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Lista de artículos

M1450
El ánimo de vivir
por Martinus

1. El deseo del hombre por el martirio
Todos los hombres necesitan saber algo sobre el ánimo de vivir. La persona que posee el verdadero ánimo de vivir es, de hecho, invencible para las fuerzas negativas. Mientras una persona piense que hay algo malo, está en discordia con la vida. Mientras uno se entristece y se irrita o se sienta amargado y decepcionado, no tiene la visión correcta de la vida, y entonces no tiene el ánimo verdadero de vivir. Hay personas que llegan a tanto que se suicidan por falta de ánimo de vivir. Sin embargo, con eso no han terminado con la vida, sino que aplazan las dificultades a la siguiente encarnación. Es preferible que se mantenga su organismo físico tanto tiempo como sea servible.
¿Qué se necesita para obtener el verdadero ánimo de vivir y preservarlo? Hay que aprender a amar a su prójimo como a sí mismo. Eso da ánimo de vivir y lo conserva. Pero ¿por qué las personas pierden el ánimo de vivir una y otra vez? Porque la vida no es como la imaginan y quieren. El tipo de pensamiento que más socava el ánimo de vivir es el martirio. El martirio es uno de los peores enemigos del hombre, porque es una mentira. Realmente no existe martirio. Nadie puede realmente sufrir una injusticia, y nadie puede cometer una injusticia. Si alguien pudiera, y si hubiera algo en la vida que fuera una casualidad, la gente nunca podría estar segura de nada, y entonces todo el universo estaría realmente fuera de quicio. Pero no lo es, por lo contrario, está en el máximo orden, y expresa la lógica más alta. Nada pasa por casualidad, y cuando los humanos tienen dolores y preocupaciones y se sienten como mártires, es porque creen y sienten que se ha hecho algo contra ellos que no es justo. Tal sentimiento de martirio puede ser debido a la relación con las fuerzas de la naturaleza. El granjero puede sentirse como un mártir cuando la cosecha falla o cuando el ganado se enferma y muere. También en relación con los desastres naturales, los humanos pueden sentir el martirio cuando los elementos se desencadenan, y están indefensos y a la merced de la vasta naturaleza. Sin embargo, la forma más común de martirio existe en la relación con otras personas. Si alguien nos difama y molesta, entonces pensamos que la persona en cuestión es mala contra nosotros, que somos martirizados y tratados injustamente. Entonces usamos mucha energía en pensamientos y sentimientos negativos y autocompasión, lo cual en gran medida no es saludable para nosotros, ni mental- ni físicamente. A través de la cosmología llegamos a saber que en realidad no hay maldad en el mundo y que todo es amor e intelectualidad. Es difícil para las personas entender, pero es muy importante aprenderlo. El universo expresa la más brillante perfección suprema. Pero dado que el hombre no trabaja con todo el universo, sino sólo con un campo local del mismo, todavía es propenso a un juicio erróneo. Si una mosca va pasando por una imagen donde todo lo que ve actualmente es negro, si pudiera hablar, diría que todo lo que existe es negro. De la misma manera, el hombre también puede ser «negrovidiente» porque no tiene una visión general suficiente de un contexto cósmico más amplio, del cual lo llamado negro es sólo una pequeña parte. Todo está realmente en armonía, pero cuando ciertas cosas predominan en la conciencia, puede surgir desarmonía hasta que se obtenga una visión general y se obtenga una perspectiva más amplia.
2. Cristo no fue un mártir sino un ejemplo
Ahora, alguien podría argumentar que la muerte de Cristo en la cruz fue un martirio. Pero no lo era. Entonces, ¿cómo podría ser justo y correcto que un hombre inocente sufriese la muerte de un criminal? No fue de ninguna manera para reconciliar a un dios enojado, sino para mostrar a la humanidad un ejemplo de un comportamiento divino-humano. Cristo conocía su misión con la cual estaba completamente familiarizado antes de encarnarse en la tierra. Sabía que estaba cometiendo una ruptura de inteligencia al dejarse crucificar. Su inteligencia ya le había dicho de antemano que expondría su cuerpo físico a la crucifixión cuando se dejó nacer en la tierra. Pero si no hubiera sido crucificado, algo mucho peor habría sucedido, porque entonces el mundo no habría tenido ninguna demostración fundamental de cómo un ser desarrollado acepta el mayor sufrimiento, y entonces los humanos no habrían llegado tan lejos en su desarrollo como han hecho ahora. A través de la vida y el modo de ser de Jesús, su muerte sin odio y amargura, pero en intercesión por sus verdugos, y por medio de su resurrección en un cuerpo espiritual, gradualmente completamente materializado, la humanidad ha llegado a poseer una cantidad de verdades eternas con las que puede vivir y morir, y que en el futuro tendrán la mayor importancia cuando las personas aprendan a entender su significado cósmico o universal.
