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M1695 
Enfermedades mentales 1 – Suicidio espiritual
por Martinus

1. Una muerte psíquica o anímica
Uno de los mayores obstáculos para que los hombres puedan experimentar bienestar total es la generalizada gran falta de salud corporal. Millones y millones de hombres a nivel mundial están enfermos. Y un tanto por ciento muy grande de estos enfermos muere antes de que, de acuerdo con el sentido de la vida, tengan que morir. Mueren, por consiguiente, una muerte no natural. Pero, de la misma manera que los hombres pueden estar corporalmente enfermos, también pueden estar enfermos en su alma, lo cual quiere decir que tienen enfermedades en su mentalidad y, con ello, en su pensamiento. Al igual que las enfermedades del organismo o cuerpo físico dan una vivencia física mala o reducida, las enfermedades de la mentalidad o del pensamiento dan una vivencia psíquica o mental mala y deficiente. Un cuerpo u organismo físico puede estar tan lesionado que sea inservible y, por lo tanto, es eliminado, es decir, el hombre muere. Su cuerpo psíquico puede, de manera correspondiente, estar tan mutilado que también sea inservible para el hombre, y éste sufre una especie de muerte psíquica o anímica. Mientras los hombres están familiarizados con la invalidez física en muchos ámbitos, están mucho menos familiarizados con la invalidez anímica, a pesar de que no está menos extendida que la física. Esta invalidez se convierte, sin embargo, cada vez más en un hecho a medida que se descubre que todas las enfermedades físicas sin excepción tienen su primer origen en las enfermedades anímicas. En su peor manifestación, las enfermedades mentales se muestran en la vida cotidiana como la completa deficiencia mental y la locura total. Con respecto a estas dos muy destacadas formas de estados mentales, los hombres se dan perfecta cuenta de que aquí están ante enfermedades. Pero hay muchas otras formas de enfermedades mentales que no consideran en absoluto enfermedad y, debido a ello, no hacen nada para curarse o liberarse de ellas. Esto se debe, en particular, al hecho de que las enfermedades mentales en sí mismas no producen dolor. Mientras las enfermedades físicas frecuentemente pueden producir el más terrible dolor, las enfermedades mentales frecuentemente pasan, hasta cierto punto, inadvertidas para el propio ser. Ser totalmente débil mental no hace daño.
2. La estructura física y espiritual del ser vivo
¿Qué quiere decir, en resumidas cuentas, ser débil mental? Para comprenderlo hay que comprender que la total estructura corporal del ser constituye un organismo conjunto que consta de seis cuerpos de percepción distintos. De este organismo, nosotros vemos la parte física. Y a esta parte la denominamos el cuerpo físico. Pero este cuerpo no consta únicamente de materia puramente física. Si fuera así, al ser le sería imposible experimentar y manifestarse a través de él. Le sería totalmente imposible la percepción. No podemos percibir por medio de nuestras uñas o pelo. Podemos cortarnos el pelo y las uñas sin que lo notemos. Pero no sería bueno si, así mismo, pudiéramos cortar y partir en la parte restante de nuestro cuerpo sin que lo notáramos. ¿Qué es lo que hace que aquí no podamos cortar y partir sin que duela? Es porque aquí ha entrado un nuevo factor en la materia. En la materia ha entrado mentalidad o conciencia. Se ha vuelto viva, es decir, ha adquirido conciencia diurna despierta. A lo largo de un proceso evolutivo de millones de años, la materia mineral ha sido dotada de nuevas materias. A estas materias hoy las conocemos como materias psíquicas o materias de pensamiento. Son, así pues, instinto, peso, sentimiento, inteligencia, intuición y recuerdo. Poco a poco, estas materias, gobernadas por una fuerza inteligente, dieron lugar a que se formasen los organismos, y estos organismos fueron llenados de estas energías psíquicas o construidos por ellas. Y como dichos organismos revelan que en ellos hay un yo dirigente, cada organismo se muestra, así, como un ser vivo o un individuo.
