría, entonces, si sólo se tuviera este cuerpo? Si fuera así, todo iba directamente al basurero. Si sólo se tuviera esta vida uno no podría evolucionar. La creencia en una vida y los dogmas del cristianismo eran para hombres que no pensaban, y esto no estaba calculado para que se tuviera que investigar.

Actualmente hay muchos hombres que encuentran el cristianismo demasiado ingenuo, porque no puede investigarse. Suponen que ya no existe ningún cristianismo, que ha terminado, pero el cristianismo vive con una salud perfecta. Hay millones de hombres que son «cristianos», aunque no se les denomine «cristianos». A estos hombres los denominamos «materialistas», pero su humanitarismo muestra que han sido cristianos en vidas precedentes. Son muy humanos, pero no son simplemente seguidores de sectas o sociedades religiosas, porque han dejado atrás el estadio de la fe. No son partidarios de nada en absoluto, pero tienen su humanitarismo. Esto lo vemos en relación con terremotos y otras catástrofes naturales, la ayuda afluye de muchos países. Si el periódico habla de una familia pobre, también llega mucha ayuda. En el mundo hay mucha ayuda y humanitarismo, que viene de personas que no se consideran a sí mismas religiosas. Son materialistas, y son ellas las que recibirán la nueva cultura mundial que ahora está de camino.  

La existencia física no es la existencia acabada. En realidad, no vivimos de ningún modo en la zona física, donde sólo hay movimiento. Pero los movimientos son lógicos, surgen del «algo vivo». Estamos en la zona espiritual y no en la zona física, y, por consiguiente «la muerte» tampoco existe. En la zona física, donde Dios moldea al hombre, experimentamos «la muerte». Allí podemos «disfrutar del árbol de la ciencia», que es la vida cotidiana de la mañana a la noche, donde hacemos todas nuestras experiencias tanto para bien como para mal. Esta vida cotidiana nos hace evolucionar y nos volvemos cada vez más sabios y adquirimos la facultad de «conocer la diferencia entre el bien y el mal como el mismo Dios».

No hay ningún punto fijo en absoluto fuera de los seres vivos. Hay rocas y cosas duras, pero esto sólo son energías condensadas, vibraciones condensadas, no son puntos fijos. El único punto fijo, de donde surge toda la energía, es el yo. El yo o el punto fijo es una realidad eterna, que no tiene explicación. Lo único que se puede decir sobre él es que «es algo que es». Cada despliegue de energía, movimiento o acción surge de este punto fijo y vuelve a él. Uno es, de este modo, la causa de su destino. 

Los hombres se transforman, y han estado bajo transformación desde las remotas unidades de vida minerales. Lo dirigente a lo largo de la creación del hombre, durante muchas vidas, ha sido el matrimonio y el instinto de apareamiento. A lo largo de milenios, por decirlo de alguna manera, durante toda la historia de la humanidad ha sido el punto fijo que un hombre y una mujer hicieran buena pareja y vivieran juntos con sus hijos. Pero ahora está sucediendo que el matrimonio ya no es el punto fijo que ha sido. Vemos que muchos jóvenes no se casan, viven juntos en los denominados «matrimonios sin papeles», porque la facultad de enamoramiento o la fuerza, que en ellos hacía que se casasen, ha degenerado de una manera extraordinaria. En tiempos pasados el enamoramiento podía durar toda la vida. Podía ser tan extremo que si desaparecía a destiempo en una de las partes, la otra casi podía enloquecer. Hoy en día, en que el enamoramiento dura un tiempo muy breve, no es así, y entonces los seres se enamoran de otro y así sucesivamente. Esto no es ninguna desviación. La degeneración de la facultad de enamoramiento es un eslabón de la evolución, en la que el hombre está siendo transformado para convertirse en la imagen de Dios.