Los hombres aprenderán que viven todo el tiempo, ya sea que estén aquí o que estén «muertos». Van a darse cuenta de que es el espíritu el que manda sobre la materia y no al revés. Cuando el hombre está triste, amargado o decepcionado, es una señal de que la materia es el señor en lugar de lo contrario. Es el principio creativo que debe mandar sobre la materia, es indigno dejar que la materia mande sobre la capacidad creativa. El hombre será el amo de la vida y la materia. Pero eso requiere que el hombre mismo obtenga una visión general, no sólo de los pequeños campos locales de la vida cotidiana, sino que también aprenda a ver la conexión de estos campos con la totalidad cósmica. Eso es lo que estoy tratando de mostrar a través de mis análisis cósmicos. Les muestro que el yo, el punto fijo del ser vivo, es el amo de la materia y no al revés. Pero entonces ¿por qué no son todos los hombres soberanos, por qué no son seres Cristo? Comparemos la pregunta con otra pregunta. ¿Por qué un ser humano es un niño y otro un adulto? En ambos casos es válido que cuando los humanos no son todos igual de maduros, no han avanzado lo mismo, es porque sus experiencias con los contrastes de la vida no son iguales. Todo lo que se llama desarrollo se basa en la experiencia de los contrastes. Cuando un hombre maduro en esta vida, es decir, una persona de edad madura puede pensar y actuar de manera diferente a un niño pequeño, es debido a las experiencias de su vida, y especialmente las experiencias resultantes de los sufrimientos y dificultades mencionados anteriormente. Pero lo que es válido en una vida también es válido para al desarrollo que tiene lugar en un ciclo tan grande como el que llamo una espiral evolutiva. Cuando un ser humano puede actuar de manera diferente a un animal, y cuando una persona desarrollada puede actuar y pensar de manera diferente de un ser humano primitivo, es debido a la diferencia en su edad cósmica en una espiral evolutiva, es decir, debido a la diferencia en su experiencia en relación con el principio de contraste. Debe haber contrastes en la vida, de lo contrario la experiencia de la vida sería imposible. Sólo tenemos la capacidad de experimentar aquello con lo que hemos experimentado el contraste. Al mismo grado que se ha experimentado los efectos del odio, se puede experimentar el amor. Cuanto más se ha experimentado la oscuridad y los sufrimientos, así como la luz y la alegría, tanto más será posible estar en contacto con las leyes de la vida. Sobre la base de las experiencias, el yo obtiene dominio tanto sobre la materia espiritual como la física, y cuando más y más personas se convierten en buscadores y anhelan la paz, es debido a sus experiencias de sufrimiento durante muchas encarnaciones.
3. Ciclos de espiral, el principio de contraste, el bien desagradable y agradable
Hubo una vez en la que nos encontrábamos en el divino mundo espiritual y experimentábamos la mayor armonía. Eso fue antes de que llegáramos a experimentar la espiral evolutiva donde estamos ahora. Entonces no estábamos en la materia física, sino en una materia mucho más perfecta. Eso fue en la zona de luz del ciclo de espiral subyacente. Estuvimos allí tanto tiempo que nos llenábamos de tanta luz, de tanto amor y toda la perfección que encontrábamos allí. Y comenzábamos a anhelar lo contrario o el contraste a este estado. Entonces, tales contrastes se convirtieron en «luz» para nosotros. Es divino que uno pueda experimentar el contraste con lo que se ha saciado, de lo contrario la vida se detendría porque todo se volvería automático y los seres se convertirían en «robots». Y también en el mundo de la luz, un estado de robot no tendría nada que ver con la experiencia de belleza y alegría de vivir. La conciencia del ser vivo tiene que renovarse para que pueda volver a experimentar la luz, y esta renovación se produce a través de la zona oscura de la espiral venidera. El anhelo por el contraste de lo que uno está saciado, lo conocemos del relato simbólico de Adán y Eva. Estaban en el paraíso, en la luz donde podían disfrutar de todas las cosas en el «jardín». Sólo había una cosa que no podían tocar, y esta única cosa, el contraste, los tentó, y luego ocurrió «la caída». La creación y «la caída» de Adán y Eva es un relato simbólico de la evolución de la humanidad en la espiral evolutiva actual. Crecimos del reino mineral a través del reino vegetal y el reino animal y llegamos hasta donde estamos hoy. «La caída» no es algo que sucedió una vez, está sucediendo todo el tiempo. Es una realidad en el gobierno de la existencia, que se expresa o se simboliza por la «caída», y sobre la base de ella, el ser vivo crece de ser un «feto» en la nueva espiral evolutiva, lo que los hombres terrenos siguen siendo, hasta llegar a lo que llamo «el gran nacimiento» o la conciencia cósmica, donde su yo vuelve a lograr la plena soberanía sobre la materia y el ánimo de vivir invencible.
