<br />
<b>Warning</b>:  Use of undefined constant STJERNESYMBOL_ALT_TEKST - assumed 'STJERNESYMBOL_ALT_TEKST' (this will throw an Error in a future version of PHP) in <b>/var/www/martinus.dk/public_html/da/artikeldatabase-old2/i_bodystart.php</b> on line <b>22</b><br />
STJERNESYMBOL_ALT_TEKST


Palabras:     Palabras enteras     Inicio de palabra  Ayuda   

Lista de artículos

M1628
El hombre y su fuerza vital
por Martinus

1. Sin fuerza no podría existir ningún movimiento en absoluto
Tras cada movimiento hay fuerza. Sin fuerza no podría existir ningún movimiento en absoluto. Por esto, todo lo que existe y puede experimentarse directamente con los sentidos es una manifestación de fuerza. Es indiferente que esta fuerza esté tras el zumbido de la tormenta o el oleaje del mar. Es indiferente que esté tras el resplandor del sol o la débil lámpara de aceite del pasado. Es indiferente que esté tras el rugido de los animales o el aleteo del más diminuto insecto. Es indiferente que esté tras la caricia de una persona o el manejo de su puñal asesino. Es indiferente que esté tras su grito de muerte o el pulso de su corazón. Es indiferente que esté tras los ojos relampagueantes de odio o tras la dulce sonrisa, que todo lo perdona. Todo son manifestaciones de fuerza. Pero, cuando todo son manifestaciones de fuerza, entonces la vida cotidiana del hombre también es una manifestación de fuerza. Su habla y modo de ser son una manifestación de fuerza. Pero la fuerza sólo puede desencadenarse en forma de movimiento. El movimiento sólo puede, a su vez, existir como una reacción de fuerza. Y es esta reacción lo que vemos. La fuerza en sí es, según su propia naturaleza, inaccesible para la percepción. Cuando un tren pasa por la vía junto a nosotros a toda velocidad, lo que vemos no es la fuerza, sino la reacción de una fuerza. Vemos el movimiento del tren por la vía. El propio tren no es la fuerza, sino algo que se mantiene en movimiento por la fuerza. De este modo, la fuerza siempre será, al igual que el tiempo, algo que está permanentemente presente en todo lo que se puede percibir directamente, es decir, en todo lo que puede producir una impresión. Lo que no puede percibirse no puede ser una manifestación de fuerza ni una manifestación de tiempo. Cuando, de este modo, todo es una manifestación de fuerza, la fuerza se convierte, así, en un factor general de la existencia.
2. Toda la fuerza de la naturaleza está sujeta a leyes
Todo nuestro pensamiento y modo de ser es una manifestación de fuerza, y una manifestación de fuerza es, de este modo, lo mismo que la reacción de la fuerza. Pero la fuerza no es «el algo» más elevado de la existencia. Sólo puede serlo lo que domina la fuerza. ¿Está entonces la fuerza dominada? Sí, toda la fuerza de la naturaleza está sujeta a leyes. Sus reacciones, es decir, todos los fenómenos creados serán siempre, en su resultado final, para alegría y bendición de seres vivos. Esto está en vigor tanto para la transformación del planeta de su estado de fuego candente y flameante a su estado actual como mundo habitable para hombres evolucionados, como para la uva, las manzanas, las naranjas y otras frutas comestibles. Si la fuerza, de la que el estado del planeta y las citadas frutas son una reacción, no hubiera estado sujeta a unas leyes, ¿cómo habrían podido convertirse, tanto el planeta como las frutas, en la bendición para seres vivos, como es el caso? Si la fuerza que se encuentra tras las producciones o creaciones humanas, tal como la fabricación de casas, máquinas, ropa y objetos de uso corriente no hubiera estado sujeta a leyes, ¿cómo podrían entonces estas cosas haber recibido la forma que tienen y que las convierte en objetos útiles? Si la fuerza, de la que todas las funciones que tienen lugar en el interior del organismo del ser vivo son un resultado, no estuviera sujeta a leyes, cómo habrían podido estas funciones surgir o ser mantenidas, precisamente, en el estado de función o movimiento que significa vida para quien ha originado el organismo. Pero, ¿cómo puede, entonces, llevarse a cabo esta sujeción a unas leyes?
3. Donde las fuerzas son para alegría y bendición, son un resultado de pensamiento lógico
