<br />
<b>Warning</b>:  Use of undefined constant STJERNESYMBOL_ALT_TEKST - assumed 'STJERNESYMBOL_ALT_TEKST' (this will throw an Error in a future version of PHP) in <b>/var/www/martinus.dk/public_html/da/artikeldatabase-old2/i_bodystart.php</b> on line <b>22</b><br />
STJERNESYMBOL_ALT_TEKST


Palabras:     Palabras enteras     Inicio de palabra  Ayuda   

Lista de artículos

M1580
La humanidad y la Tierra en camino a la iniciación cósmica
Por Martinus

1. Un desarrollo explosivo
Los seres humanos de la Tierra han entrado en un desarrollo tremendamente acelerado, de hecho, un desarrollo explosivo, en el que ocurren más cosas en diez años que lo que ocurría anteriormente por siglos enteros. Es cierto que algunos humanos perciben que el estado actual va en la dirección contraria, hacia el fin de la humanidad. Pero este no es el caso en absoluto. Lo que estamos viviendo es el hundimiento de una cultura, su agonía de muerte por así decirlo, pero al mismo tiempo es también el nacimiento de una cultura nueva y por tanto sus dolores de parto. Por eso hay tanto sufrimiento y dolor y tantas dificultades. Además, el viejo impulso mundial, las religiones de la fe, ya no tienen la misma influencia y capacidad de inspirar a la gente que antes, cuando eran un punto de referencia fijo en la existencia, capaz de ayudar en los momentos difíciles y en las situaciones adversas, tanto en la vida como en la muerte.
Hoy en día, los hombres terrestres se concentran cada vez más en la materia física y, la ciencia física, en cierto modo, significa para ellos tanto ahora como la religión en el pasado. De hecho, la ciencia materialista tiene respuestas a muchas preguntas relacionadas con el conocimiento y las habilidades materiales. Pero como sólo se ocupa de movimiento, velocidad, longitudes de onda, medida y peso, que son sus limitaciones naturales, no puede dar a los hombres un punto fijo en la existencia. Por eso muchas personas se encuentran en un vacío espiritual, habiendo soltado a algo viejo que ya no podía inspirarles, pero aún no han encontrado algo nuevo que pueda ayudarles a alcanzar el equilibrio interior a partir del cual el caos exterior puede transformarse en armonía cósmica. El estado de transición en el que se encuentra la humanidad terrestre es la última fase de la transformación de animal a humano, y proporcionará a los individuos experiencias que los harán receptivos a un nuevo impulso mundial que ya está irradiando sobre la tierra. Mucha gente está empezando a ser receptiva a su influencia y está trabajando más o menos inconscientemente para ello, pero es de gran importancia que cada vez más gente sea consciente de lo que realmente está pasando con la tierra y la humanidad en este momento. Se ha convertido en mi tarea, a través de mis análisis y símbolos cósmicos, explicar las leyes eternas del universo de tal manera que los humanos terrestres que tienen la madurez suficiente para ello, y en el futuro serán cada vez más, puedan ver la situación mundial a través de la perspectiva de la eternidad y al mismo tiempo en una perspectiva tan actual que comprendan lo que es más importante hacer en este momento, y que cada ser humano tiene una tarea y una misión cuando se trata de crear la paz en la tierra.
2. La enseñanza del bien y del mal
¿Qué es este desarrollo explosivo que está experimentando la humanidad? A los seres humanos se les está enseñando en la práctica lo que es malo y lo que es bueno desde el punto de vista humano, a diferencia de lo que es malo y bueno desde el punto de vista de la ley de la jungla o del reino animal. Puede parecer ingenuo porque suena muy simple, y quizás también porque hace que algunas personas piensen en la vieja historia de la Biblia sobre Adán y Eva, la serpiente y el árbol del conocimiento, y esa es una historia muy simple e ingenua. Sin embargo, esta antigua historia simbólica contiene una gran verdad cósmica o universal y es muy relevante hoy en día cuando entendemos qué es lo que expresa. En él se relata con imágenes simbólicas la situación actual de la humanidad; la humanidad está comiendo de los frutos del árbol de la ciencia del bien y del mal, para que, como dijo la «serpiente», «puedan llegar a ser como Dios y conocer la diferencia entre el bien y el mal». Esta imagen simbólica es brillante en su simplicidad. En realidad, la ingenuidad radica únicamente en que el concepto de «la caída» se ha percibido como algo terrible, como «el pecado original», transmitido de generación en generación, ya desde aquellos «primeros hombres», y que descansa como una carga sobre todos los hombres hasta que éstos, a través de la creencia en que Cristo lo ha asumido todo por medio de la crucifixión y ha reconciliado al Dios enfadado, pueden salvarse de la vida en la tierra y entrar, para el deleite del cielo, en el «gran rebaño blanco», que canta himnos de alabanza al Señor, agitando ramas de palma. Esta ingenuidad no se debe criticar, por supuesto, ya que los seres humanos no han sido evolucionados para percibirlo de otra manera. Pero hoy, cuando miles de humanos terrestres han superado ese punto de vista ingenuo sin haber encontrado un nuevo punto de vista que les ayude en la vida y en la muerte, es muy importante que el simbolismo cósmico oculto en la vieja historia sea revelado a la gente para que pueda ver su actualidad.