Cuando los hombres terrenos se encuentran ahora en la culminación de la zona oscura de una espiral evolutiva en su camino hacia sus regiones de luz, es porque ellos mismos han deseado este estado. Ahora quieren otro estado, y sus anhelos y deseos se cumplirán. Sin embargo, este cumplimiento no ocurre a través de milagros, sino ocurre porque los seres aprenden a crear el estado que desean. A través del conocimiento de la oscuridad, la luz se crea poco a poco en su conciencia. Decidimos nuestro destino, y es divino que siempre existe lo que anhelamos como luz por delante, y de lo que estamos llenos como oscuridad detrás de nosotros. Por lo tanto, en realidad, no se puede hablar de nada malo o bueno, sino del bien desagradable y el bien agradable. No hay nada que es malo en sí mismo. Pero cuando no hay nada que es malo en sí mismo, tampoco puede haber martirio. ¿Qué es, entonces, el llamado martirio? Es una ilusión.
4. El hombre terreno se encuentra en una zona de enseñanza cósmica
Un niño pequeño a menudo se siente decepcionado si no obtiene lo que quiere, por ejemplo, un cuchillo afilado. Piensa que el adulto, que no quiere darle el cuchillo, es «malvado» y se siente como un mártir. No sabe que su deseo es peligroso para él mismo y para su entorno. Cuando crece se hace más maduro para recibir la experiencia, recibe el cuchillo y debe aprender a aceptar las consecuencias. De la misma manera los deseos de los hombres pueden ser peligrosos, y puede haber un cierto tiempo en que, para su gran decepción, no se cumplen sus deseos porque todavía no están maduros para la experiencia. Pero cuando están maduros, la experiencia puede venir y tienen que asumir las consecuencias. Esta cadena de causa y efecto o la ley de karma se extiende sobre una serie de encarnaciones donde los hombres siembran y, a medida que maduren, tienen que cosechar lo que han sembrado. El cumplimiento de muchos de sus deseos les trae dolor y sufrimiento, aunque habían esperado otra cosa. Todo tipo de dolor y sufrimiento son como una campana que suena cuando el ser está a punto de desviarse, y esta campana tiene que devolverlo al amor universal y al ánimo de vivir. Es cierto que los sufrimientos humanos pueden ser muy grandes, tan grande que, desde una perspectiva local, parecen injustos y sin sentido. Pero la violación humana de las leyes de la vida también es muy grande a veces, y los efectos son proporcionales a las causas. Si una persona se encuentra actualmente en una gran dificultad esto, por supuesto, no significa que se está justificado en verlo como un «gran pecador» que recibe su «castigo» y que, por esa razón, uno no debe tener compasión con él o con otros que tienen grandes dificultades. No hay «pecadores» ni «pecado» visto en la perspectiva cósmica, ya que no existe nada que es malo en sí mismo. Donde cesa la ignorancia, el llamado mal deja de existir. Es decir, donde se ha cosechado la experiencia suficiente y ésta existe en la conciencia como conocimiento de la oscuridad, de los efectos del bien desagradable, allí empieza el contraste a eso, es decir, la luz como sabiduría y capacidad de amar al prójimo a irradiar desde la conciencia y el comportamiento del ser. En relación con tales vibraciones, las enfermedades, las desilusiones, las amarguras y el odio no pueden existir. Desaparecen poco a poco, y el ser ha dejado atrás «el período del pecado», que no es un castigo o algo terrible, que no debería ocurrir, sino una condición de feto o desarrollo antes de que el ser aparezca como un ser humano soberano a la imagen de Dios.