Los hombres sólo pueden recibir el destino que ellos mismos han creado y, así, evolucionan y aprenden lo que tienen que hacer y lo que no tienen que hacer. El amor crece. Aprenden a perdonar cada vez más y dejan atrás el matrimonio. Actualmente el amor matrimonial es lo que domina en los cuentos, las revistas y los periódicos, pero esto sólo es una simpatía impulsada por hormonas, y es por esto que los animales también la pueden tener. El amor universal sólo puede surgir a través de los propios sufrimientos. Un sufrimiento tras otro crea compasión y facultad de misericordia en nosotros. Si uno, por ejemplo, se ha roto una vez una pierna, es muy fácil comprender el dolor que otra persona tiene cuando se rompe la pierna. Si uno ha muerto de una enfermedad cancerosa muy terrible, también le es fácil hacerse cargo de los sufrimientos de otra persona. De este modo evolucionamos humanamente.

Actualmente nos encontramos en una situación en que la moral se ha desenfrenado, casi en todas partes hay inmoralidad. Es para aprender cómo no se tiene que vivir y cómo se tiene que vivir para ser una alegría y una bendición mutua. 

El hecho de saber que el matrimonio es algo que cesa no significa que uno de pronto pueda ser infiel y falte a su promesa de matrimonio. La vida requiere que uno sea sincero y cumpla su promesa. Muchos se sienten atados por el matrimonio, pero uno no puede usar mis análisis sobre los polos como excusa para abandonar su matrimonio. No se puede dejar sin más ni más a la otra parte, se tiene que tener un cierto acuerdo mutuo. No es correcto creerse que uno puede llevar una vida disoluta y engañar a otros, pero esto también se aprenderá. No es algo que quiera criticar, por mí la gente puede, naturalmente, ser como quiera y hacer lo que quiera. 

Pero, además de que el hombre tiene que convertirse en intelectual y dejar el matrimonio atrás, el polo contrario todavía tiene otro objetivo. Transforma al hombre para que tenga interés y simpatía por su propio sexo. Esto es algo que a los hombres les ha sido muy difícil comprender, y hoy muchos no pueden comprenderlo. ¿Cómo puede ser que el hombre, la mujer ame a su propio sexo? De hecho, el hombre comienza a tener conciencia de su polo contrario o femenino, y no se interesa por lo femenino, sino al contrario por lo masculino. Del mismo modo, la mujer comienza a tener conciencia de su polo masculino, que se interesa por lo femenino. Por esto, uno ama a su propio sexo.

A medida que el hombre pasa por la oscuridad se vuelve más amoroso y comienza a tener una nueva simpatía, que no tiene nada que ver con el matrimonio. Esta nueva simpatía, que llamo «amor universal», crece en el hombre bipolar u homosexual. No me gusta llamarlo «homosexual», porque el concepto homosexualidad ha adquirido muy mala fama, porque la gente no sabía lo que era y creyó que era una desviación. Sólo veían a quienes llevaban una vida disoluta y estaban desviados, no veían al hombre o a la mujer homosexual o bipolar verdaderamente normal. Ser homosexual no es nada erróneo. Es algo que no se puede evitar. Todos los hombres lo serán. No hay ninguna excepción. 

Para convertirse en la imagen de Dios el hombre tiene que ser una copia perfecta y exacta de Dios, que ama con amor universal, es omnisapiente y todopoderoso. Por esto Cristo podía decir: «Se me ha dado todo el poder en el cielo y en la Tierra».

¿Cómo podía Cristo saber que hay que perdonar no sólo siete veces, sino setenta veces siete? ¿Cómo podía caminar sobre el agua y calmar la tormenta en el lago? ¿Cómo podía curar enfermos simplemente con la fuerza de su pensamiento? Podía hacer esto gracias a la experiencia de la oscuridad. 

Vamos camino de una nueva cultura, de una cultura de Cristo que no se basará en tan alto grado en el matrimonio, sino en hombres y mujeres que están evolucionando en hombres libres o seres-cristo.

Es motivo de alegría que muchos hombres alrededor del mundo hayan superado la culminación de la oscuridad y «la conciencia diabólica». Cuando tenía que escribir estos análisis dudaba: «¿Debía escribir conciencia diabólica?» Pero tuve que escribirlo, porque es «conciencia diabólica». No es una conciencia animal la que hace bombas atómicas y destruye ciudades completas. Hay una cierta cantidad de hombres que todavía viven en la conciencia diabólica. Son los que secuestran o matan gente cara a cara y no tienen en absoluto la más mínima compasión de nadie. Los que hoy viven una vida decente y razonable, que no tienen corazón de matar a otros hombres y animales, han vencido la conciencia diabólica, y el karma que les queda no es tan terrible. Pero el karma de los hombres que no han vencido «la conciencia diabólica» se concentrará en la inminente guerra mundial que pronto pasará por la Tierra.