Vemos que la sujeción a unas leyes es la reacción de otra forma de fuerza. La fuerza sólo puede cambiarse por medio de fuerza. Por medio de una fuerza más fuerte puede dominarse o sujetarse una fuerza menos fuerte. Pero si tras la fuerza fuerte, por medio de la cual las fuerzas menos fuertes son sujetadas, de modo que el resultado son todos los fenómenos creados condicionantes de vida, tal como la transformación del planeta y las condiciones para la experimentación de vida vegetal y animal, no existiera lógica, que, a su vez, es lo mismo que racionalidad o utilidad, las fuerzas nunca se habrían, evidentemente, convertido, como es el caso, en bendición y posibilidad de que seres vivos experimenten la vida. Sin una sujeción racional de las fuerzas, sus reacciones sólo mostrarían de manera absoluta casualidad en las reacciones que, a su vez, es lo mismo que caos. Pero en la creación o sujeción de las fuerzas de la naturaleza nunca vemos, en ninguna situación, casualidad. Tal cosa es totalmente imposible en la creación de la naturaleza. ¿No ha sido nuestro organismo hecho a la perfección, incluso en los más mínimos detalles, no sólo en los órganos que podemos ver, tal como corazón, pulmones, hígado, riñones y glándulas, sino también en los sentidos: vista, oído, olfato , gusto, etc.? ¿Creen que es una casualidad la que ha dirigido las fuerzas tras estos órganos a una cooperación tan gigantescamente lógica como las ruedas de un reloj? ¿No es un hecho que un reloj es imposible que se construya a sí mismo o que sea un resultado de una aglomeración casual de fuerzas? Pero entonces, ¿cómo tendría el organismo del ser vivo, que es una combinación mucho más gigantesca de fuerzas que un reloj, que poder ser un producto de la casualidad? Por no hablar de la gigantesca manera de dirigir las fuerzas que ha dado forma a la transformación del planeta para que satisfaga nuestras posibilidades de vida. No, en todas partes, donde las fuerzas son para alegría y bendición de seres vivos, están sujetas lógicamente, que, a su vez, significa que son un resultado de pensamiento.
4. Tras todas las fuerzas del universo hay conciencia, pensamiento, deseo y voluntad
Lógica es, a saber, lo mismo que planificación. Pero la planificación sólo puede existir como una sucesión de complejos pensamientos, en virtud de los cuales ha surgido. Pero planificación sólo puede, a su vez, existir como los deseos o anhelos de un ser vivo. Por lo tanto, aquí vemos que hay función de pensamiento tras los procesos creadores del planeta o de la naturaleza, exactamente del mismo modo que hay pensamientos, deseos y anhelos tras las creaciones que originan los hombres, como casas, puentes, máquinas, medios de transporte, alimentos, ropa, etc. ¿No expresan todas deseos, anhelos e intenciones previas? Por lo tanto, aquí vemos que tras todas las fuerzas del universo hay conciencia, es decir, pensamiento, deseo y voluntad. Así vemos aquí que en el mundo hay dos clases de creaciones, a saber, la creación humana y la creación de la naturaleza. La creación de la naturaleza es la más lógica, mientras que en la creación humana la lógica tiene muchos defectos. Por defecto en la lógica de la creación se entiende aquí que la sujeción se ha roto. Pero donde se ha roto la sujeción o el dominio lógico de las fuerzas por los hombres, las fuerzas están fuera de control y, entonces, sólo pueden desencadenarse en caos, que siempre significa lo mismo que sin intención, sin voluntad, pero al azar. Cuando los hombres actúan, incluso, de modo que destruyen su organismo con vicios y habituación a deseos mortíferos, esto significa que el hombre aquí pierde su poder de sujetar las fuerzas lógicamente. Pero esto significa, a su vez, que desencadenamientos de fuerza, más o menos condicionantes de vida en sus funciones vitales, se entregan al juego del azar. Y donde antes había un funcionamiento orgánico sano, debido a la sujeción lógica de las fuerzas, ahora hay caos y casualidad, debido a la falta de sujeción de las fuerzas. Y una parte correspondiente de funciones orgánicas de los hombres, ya sea en el propio organismo de carne o en la parte psíquica de su estructura, se convierte con ello en defectuosa.
5. Cuando la fuerza vital pasa a estar fuera del control del hombre