5. Los frutos del árbol de la ciencia son frutos de semillas que uno mismo ha sembrado
Los humanos tienen que aprender y conocer la verdad sobre la vida y, con eso, sobre su propia vida. Previamente, las religiones les han dado impulsos de los que podrían vivir porque su instinto religioso y sus sentimientos eran una base excelente para la fe ciega. La sugestión religiosa podía darles el ánimo de vivir si la estuvieran perdiendo. Pero esto ya no es el caso en muchas partes del mundo y gradualmente en todo el globo. La inteligencia de los hombres terrenos se ha desarrollado al ser utilizada en campos prácticos y materiales, y ahora, para progresar en su desarrollo, los humanos también tienen que aprender a usarla en las áreas donde antes la fe les podía ayudar. Es cierto que la inteligencia no es lo mismo que la sabiduría, pero es uno de los ingredientes de las cuales la sabiduría se desarrolla. Sólo debe usarse en el contexto de perspectivas mucho más amplias que los humanos lo hacen en general, y luego debe usarse en conexión con el amor al prójimo.
Mencioné antes que «la caída» está sucediendo constantemente. En efecto, los hombres terrenos son precisamente «Adán» y «Eva» que comen de los frutos del árbol de la ciencia. Los sufrimientos, los problemas, las enfermedades y todo lo demás que se denomina malo son algunos de estos frutos. Pero son exclusivamente frutos de semillas que ellos mismos han sembrado en el pasado a través de sus acciones y modos de ser. ¿Qué es lo que un hombre terreno llega a conocer a través de su destino en la vida cotidiana? Obtiene conocimiento de lo que ha sembrado en el pasado, en ésta y en vidas pasadas. Ahora experimenta los efectos de sus acciones pasadas. Es una enseñanza, una educación, y ningún castigo. Estos efectos le hacen pensar de manera distinta que también conducirá a una nueva manera de actuar. Cuando muchas personas hoy en día no tienen corazón para hacer ciertas cosas que otros pueden hacer, es porque han experimentado suficientemente los efectos de tales acciones; las sienten dentro de sí mismos y no quieren exponer a otros a tales cosas. Una vez, los humanos creían en las religiones, que eran como la antigua mitología nórdica, y entonces la oscuridad era todavía «luz» para los hombres. Era una buena fortuna morir en el campo de batalla, porque así iba uno a Valhala, que para ellos era el reino celestial, mientras que era un desastre morir de vejez o enfermedad en su cama, porque entonces uno iba al infierno de tal época. La mayoría de los humanos han dejado atrás tal actitud hoy en día, incluso los que luchan en los campos de batalla. Ya no luchan por la guerra, sino por la paz. No es un deporte para ellos como lo fue en el pasado. Pero llegarán a experimentar que esta transformación de conciencia no es suficiente para erradicar la guerra. No se puede erradicar nada cultivándolo, aunque lo hace con la mejor intención; hay que aprender a crear el contraste a la guerra, y en este caso es: la paz.
6. La capacidad de amar y la inteligencia deben ser utilizadas de una manera nueva
La paz debe ser creada por el individuo; incluso debe crecer de la conciencia y el comportamiento del individuo. Tiene que surgir una cooperación en la mente humana entre su inteligencia y su capacidad de amar al prójimo. El camino hacia el ánimo de vivir pasa por el amor al prójimo, pero, por supuesto, el hombre debe aprender a usar este amor con razón e inteligencia. Mucha gente piensa que, en muchos casos, no sería lógico ser amoroso, sino muy ilógico y estúpido. Pero estos hombres no saben ni qué es el amor ni qué es la lógica. Es cierto que es difícil amar a su prójimo como a sí mismo, cuando este prójimo es desagradable con nosotros, tal vez incluso nos persigue. Pero Cristo enfatizó precisamente: «Debéis amar a los que os odian y os persiguen». Es fácil amar a los que son buenos, cariñosos y serviciales con nosotros, eso no requiere una superación. Pero a todos los que no les gustamos son difíciles de amar; algunos pensarán que es imposible. Muchos también pensarán que es hipocresía, porque uno no puede amar a personas malvadas y desagradables. Pero antes llegamos a la conclusión de que no hay nada que sea malo en sí mismo. Hay algo que es desagradable, pero no hay nada malo. Y lo desagradable es incluso, cósmicamente hablando, un bien desagradable, porque es a causa de eso que los seres se desarrollan, incluso, es a causa de eso que tienen conciencia para distinguir entre el bien y el mal, como se llama en el relato de la caída del primer hombre. Al experimentar los efectos del bien desagradable en su propio cuerpo y en su propia conciencia a través de muchas vidas o encarnaciones, hemos cambiado de animales humanoides primitivos a los hombres civilizados de hoy, que pueden tener mucha compasión con los sufrimientos y las dificultades de los demás, y que también poseen una inteligencia bastante desarrollada para poder hacer conclusiones de causa y efecto en muchas áreas.
