¿Por qué no se podría hacer una «cultura del perdón», del mismo modo que se puede hacer una «cultura del no-perdón»? Es evidente que se puede hacer un mundo amoroso, del mismo modo que se puede hacer un mundo diabólico. Ambas cosas deben crearse, porque si no, no se puede experimentar nada. Si uno no experimenta por sí mismo la oscuridad, esta oscuridad no se tiene como experiencia. Mientras sólo se conozca por otros, que han contado sobre ella, no se ha avanzado demasiado. Hay miles de personas que son muy humanas, pero que aún no han terminado de tomar alcohol y fumar tabaco y todo eso. Toma tiempo, pero se deshabituarán de todas estas malas costumbres 

Digamos, por ejemplo, que un hombre, que tiene que ser soldado, está totalmente en contra del hecho de matar, pero es obligado a tomar parte en la guerra. Muy a menudo sucede que recibe un disparo y muere para ser salvado. Porque muriendo entra en un mundo superior, donde no tiene que matar. Un hombre así, que entra de este modo, está lleno de luz en la otra zona o plano. Por esto, muchos hombres serán salvados del cataclismo muriendo. Quizá pueda parecer extraño. Hay tantas cosas que dan lugar a escepticismo, pero me veo obligado a decirlo, porque es así. Es evidente que quienes no tienen karma oscuro aguardando tampoco tienen que recibirlo. ¿De qué otra manera se podrían separar los unos de los otros?

Quienes no puedan mejorar con el cataclismo ya no nacerán más en la Tierra, porque no pueden entrar en contacto con la conciencia de Cristo o el plano o zona, superior hacia donde se elevará la Tierra. Una gran cantidad de hombres cambiarán, pero también hay muchos que están tan bajos que no serán mucho mejores tras el cataclismo. Y entonces tendrán que continuar en un planeta donde puedan experimentar más cataclismos.

Los animales mortíferos y peligrosos para los hombres también desaparecerán e irán a planetas a los que pertenecen. 

Todos estos seres bipolares no vivirán en casas, construirán grandes palacios, donde habrá actividades comunes, comedores comunes, diversiones y cines. Esto será algo común y muy barato.

Hoy mucha gente muere de enfermedad, pero entonces todos llegarán a una edad muy avanzada, porque vivirán muy sanamente. La dieta de las comidas comunitarias en los palacios comunes se cocinará de acuerdo con las más altas prescripciones para la salud, basadas en las más elevadas experiencias espirituales.

En el estado del futuro no se vivirá en ciudades, sino en grandes palacios rodeados de grandes parques y bosques. Y no se parecerán a ciudades con calles y suburbios. Se dispondrán de acuerdo con la más alta perfección.

Nos despediremos de los trabajos de tipo pesado, que tenemos actualmente. Sólo habrá trabajos fáciles de realizar. De hecho, con respecto al trabajo no se podrá trabajar en exceso. No habrá ningún trabajo duro, porque se construirán máquinas y ordenadores, que podrán hacerlo todo. Hay en camino descubrimientos que hoy no se pueden llegar a imaginar.

Los hombres recibirán la herencia de la tierra que les pertenece. No se les entregará de modo que a cada uno se le de un pedazo de tierra, sino que será administrada por una autoridad común. Se calculará lo que cuesta la vida de cada hombre y el trabajo que se necesita para que tenga un buen nivel de vida. Entonces recibirá una tarjeta de trabajo de acuerdo con esto.

El nivel de vida del futuro estará por encima del nivel que hoy tienen los millonarios, por consiguiente, no faltará nada. Si, por ejemplo, nos imaginamos que un hombre, de acuerdo con el nivel de vida vigente en esa época, tiene un coche – si en resumidas cuentas entonces tienen coches, lo cual lo dudo mucho – y quiere tener uno más, puede tenerlo muy fácilmente. Las autoridades laborales saben lo que cuesta un coche. Quizá cueste 2 ó 3 horas de trabajo, y entonces sólo se tiene que trabajar esas horas extras. No faltará nada, la Tierra inmensamente rica.

No habrá ningún dinero, sólo la tarjeta de trabajo, y no se puede vender, es como un pasaporte, sólo es válido para la persona en cuestión. No habrá ningún fraude, y tampoco habrá ninguna huelga.

Cuando los hombres alcanzan el reino mundial, algunos comienzan como los primeros a venir al mundo sin nacimiento, por medio de materialización. Entonces se ven espíritus y hombres estar sentados a la misma mesa hablando. El mundo físico se adentra mucho en el reino espiritual, y allí alcanzan conciencia cósmica y se convierten en seres-cristo.

Todos serán grandes artistas. Quienes no tienen conciencia cósmica van camino de tenerla, y debe ser fácil ir hacia ella cuando están rodeados de muchos seres superiores. Los ven surgir de pronto, los ven materializarse y desmaterializarse. Entonces desaparece el escepticismo que puede mantenerlos psíquicamente a la zaga.

Los hombres ya son las células del cerebro de la Tierra, pero se convertirán en las células de la conciencia de la Divinidad. Permanecerán allí durante muy largo tiempo, antes de que tengan que pasar por el reino de la bienaventuranza y nacer en una nueva espiral, donde crecerán de nuevo. En cada espiral experimentan la culminación de la oscuridad y luego experimentan la culminación de la luz, y luego entran en una nueva espiral otra vez, y de este modo todo es usado.

La eternidad no existe como un espacio vacío, donde no hay nada. Planetas y estrellas no se crean de una nada por medio de una explosión en un espacio vacío. No, ¡el espacio está lleno! De niño pensaba: «Todo el universo, ¿qué es esto?» Pero es una realidad eterna, un ser eternamente vivo. Y este ser vivo es siempre omnisapiente, omnisciente y rebosa amor universal, porque en su conciencia primaria sólo tiene en él seres que están a esta altura. Crecen y reciben esta omnisciencia, esta omnisciencia y este amor universal, cuando se convierten en seres-cristo y, entonces, forman la conciencia primaria de Dios, hasta que comienzan a degenerar de nuevo. Este ciclo asegura que la conciencia de Dios siempre esté a la máxima altura. No es como con todos nosotros. Hay un tiempo en que debemos estar ausentes, en que debemos descender para aprender de nuevo. Pero la conciencia de Dios funciona sin cesar perfectamente al cien por cien, y por esto no importa dónde se reza a Dios, porque Dios está en todas partes, en todos los hombres, en todas las plantas, en todo.