Muchas personas de nuestro tiempo, y aún más en el próximo siglo, serán lo suficientemente maduras como para comprender que lo que se caracteriza como «la caída» es, de hecho, la primera forma de redención del mundo. Es el símbolo de un antiguo impulso cósmico que ha influido a la humanidad terrestre durante muchos milenios. Es la «redención mundial oscura» y es un factor absolutamente necesario en la evolución; de hecho, sin ella la posterior «redención mundial de la luz» no podría afectar a los hombres en absoluto. Es en la oscuridad donde hay que encender la luz, para que se experimente como luz. Por lo tanto, los seres vivos deben experimentar la oscuridad antes de que puedan experimentar la luz.
3. La necesidad de que el hombre comprenda el principio de la reencarnación
Para muchas personas terrestres, la oscuridad se ha convertido gradualmente en una condición con la que están saciados. Pero ¿cómo han llegado a serlo? ¿Y por qué los hombres terrestres se encuentran en estadios tan diferentes en cuanto a lo que tienen o no tienen corazón para hacer? Estas preguntas y muchas otras de naturaleza similar culminan en esta única: ¿Qué sentido tiene una vida, desde la concepción hasta la muerte, cuando a una persona le pueden ocurrir tantas cosas aparentemente injustas, malas y desagradables? Antes se veía como el inicio de lo que para el creyente y «salvado» tenía su fin y su recompensa en el paraíso. En nuestra época, es más probable que se considere una expresión de pura casualidad.
Una vida corta en un mundo duro e implacable, iluminada sólo por unos breves placeres, una vida que comienza al nacer y se destruye al morir, es la visión común de la vida en el Occidente actual. Desde esta perspectiva, no es de extrañar que muchas personas encuentren que todo carece de sentido y es insoportable, y se suiciden, y que algunas piensen que todo no importa y que, por lo tanto, es mejor aprovechar al máximo el corto tiempo, aunque sea a costa de los demás. ¿Por qué el mundo actual es tan insensato? Porque la gente ha actuado, y sigue actuando, según las leyes del reino animal. Pero aprenderán a dejar de hacerlo. Las palabras de Cristo en la cruz, «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen», son palabras que son válidas casi tanto hoy como en la época de Cristo. Casi tanto, pero no totalmente. ¿Por qué no? Porque la humanidad ha aprendido ciertas lecciones desde entonces. Hay ciertas cosas de las que hoy sabemos más, como los átomos, los cuerpos celestes, la tecnología y ciertas ideas sobre un orden social más humano. ¿Pero para qué sirve si la humanidad no se ha vuelto más feliz y contenta como resultado? Y aparentemente no lo es. No, porque el conocimiento de las cosas materiales que la gente ha adquirido no es más que el principio de un nuevo conocimiento. Sólo cuando empiecen a reconocer y conocer también las realidades espirituales de la vida podrán transformar su mundo. Y aquí lo primero es la comprensión del principio de la reencarnación y de la creación del destino, en el que se siembra y se cosecha de una vida en otra vida, que es importante que se explique a la gente para que lo entienda y vea su naturalidad. Mientras la gente piense que sólo tiene una vida, no se le podrá explicar la verdad real de la vida. Tampoco mientras crean que los demás pueden ser la causa de su infelicidad y sufrimiento.
4. La ciencia materialista ha acelerado el desarrollo
En nuestra época, en la que la tecnología ha llegado a dominar la vida y la actividad humana, algunos pueden pensar que todo va demasiado rápido. Es imposible seguir el ritmo. Sin embargo, uno lo intenta, y se puede sufrir estrés o úlceras debido a la presión mental a la que se está sometido. Esto sucede porque los hombres terrestres aún no dominan la técnica y sus efectos. También en este ámbito debemos aprender a distinguir entre el bien y el mal. Y esto ocurrirá. La gente está experimentando más que nunca, en casi todos los campos. Pero la experimentación aporta experiencias y conocimiento, es el disfrute del árbol del conocimiento para bien o para mal. Uno no puede evitar cometer errores, y la gente comete muchos errores, y al hacerlo aprende gradualmente lo que es correcto, es decir, lo que está de acuerdo con las leyes de la vida. ¿No es esto lo que ocurre en la ciencia y la tecnología? Uno tiene que pensar, actuar y crear de acuerdo con las leyes de la naturaleza, de lo contrario se fracasará. Y lo que es cierto en el ámbito físico también lo es en el ámbito espiritual. Hay que aprender las leyes y actuar, pensar y crear de acuerdo con ellas. Por eso también debe existir una ciencia espiritual en la tierra. Y existe, aunque todavía esté en su estadio fetal. Pero desarrollará y llevará adelante todo lo que la ciencia materialista ha puesto en marcha.