Muchas de estas personas civilizadas que tienen una gran compasión, y que también tienen una inteligencia desarrollada, que utilizan para pensar y comportarse lógicamente en su trabajo y en otros campos locales, son precisamente tales personas que, en ciertas situaciones, debido a «toda la maldad del mundo» pierden el ánimo de vivir y se deprimen, se decepcionan e incluso se enferman debido a su estado mental negativo. Piensan que todo es irremediable, tanto su propia situación como la situación mundial, y no pueden ver ninguna salida u oportunidad de mejora. Se vuelven pesimistas o «negrovidentes», si no van en el sentido opuesto y nada les importa un pito porque piensan que nada tiene sentido. Es para esas personas que he creado mis análisis para ayudarles a utilizar su capacidad de amor y compasión y su inteligencia de una manera diferente y más positiva. Eso les devolverá el ánimo de vivir.
7. La norma de vivir del hombre terreno
Antes de que los humanos conozcan la verdad de la vida, no pueden convertirse en hombres terminados. Será extremadamente importante para el individuo si él o ella, detrás de todas las personas con las que está tratando, puede verlos como herramientas de Dios. Todos son como los dedos de Dios que nos están modelando. Y sólo es bueno que la Divinidad, como el escultor, elimine algo allí donde no somos perfectos. Muchas personas no están contentas con ellas mismas si quieren ser honestas. Tienen anhelos y deseos de ser diferentes, de ser mejores, más inteligentes y más amorosos. Sienten bien que son imperfectos. Pero entonces uno también debe aprender a ser feliz de que la Divinidad trabaje con uno y que muestre un camino a seguir. Dios enseña a cada ser humano a través de lo que está sucediendo en la vida diaria. Todo en la vida que, para el ser humano que usa sólo una pequeña lógica local, puede parecer hebras enredadas al azar, se convierte, para el que comienza a usar la lógica cósmica, en una lógica de vida donde nada es aleatorio y nada es injusto. Cuando nos sentimos como mártires, vivimos en la superstición, y ningún ser puede convertirse en feliz si continúa viviendo en la superstición.
Por supuesto, a mí también me tocan cosas agradables y desagradables, pero sé que hay algo que se llama el bien agradable y el bien desagradable, sé que todo lo que sucede es la Divinidad que se dirige a mí, no importa a través de quien ocurre. La Divinidad no puede hablarnos a través de un solo ser; todos los demás seres son herramientas que la Divinidad puede usar cuando se dirige a un ser. Cuando uno se irrita con estos seres, es de hecho con la Divinidad que se irrita. Mientras uno se irrita por ciertas ofensas, volverán. El lijado no se detiene hasta que haya terminado. Es el lijado de todos los lados inacabados de la conciencia de un ser humano. ¿Por qué se deja irritar por otras personas? Porque se piensa que deberían ser diferentes de lo que son. Las personas son muy diferentes y, por supuesto, cada una de ellas debe ser exactamente como es en este momento. Así como los animales son, como son, y las plantas son como son. Los hombres cometen el error de exigir las mismas acciones de los seres menos desarrollados que de los más desarrollados. Y desprecian a los seres que creen que están menos desarrollados y pueden ser esnobs hasta la adoración personal y la idolatría hacia los que admiran. Eso no es amar a su prójimo como a sí mismo; amar a su prójimo como a sí mismo es amar a todos los seres, a todas las herramientas y órganos de la Divinidad, y tratar de ver a la Divinidad en ellos. Si te enfrentas a una persona que es desagradable, debes pensar que es tu propio karma que te ha puesto en contacto con esta persona. Es una prueba en tolerancia y equilibrio espiritual. Debes tratar de ver más allá de lo que es este ser en este momento y ver lo que será en el futuro. Se encuentra en el punto temporal más alto de su existencia, y no se le puede culpar que no posee experiencias que aún no ha hecho, pero que hará en el futuro, donde tendrá conciencia cósmica y tal vez encontrará a uno mismo bajo condiciones muy distintas a las de ahora. Por supuesto, no se debe decirle eso, para que él o ella no piense que eres un loco. Pero se puede pensar dentro de sí mismo: «Tú también eres un ser divino, y a un ser divino es natural mostrarle amor». Ahora, el amor no es sólo una caricia en la mejilla. Se trata de hacer lo que, en la situación dada, es lo más amoroso sin ningún tipo de ira, amargura, decepción o irritación. Es posible estar firme sin estar enojado, y también es posible reprender a otra persona de una manera amable y amorosa sin golpear la mesa.