Cuando Jesús fue crucificado cesó «la lógica de la defensa». Los hombres se han defendido desde el estadio del animal hasta nuestros días y actualmente tienen una defensa muy grande con una fuerza de muchos más millones de caballos que la que necesitan, con bombas atómicas y un gran número de diversos instrumentos de guerra extraños y geniales. Es como si tuvieran que luchar con otro planeta y no con su propia gente en la Tierra. Es ni más ni menos que usar cañones para cazar pulgas. Tan extremadamente degenerado e ingenuo es. Pero esto no impide ninguna guerra. No garantiza ninguna paz. La gran lección que tienen que aprender de lo que viven es que no hay que defenderse.

Aquí, en Escandinavia, es donde estamos mejor. Es el mejor lugar de la Tierra. Aquí estamos más protegidos, y aquí llegan los impulsos de los mundos cósmicos. Es aquí donde la conciencia cósmica se ha revelado y donde tenía que revelárseles a los hombres. Aquí están los hombres que son receptivos para ella, y poco a poco irá a muchos más hombres sobre toda la Tierra, cuando la Providencia deje esto en libertad.

En la próxima centuria las grandes potencias perderán su poder, y habrá una alianza para enderezar el mundo creando un derecho internacional que prohíba la guerra. Se dispondrá de tal modo que todo el mundo se agrupará bajo un gobierno común, de modo que no haya nadie que domine sobre el petróleo u otros bienes. No se puede permitir que algunos hombres concretos posean los bienes y dispongan sobre ellos, porque la Tierra y sus bienes pertenecen a todos los hombres. Poco a poco el mundo se irá volviendo sumamente perfecto.

Visto de una manera relativa, a los hombres no les quedan demasiadas vidas antes de que sus polos estén en equilibrio y tengan «conciencia cósmica». Yo he hecho esta experiencia y, por consiguiente, puedo hablar de ello.  En mí ambos polos son iguales o están en equilibrio perfecto, y yo no soy un ser de sexo masculino en el sentido usual, tampoco soy un ser de sexo femenino.

Lo único necesario no es que se medite, que se forme parte de tal tendencia o tal sociedad religiosa. Naturalmente, todo esto está muy bien y tiene que estar permitido seguir haciéndolo mientras se tengan deseos de ello. Pero todos llegarán a los análisis cósmicos y a la sabiduría que he manifestado y que son la nueva cultura mundial. No se trata de ninguna secta, no hay ninguna inscripción ni ningún darse de baja, y no hay ninguna ley ni ningún artículo ni nada con prohibirles algo a los hombres. El acceso a los análisis es igual de libre que el acceso a la luz del sol. Se puede venir, estudiarlos y participar en lo que puede darle contento a uno y que puede apoyar. Se puede no hacerlo o dejarlo todo, según se desee. No se tiene que estar atado a nada. ¡Todo es totalmente libre! 

Lo importante era que los jóvenes no son felices en el matrimonio o viven en «matrimonios sin papeles». Estos jóvenes tienen que contar con que la evolución de los polos continúa, que el polo contrario se abre paso, de modo que van a preferir a su propio sexo. Del mismo modo que hay una moral para el matrimonio, también hay una moral para la homosexualidad o bipolaridad. Hay que ser leal y no hay que utilizar a otros. Hay que comprender que todos los hombres se convertirán en bipolares. Ya son bipolares de una manera incipiente, pero no todos tienen conciencia de ello. El intelectualismo y todo el aspecto de la conciencia de los hombres que no tiene relación con el matrimonio es el polo contrario. El polo contrario sigue creciendo, lo que atrae a la gente a mis conferencias es su polo contrario. Es el polo femenino de los hombres y el polo masculino de las mujeres lo que hace esto. Pero una vez se funden y entonces ya no se es hombre ni mujer, sino un hombre a imagen de Dios. Este es el objetivo más importante de la evolución.

1. Sobre los impulsos cósmicos del centro de la Vía Láctea. «El guardián del umbral», Kosmos danés 7/1991 o Recopilación de artículos 1, 9.4