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Lista de artículos

M1488
El anhelo de la luz
La gran mentira de la vida
Por Martinus

1. Todos los seres humanos anhelan la luz
Todo ser humano normal tiene un anhelo innato por la luz, que en este caso significa un destino perfectamente feliz. Este anhelo se convierte en el elemento impulsor de toda la actividad del ser. Determina su relación con todo y con todos. Determina la relación del ser con su entorno, determina su economía, determina sus simpatías y antipatías generales. Todo el carácter básico del ser está coloreado y moldeado por este anhelo de la luz. Sea cual sea el mapa de nuestro destino, mostrará que toda nuestra conducta está enteramente determinada por nuestro anhelo de la luz. Todo el mundo tiene una idea de la luz, lo cual significa una existencia mejor y más feliz, una vida en una tierra de aventuras. Todo el mundo sueña con un futuro mucho más perfecto que el presente en el que vive. ¿No esperan todos los habitantes del mundo actual que las guerras y los sufrimientos que ahora atormentan al mundo e impiden la creación de una auténtica cultura sean sustituidos por una existencia mucho mejor, la llamada «paz duradera»? – De hecho, ¿no es cierto que todos ellos tienen la intención de luchar por esta paz? – ¿No creen los comunistas y los demócratas por igual, es más, no creen todos los partidos políticos y todos los partidos religiosos, cada uno por su lado, que están en el camino correcto hacia la luz? – ¿Acaso el uso de la bomba atómica, así como el del hacha de piedra primitiva, no está basado en la idea de estar al servicio de la luz?
2. El hombre es el ser más mortífero de la tierra
Toda clase de hombres, todas las naciones y razas, todas las asociaciones políticas y religiosas del mundo se apresuran a avanzar, ejerciendo una tremenda energía en la creencia de que así están creando la perfecta paz mundial, la perfecta existencia feliz. ¿Y qué está pasando? – ¿Estamos más cerca de la felicidad perfecta? – ¿Se han cumplido las esperanzas? – ¿Puede la gente respirar ahora con alivio y sentirse segura y feliz? – ¿Están desapareciendo las dificultades, la pobreza, las enfermedades, el odio y la hostilidad? – No y no de nuevo. Nunca en su historia la humanidad ha estado tan metida en la oscuridad, y por tanto tan lejos de la luz, como ahora. Incluso las plantas y los animales están mucho más en las esferas de la luz que el hombre terrestre. Sigue desplegando los principios animales hasta la culminación. El hombre terrestre es el ser más asesino y mortífero de la tierra. Los animales asesinan y matan sólo porque es el único medio con el que pueden protegerse a sí mismos y a sus crías. Y como algunos de ellos están creados por la naturaleza para vivir sólo de los organismos de otros animales, estos animales también son asesinos en este sentido, pero aquí es una necesidad vital. No lo es en el hombre, el aspirante a representar la imagen de la Divinidad. Este ser no necesita matar a un solo ser animal para vivir. Pero sin embargo mata. Así, asesina y mata y priva a otros seres vivos de su acceso a la experiencia de la vida, simplemente para satisfacer su propio placer, un placer que se ha convertido así en un vicio.
3. El ser humano no puede por naturaleza poseer oro, plata o dinero
Pero no sólo asesina y mata para poder revolcarse en los organismos, la carne y sangre de otros seres, sino que también asesina y mata para poder apoderarse de cosas tan inferiores como trozos de metal muerto, oro, plata, dinero, etc. Para poder poseer estas cosas muertas y sin vida, materias muertas, matan despiadadamente a otros seres vivos, sus propios hermanos cósmicos, saboteando la vida misma. ¿No es esta la mentalidad de Caín en su cultura pura? – Por naturaleza no es una condición vital poseer oro, plata, dinero u otra materia muerta. De hecho, los seres humanos no pueden, por naturaleza, poseer estas cosas como mera propiedad privada. Sin embargo, cuando se imaginan que estas cosas son una necesidad vital, y que pueden poseerlas y así monopolizarlas, es sólo una ilusión, una superstición o un engaño. Y así los seres se han descarrilado cósmica o espiritualmente. Ya no están directamente en el camino hacia la luz. Llevan cientos de miles de años en el camino a la oscuridad por culpa de este engaño.
4. Cómo el ladrón y el atracador sabotean su propio futuro
La superstición mencionada, la noción de tener derecho a adquirir y poseer materia muerta sobre la base de la opresión y el asesinato de sus semejantes, es lo mismo que la «caída» de la Biblia. Dejarse asesinar en lugar de soltar la materia muerta o asesinar para conquistar las mismas cosas inanimadas es un sabotaje del camino recto y llano hacia la luz y, por tanto, hacia la felicidad perfecta o la capacidad de la verdadera experiencia cósmica de la vida. Ninguna posesión o monopolización de materias muertas puede compensar o justificar el sabotaje del hombre a la vida viva. El ser que, como ladrón y hombre violento, ataca y asesina o mutila a un ser humano pacífico simplemente para apropiarse de su reloj de oro, su cartera u otro objeto inanimado de valor, y puede regocijarse en esta posesión, se horrorizaría si obtuviera la clarividencia cósmica, aunque fuera por un segundo, y pudiera ver así el terrible sabotaje que ha realizado para su propio futuro o su destino futuro con este acto suyo. Entonces verá cómo, por su codicia y falta de caridad, que es lo mismo que la falta de amor a la Providencia o a la Divinidad, ha desprovisto su propio cuerpo, su propia experiencia de vida, de toda protección en caminos oscuros y en situaciones peligrosas, escenas de guerra y campos de batalla. Pero ahora está oculto a sus ojos. El bandido o el ladrón, el asaltante y el asesino, están todavía tan poseídos por el principio egoísta o animal que palabras, amonestaciones e información son un mundo en el que todavía está más o menos sin sentidos, son como un ser ciego y sordomudo. Y aquí se recuerdan las palabras de Jesús: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».