8. El hombre puede convertirse en una herramienta para el ser de luz
Ninguno de nosotros puede cambiar a otro ser humano, y a nadie le puede tocar otra cosa que lo que él mismo ha sembrado. Por eso es importante que se utilize sus sentimientos y su inteligencia en las situaciones dadas de la vida cotidiana para tratar de perdonar y entender a otras personas. No tenemos mejor modelo para esto que Cristo, que en la cruz podía decir: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Si uno ha alcanzado el estado donde tiene tal actitud al cien por ciento, entonces uno es invencible, uno es completamente libre, incluso si uno está atado en cadenas de esclavo. Los hombres pueden atar el cuerpo como se ata cualquier otra sustancia física. Pero cuando uno ha llegado a conocer su propia identidad divina, se sabe que no pueden atar al yo. Un ser que posee el ánimo de vivir obtenido a través del amor a todo lo vivo, no puede estar atado por todo lo que le esclavizan. Nadie puede decidir sobre nadie más que él mismo. Es cierto que hay algunos que se sienten dependientes, incluso esclavizados por otros, pero eso no es debido a los demás. Esto se debe a que la persona misma se ha enredado en una relación emocional, de la cual sólo ella misma puede liberarse. Nunca es culpa de los demás; cuanto más se da cuenta de eso, más se libera de las cadenas de la ira y la amargura con las que se ha atado.
El objetivo de la redención mundial es que los hombres lleguen a comprender esta existencia y reciban las enseñanzas de las leyes de la vida que pueden obtener aquí. Piense en lo que significará si, en lugar de dejarse irritar por lo que está sucediendo, se utiliza su energía para tratar de entender por qué lo que está sucediendo es lo correcto en la situación actual basada en el pasado y con miras al beneficio que podemos sacar de esta experiencia en el futuro. No se debe irritar o decepcionar por el comportamiento de otras personas, al igual que no se deja decepcionar de que un cardo o un diente de león no sea una rosa o un lirio. Cristo dijo a sus discípulos: «Id por el mundo y haced a todas las naciones mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo». ¿Qué clase de bautismo es eso? El verdadero bautismo, el único que importa, es la interacción amorosa con nuestro prójimo en la vida cotidiana. Contagiar a otros con la esencia de la luz a través de su propio comportamiento es el verdadero bautismo. No se puede cambiarlos, pero se puede mostrarles un ejemplo que funcione a largo plazo. Y este ser de la luz no proviene realmente de uno mismo, viene de Dios a través de uno al prójimo. Entonces uno es un ser, que, a través del ánimo de vivir y el amor hace que la Divinidad esté presente en su interacción con el prójimo. Entonces no hay conciencia de mártir, entonces la paz brilla e irradia a través del hombre, incluso si se encuentra en un campo de batalla.
De una conferencia celebrada en la avenida Glahns, el martes 1 de abril de 1941. Manuscrito para la conferencia editado por Mogens Møller. La edición ha sido aprobada por Martinus. Título original danés: Livsmodet. Publicado por primera vez en la edición danesa de Kosmos no. 4-5, 1969. N.º de artículo: M1450. Traducido del danés al castellano por Else Byskov y Javier Romero Tello en marzo de 2019.

© Martinus Institut 1981, www.martinus.dk

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