Instinto, peso, sentimiento, inteligencia, intuición y recuerdo actúan, así pues, en el organismo del ser vivo. Pero, cuando puede mostrarse que estas energías se encuentran, por consiguiente, en las funciones vitales o experimentación de la vida de los seres vivos, tiene que haber un órgano para cada una de ellas. Tiene que haber un cuerpo del instinto, un cuerpo del peso, un cuerpo del sentimiento, un cuerpo de la inteligencia, un cuerpo de la intuición y un cuerpo del recuerdo. Si no estuvieran allí, ¿cómo tendrían, entonces, que poder ser dirigidas o mantenidas las energías en la organización de la estructura que es vital para las funciones de la vida del ser vivo? Todos estos cuerpos se revelan a través de la manifestación física del ser. Esta manifestación es, de este modo, un resultado de la interacción de estos cuerpos psíquicos. Si no interfiere nada perturbando la interacción de estos cuerpos, el ser aparece en un estado normal. Pero si algo interfiere y perturba una o varias de las funciones de estos cuerpos, la aparición del ser es anormal.
3. Debilidad mental
Cuando un ser aparece como débil mental, esto significa que está paralizado en su función de vida psíquica o mental. Vive, principalmente, a base de las funciones automáticas de su instinto, como, por ejemplo, su digestión de la comida, la circulación de su sangre y su respiración. Estas funciones pueden muy bien no haber sido afectadas por la debilidad mental del ser. La anormalidad se muestra, al contrario, a través de las funciones de la voluntad. Como las funciones de la voluntad son funciones dirigidas por la conciencia diurna despierta o por el pensamiento, se puede ver que la voluntad y el pensamiento del ser débil mental son anormales. Los cuerpos que son anormales o están enfermos son, por consiguiente, los que dirigen el pensamiento y la voluntad. No funcionan como deberían. El yo del ser no puede pensar clara y lógicamente. Su pensamiento se vuelve un caos, si, en resumidas cuentas, puede pensar. Por esto, su voluntad y, por lo tanto, su actuación, etc. se convierten en un lío disparatado, si, después de todo, pueden manifestarse. Y el ser ha caído aquí en el mayor defecto anímico en el que, en resumidas cuentas, puede caer.
Dado que sabemos cómo está organizada la estructura de la conciencia, ahora podemos averiguar lo que le pasa al ser. No sabe que es débil mental y que no puede pensar lógicamente. Esto muestra que hay una parálisis en el cuerpo de la inteligencia. En el peor de los casos, su cuerpo del sentimiento también está paralizado. Ha perdido el control sobre este cuerpo. Esto se muestra por el hecho de que ha perdido el contacto con su estándar moral. Por consiguiente, ya no dirige sus emociones mentales ni las clases de pensamientos que resultan de ellas. Acciones malas, asesinatos y homicidios, que sería totalmente incapaz de cometer en su estado normal, puede ahora perfectamente cometer en su estado ofuscado. No puede sentir ningún remordimiento de conciencia. Su cuerpo del sentimiento también está, así pues, paralizado.
En su peor manifestación, esta debilidad también puede actuar sobre sus funciones físicas, de manera que no puede comer ni beber por sí mismo. Otras personas tienen, por consiguiente, que darle de comer y ayudarlo. No tiene ninguna idea sobre el día y el año, sobre el tiempo y el lugar. Un estado así, verdaderamente de debilidad mental, no es nada que pueda venir con una catástrofe física u otra desgracia surgida repentinamente. La debilidad mental es una enfermedad que crece lentamente a lo largo de varias vidas, debida a alguna manifestación errónea permanente y demoledora en la vida del ser. Por esto, siempre aparecerá como una enfermedad congénita. Y es por esto, que se ha caído en la superstición de que se ha heredado de la familia.
El manuscrito termina con las siguientes palabras:
Hablar aquí sobre la herencia, que los gatos tienen gatitos y los perros perritos, y que …
El artículo es un manuscrito no terminado para la conferencia n.º 16 de la serie «La imagen del universo y losa problemas de la vida» que Martinus escribió como preparación de una conferencia en la sala de conferencias del Instituto el domingo 17 de enero de 1954. Generalmente, Martinus no seguía su manuscrito durante la conferencia, en la que hablaba libremente e inspirado. Pequeñas correcciones y títulos de los apartados de Ole Therkelsen. Aprobado por el consejo el 09.01.2011. Publicado por primera vez en el n.º 4, 2011de la revista Kosmos, edición danesa.
Título original danés: Mentale sygdomme 1 – Åndeligt selvmord, traducido del danés al español por Martha Font (2016) con la colaboración del equipo de lengua castellana. Número ID de artículo M1695.

© Martinus Institut 1981, www.martinus.dk

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