5. La vida es un proceso químico cósmico sujeto a las leyes químicas cósmicas
El arrepentimiento o el retorno del criminal o del asesino de su descarrilamiento del camino hacia la luz no puede efectuarse mediante palabras o amonestaciones hasta que no haya vivido suficientemente los efectos del sabotaje de su propio destino iniciado por él mismo en la experiencia vital de su prójimo. Allí donde él mismo yace ensangrentado y golpeado, donde su propio poder y fuerza física de matar o mutilar han destruido su propia experiencia vital, y donde se siente impotente, allí se ha vuelto receptivo a instrucción, guía y ayuda intelectual. Si la vida no estuviera tan divinamente dispuesta, ¿cómo podría el asesino o el maltratador, ¿cómo podría el egoísta y despiadado codicioso o avaro, usurero y opresor del destino ajeno descubrir su propia primitividad, su propia situación supersticiosa y errante? – No, la vida le enseñará sus errores. La vida no es algo que se pueda hacer a su voluntad. Es un proceso químico cósmico. Si se cumplen las leyes químicas cósmicas que lo rigen, se obtiene el resultado perfecto, la vida perfecta, la paz, la felicidad y la alegría duraderas en la mente, y el acceso a la iluminación cósmica así abierto. Pero mientras uno vaya por ahí amando lo inanimado más que lo vivo, estará cultivando la muerte en lugar de la vida. Y donde se cultiva la muerte en lugar de la vida, esta forma de vida florecerá y la vida se marchitará. Llegar a cultivar la vida en lugar de la muerte es, pues, la meta, el camino hacia la paz y la resurrección de la esfera oscura de la muerte, el primitivismo y la inconsciencia cósmica del reino animal.
6. Estamos protegidos en relación con la protección que damos a los demás
Ahora se puede pensar de sí mismo que no se pertenece ni a los atracadores ni a los bandidos, que uno no tiene inclinaciones criminales. Se paga lo que se debe, se tiene una buena posición en la sociedad, reconocido como un buen y respetable ciudadano, por lo que no se puede sufrir los mismos efectos que el bandido, el criminal o el atracador. Pero, ¿es realmente cierto que, con esta buena posición imaginaria, uno no puede ni siquiera imaginar que se está desviado del camino de la luz, sino que es un hombre al cien por cien de paz? – Verás, aquí es donde lo muy, muy difícil se aplica a cada ser humano. Ser honesto, es decir, un juez absolutamente imparcial de sí mismo, es la mayor y más difícil facultad que debe adquirir el buscador de la verdad. El amor o la parcialidad hacia uno mismo es el factor más difícil de superar para cualquier buscador de la verdad. El descarrilamiento del camino hacia la luz no es simplemente el de ser un hombre violento, un asesino y mutilador, un ladrón y un bandido en el sentido ordinario. Estos principios también tienen matices más finos dentro de los cuales no son percibidos como amorales y sus originadores como bandidos en la conciencia de la manada o la sociedad. Se producen robos autorizados, agresiones y violencias, incluso asesinatos. En efecto, ¿qué es el llamado campo de honor? – ¿No es la expresión de personas que han servido y promovido el principio mortífero hasta tal punto que ellos mismos se han convertido en víctimas del mismo principio? – ¿No dicen todas las naciones, tanto las que atacan como las que defienden, de sus soldados caídos que murieron en el campo del honor? – De hecho, todos los que apliquen el principio mortífero y caigan en esta batalla morirán en el campo de la vergüenza o la degradación. Luego, por supuesto, se puede venir con el dicho o la historia habitual de, si alguien viene y ataca a tu mujer o a tus hijos, ¿debes quedarte mirando basándote en los dichos de Cristo, porque «no saben lo que hacen»? – A esto hay que decir que todo esto sólo puede ser pura imaginación. La clarividencia cósmica muestra que quien ha terminado de utilizar las armas, quien ha terminado de defenderse o protegerse de la violencia con la violencia, nunca se encontrará con situaciones en las que sea necesario protegerse con un acto de violencia. Todos estamos protegidos en relación a la protección que damos a los demás por la pureza de nuestro ser o la inmunidad a los actos que destruyen la vida.
El manuscrito termina con estas palabras escritas:
La gran mentira de la vida
El anhelo de una existencia superior
El amor a la materia muerta en lugar de a la vida viva
Cuando se ama más a la materia muerta que a la vida viva
La guerra y la lucha por lo muerto o el culto a la muerte en lugar de a la vida
El artículo es una reproducción de un manuscrito inacabado para una conferencia de Martinus pronunciada en el Instituto Martinus el lunes 17 de julio de 1950. Transcripción y mecanografía de Torben Hedegaard. Aprobado por el Consejo el 21.09.2020. El artículo no ha aparecido anteriormente en Kosmos. Id. del artículo M1488.
Título original: Længslen efter lyset, M1488. Traducido del danés al castellano por Else Byskov y David Pinzón Cadena en octubre de 2022.

© Martinus Institut 1981, www.martinus.dk

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