A través de la ciencia espiritual, los hombres llegarán gradualmente a comprender que sus vidas no comienzan con la concepción y el nacimiento, ni terminan con la muerte. Aprenderán a comprender que el principio cíclico del universo, que es válido en el mundo de la materia y también es válido en los sistemas gigantescos de los mundos estelares, es decir, en el microcosmos y en el macrocosmos, este principio cíclico del universo también es válido para la vida que se vive en el medio entre los ciclos microscópicos y los gigantescos, es decir, para las plantas, los animales y los seres humanos en la región que yo llamo el mesocosmos. Todo esto de los ciclos dentro de los ciclos, que nos revela la ciencia física, es cierto. Pero no es la verdad final sobre el universo, no puede ser revelada por la ciencia materialista, no puede ser medida y pesada y juzgada en términos de velocidades, volúmenes y longitudes de onda.
5. La tierra se está preparando para convertirse en morada para seres humanos acabados
La última verdad sobre el universo no es una verdad sobre materia muerta, sino una verdad sobre seres vivos y sobre ciclos de seres vivos dentro de seres vivos; seres que constituyen sustancias y universos los unos para los otros. Por lo tanto, la vida humana no es una excepción al resto de la vida donde el principio de los ciclos es válido. Y la vida, desde el nacimiento hasta la muerte, no es más que una parte de un ciclo mayor, en realidad de gigantescos ciclos universales, de los que el hombre, cuando esté maduro para ello, tomará conciencia. Es hacia ese estado de conciencia cósmica que evoluciona toda la humanidad. Está siendo creada «a imagen de Dios según su semejanza», es decir, está tomando conciencia de la realidad espiritual del universo, el universo vivo, que es el Dios en el que «vivimos, nos movemos y existimos». Pero como el ser humano terrestre es, al mismo tiempo, en su estadio actual de desarrollo, un ser que todavía pertenece en gran medida al reino animal, debe superar todos estos aspectos animales inacabados de su mentalidad antes de poder, en futuras vidas o encarnaciones, avanzar en su desarrollo cósmico.
La verdad de nuestra situación mundial en la actualidad, cósmicamente hablando, es que los seres humanos terrestres están pasando por un proceso de iniciación. Se están iniciando en lo que significa ser humano. En su ignorancia intentan humanizar los principios del reino animal, creando así una jungla intelectualizada en la que reina la guerra en innumerables variantes. Esto es lo que yo llamo «conciencia diabólica». Las personas que hoy están en contra de la guerra y lo demuestran, no sólo manifestándose contra la guerra y la violencia, sino también distanciándose de ella en su propio comportamiento en la vida cotidiana, son personas que en muchas vidas anteriores han experimentado los efectos de la guerra en su propio cuerpo y en su conciencia. Ya han comido suficiente de este tipo de «frutas» del «árbol del conocimiento». La situación mundial, ahora y en los años venideros, debe enseñar a los que aún no han tenido la experiencia necesaria para renunciar a la guerra e intentar humanizar o intelectualizar los principios animales, y en cambio a conocer los principios de una existencia humana. Es una iniciación cósmica, no sólo para los seres humanos, sino para la propia tierra como ser vivo. Por eso no hay que temer que algunos hombres podrán hacerlo todo estallar con armas nucleares. El poder universal que llamamos la Divinidad, que ha enviado a la tierra los impulsos que han efectuado su desarrollo y el de la humanidad hasta ahora, sigue estando detrás de lo que ocurre. Pero hay que desarrollar a los hombres para que se conviertan en cocreadores conscientes de un mundo en el que la guerra en todas sus formas sea sustituida por la paz y la comprensión mutua y el amor, lo que liberará y desarrollará el poder creativo humano hasta tales alturas que los hombres de hoy se quedarían boquiabiertos si supieran las radiantes cualidades divinas que están latentes en cada ser humana.
De una conferencia en el Instituto Martinus, el lunes 11 de abril de 1960. El manuscrito para la conferencia ha sido editado por Mogens Møller. ID del artículo: M1580.
Título original: Menneskeheden og jorden på vej mod den kosmiske indvielse. Traducido del danés al castellano por Else Byskov en octubre del 2022. La traducción ha sido revisada por Davíd Pinzón Cadena.
Publicado la última vez en Kosmos nº 9, 2007

© Martinus Institut 1981, www.martinus.dk

Se permite poner un link al artículo arriba mencionado, con información de copyright y referencia de su origen. También está permitido citar de él según la ley de copyright. No se permite reproducir al artículo entero sin permiso escrito del Instituto Martinus.

 


Se ruega enviar comentarios a info@martinus.dk.
Se puede enviar información sobre errores, fallos y problemas técnicos al webmaster.