Todas las enfermedades son exclusivamente expresión de un defecto así, ya sea psíquico o corporal. Pero una facultad de experimentar defectuosa sólo puede dar un resultado defectuoso. Y el hombre, que debe vivir entre otros hombres, no puede, por consiguiente, experimentar aquí la vida con estos otros hombres y el entorno sin que sea de una forma defectuosa. Y esta forma defectuosa es hoy la mayor molestia de los hombres, prácticamente mayor que nunca. Luchan con un mundo de enfermedades. Luchan con una multitud de otras formas de sufrimiento. La parte fundamental de esta lucha se ha desencadenado directamente en el asesinato en masa de sus semejantes y en una ampliación de esta facultad a cimas directamente gigantescas en virtud de su sus armas atómicas. Una parte de la humanidad lucha con dificultades monetarias, otra parte de la humanidad lucha para seguir poseyendo el monopolio de los bienes de la vida, otra parte se hunde en la pobreza, la inmoralidad y la degradación, mientras otra parte se hunde en la riqueza con su lujo, gula y holgazanería excesivos. La vida cotidiana de otra parte de la humanidad se hunde en perversidades o desviaciones anímicas, y sus individuos se convierten en asesinos, psicópatas y enfermos mentales. ¿Cuál es la causa de todo esto? La causa es, simplemente, falta de lógica de la fuerza vital. La fuerza vital ha pasado a estar fuera del control del hombre. Gran parte de su vida cotidiana, y con ello también su pensamiento y modo de ser, sólo es dirigida por la casualidad y el caos.
6. Donde la fuerza vital no está sometida a una sujeción lógica, se convierte en fuerza mortal
Pero, ¿cómo puede uno mantenerse sano y libre de enfermedades?, ¿cómo puede tener la garantía de estar libre de la ira y amargura de otros hombres?, ¿cómo puede uno mismo mantener la experimentación normal de la vida, es decir, sana alegría y bienestar por el hecho de existir, cuando la sujeción de la fuerza, que conlleva este bienestar, está fuera de control, y aquí esta fuerza sólo es dirigida por casualidades? La fuerza vital está en el cuerpo físico de todos los seres, desde el momento del nacimiento hasta el momento de la muerte. El ser, en el estado fetal y a lo largo de la infancia, hasta que con conciencia propia toma la dirección, es dirigido por el instinto, es decir, es dirigido por la propia sujeción de las fuerzas por la naturaleza. Y mientras tanto todo está bien. Pero donde el propio ser ha tomado la dirección con respecto a lo que debe comer, cómo quiere vivir, cómo va a ser con respecto a otros seres, hombres, animales y plantas, allí le ha sido transmitido a él mismo sujetar las fuerzas en beneficio de un modo de vivir y una existencia normal. Y es aquí donde surgen los contratiempos. El hombre no está suficientemente evolucionado, es decir, su sentido lógico en el campo corporal y psíquico no es tan sobresaliente que con él se pueda garantizar una sujeción perfectamente lógica de su fuerza vital innata. Y donde se deteriora la lógica, entra la casualidad. Y donde domina la casualidad o una comprensión equivocada, allí el hombre maneja su fuerza vital a ciegas, aunque cree que actúa totalmente de acuerdo con la realidad, es decir, perfectamente. Pero donde la fuerza vital se evade de la sujeción lógica, allí se convierte en fuerza mortal. Y vemos que millones son muertos por su propia fuerza vital, porque se ha convertido en fuerza mortal. Una gran cantidad de hombres está sufriendo porque una gran parte de su fuerza vital se ha convertido en fuerza mortal, y sólo una pequeña parte se ha conservado como fuerza vital.
7. La fuerza mortal se despliega donde el ser está en conflicto con el método de creación de la naturaleza
¿Cómo se puede ver cuánta fuerza mortal y cuánta fuerza vital hay en la originariamente fuerza vital innata? Se puede ver en los campos donde el ser está en conflicto con el método creador de la naturaleza. La naturaleza, que en realidad quiere decir Dios, no pierde nunca el control de su fuerza vital y, por consiguiente, todo lo que la naturaleza crea se convierte inalterablemente, en su resultado final, en alegría y bendición para seres vivos. Que esta lógica tiene que ser lo único que puede eliminar el caos y las casualidades y, por lo tanto, las catástrofes de toda existencia, tendría que ser evidente. Pero el ser vivo es algo de Dios, algo del Creador, y el hombre es el ser de la Tierra que está más avanzado en esta relación. Por esto, se le ha dado libertad para dirigir su propia fuerza vital. Y que dirija tan mal la fuerza vital que pierde el control sobre ella, y la fuerza se convierte, de este modo, en fuerza mortal, sólo se debe, en realidad, a que no ha aprendido a manejar la fuerza vital. No ha terminado su aprendizaje en la sujeción de la fuerza en beneficio de la vida, y por lo tanto esta fuerza será en beneficio de la muerte. No se puede culpar a los hombres por su imperfección. Pero vemos que, cuando comienzan a descubrir su imperfección, quieren aprender. Tienen que aprender a pensar lógicamente, aprender a crear lógicamente. ¿No es esto lo que vemos cuando se trata de los grandes procesos de creación técnica y química? ¿No hay que estudiar varios años para adquirir el pensamiento lógico en virtud del cual se pueden sujetar las fuerzas materiales, de modo que se conviertan en útiles y excluyan los defectos en la lógica? El pensamiento lógico tras la creación garantiza que casas, rascacielos, puentes y fábricas no se derrumben y, así mismo, que los productos químicos de la química moderna no se combinen de modo que hagan explotar los laboratorios o de otro modo supongan un peligro de muerte para los hombres.
8. La fuerza vital destructora de vida en la sangre es mortal y en el organismo físico fomenta enfermedades antes de desencadenarse hacia nuestro prójimo, donde también es demoledora para la vida
Que nuestra conducta para con los seres que nos rodean y nuestra actitud hacia la vida cotidiana tiene que ser lógica se muestra aquí como algo evidente. Cómo podría uno vivir una relación perfecta con los seres que lo rodean si el propio modo de ser no fuera lógico, sino un conjunto de fuerzas libres, que son peligrosas para los demás seres. Estos seres tienen entonces necesariamente que reaccionar ante este desencadenamiento de fuerza, porque ven que para ellos es mortal o persigue su vida. Sólo el propio ser no puede ver que su fuerza vital se ha convertido en fuerza mortal para él y para otros. Donde pensamos con amargura e ira, donde deseamos atormentar a nuestro prójimo o hacerle daño, donde lo difamamos para perjudicarlo, donde vivimos a su costa, donde preferimos dejarnos servir que servir, donde no perdonamos a nuestro prójimo, allí nuestra fuerza vital se ha convertido en fuerza mortal, tanto para nosotros mismos como para nuestro prójimo. Es imposible que cree alegría y bienestar para nosotros, del mismo modo que tampoco puede crear alegría y bienestar para nuestro prójimo. La fuerza vital ha comenzado, claro está, en nuestro ser más íntimo, que también consta de órganos, mucho antes de que haya llegado a la sangre y a los órganos físicos. Aquí, en el interior de nuestro propio organismo también es mortal. Y, así, se convierte en mortal en la sangre y en fomentadora de enfermedades en el organismo físico, y luego se desencadena sobre el prójimo y aquí se convierte, así mismo, en demoledora para la vida o mortal.
9. Cuando uno se despierta cada mañana y de todo corazón quiere ser una alegría y una bendición para todos los seres vivos, recibe fuerza vital al cien por cien
Según lo que aquí he explicado, ustedes podrán ver que la fuerza vital es el bien innato más eminente. Pero exige sujeción lógica, de modo que pueda seguir siendo fuerza vital. Toda enfermedad y toda desgracia y sufrimiento, todos los destinos desdichados revelan un defecto correspondiente y una fuerza vital no sujeta. El ser se ha convertido en un ser de muerte en vez de un ser de vida. Por esto, las palabras de Cristo: «Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo» se convierten, por consiguiente, aquí en científicamente visibles como el cumplimiento de todas las leyes. En el mismo grado en que este amor falta, la fuerza vital del hombre en cuestión se ha convertido en fuerza mortal. En el mismo grado en que cada mañana se despierta y de todo corazón quiere ser una alegría y bendición para los seres vivos, recibe fuerza vital al cien por cien, que, a su vez, significa una correspondiente salud para alma y cuerpo, significa bienaventuranza, alegría de vivir y amor, significa iniciación o «el gran nacimiento». Se ha convertido en uno con Dios.
Título original: «Mennesket og dets livskraft». De una conferencia en el Instituto Martinus el domingo 23 de octubre de 1955. Publicado por primera vez en la edición danesa de Kosmos n.º 8, 1983. Traducción Martha Font, con la colaboración del equipo de lengua castellana. ID de artículo: M1628.

© Martinus Institut 1981, www.martinus.dk

Se permite poner un link al artículo arriba mencionado, con información de copyright y referencia de su origen. También está permitido citar de él según la ley de copyright. No se permite reproducir al artículo entero sin permiso escrito del Instituto Martinus.

 


Se ruega enviar comentarios a info@martinus.dk.
Se puede enviar información sobre errores, fallos y problemas técnicos al webmaster.